Local
que al parecer pretende combinar lo gastronómico con lo cultural. Música en
vivo y otros eventos.
Nosotros
hemos venido a cenar y probar esa comida que promete mezclar lo clásico con lo original
y atrevido.
En
cuanto al asunto del comer puedes encontrar platos de cualquier parte del
mundo, una carta amplia con cosas reconocibles y otras que no lo son tanto. Su
carta de vinos es más que suficiente con bastantes referencias tanto en blancos,
como tintos como espumosos.
Su
intención es también utilizar la coctelería para tu disfrute. La encargada de
ello ha resultado ser de mi pueblo, hija de un quinto mío. Ha pasado algún año
en lso países nórdicos y allí ha aprendido varias técnicas que ahora aplica en
este local.
Local
moderno, mesas correctas, iluminación ajustada a su idea. Cocina vista que en
algún momento ha supuesto un pequeño problema con los olores. En cuanto ponen a
tope los extractores desaparece, eso sí. El hecho de jugar mucho con la brasa
tiene parte de culpa.
El
pan es opcional, te preguntan si quieres o no. Yo sin pan….
Comenzamos
con una ración de Langostinos salteados, tamarindo, piña y boniato asado. Pues
están estupendos. Riquísima la salsa.
Pasamos
a a degustar una generosa ración de Gyozas de manitas de cerdo setas y piñones.
Nueva sopresa. Bien preparadas. Una mezcla muy agradable de sabores pero
sobresaliendo esas manitas.
Para
beber me he arriesgado hoy, he visto un ribeiro que me era desconocido y la que
ha tenido suerte ha sido Marijo. Ella es más de vinos afrutados y frescos, así
que le ha gustado mucho. A telleira.
Yo, al contrario, los prefiero más “curados” y en esta
ocasión no es precisamente lo que me encuentro. Elaborado con godello y con una
crianza en lías de cuatro meses más un reposo de otros tres en botella. Mucha
fruta, demasiada para mi gusto. En nariz me resulta muy plano. De todos modos
mi compi ha disfrutado.
Curioso
ha sido lo de los segundos platos puesto que ha resultado que nos los hemos
intercambiado. El que yo he pedido, un pollito de corral a la parrilla ha
resultado excesivamente especiado para
mi gusto pero del total gusto de Marijo y las mollejas que ha pedido ella han
tenido un resultado exquisito para mi. Así que ambos contentos.
Para
los segundos yo me he pedido una copa del único espumoso que abren, un correcto
cava, un Palay Solá brut nature. Variedades
macabeo, xarel-lo y parellada. Con una crianza de un año. Evidentemente
más de mi gusto que el vino. (foto superior).
Terminamos
con dos cafecitos y abonamos los 92 euros de la cuenta. Pues lo dicho, un
espacio diferente, más moderno.
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