25 de marzo de 2018

RESTAURANTE ETXE ZAHARRA-CASA VIEJA (VITORIA/GASTEIZ): Buen horno de leña.


Hoy “Hugo” nos ha hecho  cambiar los planes. Teníamos intención de acercarnos a la costa pero demasiado viento para andar con tonterías. Así que cambiamos las temperaturas algo más “templadas” por las un poquito más “siberianas” de la capital alavesa.

Como hace bien poco me llevé una sorpresa con ir sin reserva, me decido a llamar antes de arrancar. Tenía ganas de visitar este precioso caserón de más de 130 años.
Me sorprende ver la animación que reina. Tienen servicio de barra y buenos pintxos. Tiene también varios comedores, hoy nos acomodan en la planta baja. Buenas mesas, bien preparadas. Un servicio muy profesional.

La carta de vinos muy “riojana” y muy de tintos. No tenía demasiadas opciones. Mirando sus espumosos descubro que se basan casi exclusivamente en cavas de una misma marca, con la que estoy demasiado enfadado como para pedir nada suyo. Pero curiosamente, en hoja de vinos de la semana, descubro un cava riojano que ya había probado y que me resultó agradable. Un Viña Pomal. Cien por cien garnacha. Tiene mucha fruta en nariz, muy distintos de los cavas más a mi gusto. Un tanto “flojo” de potencia. En mi opinión casi “demasiado fácil” de beber. Para mi compi un vino muy agradable. A fin de cuentas nos ha hecho disfrutar de la cena que es lo más importante.
Como al llamar me habían preguntado si queríamos cordero o cochinillo, nos habíamos decidido por una ración de lo primero, así que pedimos un par de platos antes de atacar el principal.

Aran se decide por una crema de marisco y rape. La simpatiquísima camarera, ante la prontitud que tiene mi compi para frenar el servicio, la mira y le dice que tiene que comer más, así que cual madre de las de siempre, le llena el plato. Desde luego que la pinta bien lo merece y al final, ni para untar un poco de pan deja. Realmente exquisita y apropiadísima para las temperaturas que “disfrutamos”.

Yo me he decantado por unas maravillosas manitas de ibérico con langostinos sobre crema de gambas. Perfectas. Deshuesadas. De esas que invitan a dejar de lado las “buenas costumbres” y coger pan a dos manos. Están de rechupete. Una ración casi demasiado abundante para ser un entrante pero he sido “valiente” y no he dejado nada.


Pasamos ya al cordero. Lo ofrecen como lechal alavés. Vida corta la de este animal pero eso nos permite disfrutar de su maravillosa carne. Mucho tiempo hacía yo que no lo cataba. Preparado en su horno de leña. Turrado pero con la carne suelta. Buena ración también. Buenas patatas lo acompañan. Aran tira más hacia la parte menos contundente, las costillitas y yo doy cuenta del “grueso” de la ración. Tal vez un poquito de salsa hubiese mejorado el resultado final pero tampoco es que estuviese demasiado aceitosa. Una pequeña ensalada de lechuga y cebolla , imprescindible en estos casos, ayuda a refrescar el plato.

Para endulzar la velada nos decidimos por una tarta de queso que , cosa curiosa lleva como compañía una de nuestra míticas cremas dulces, la intxaursaltsa (salsa de nueces). Aunque no es de mis tartas de queso favoritas, está muy rica. Suave y sin compañías extrañas de mermeladas.

Termina Aran con una infusión mientras yo degusto la última copa del Viña Pomal. Pues hemos disfrutado mucho con la cena. Todo a buen nivel y un servicio muy agradable. El importe total han sido 87 euros. Buen precio, ajustado a lo recibido.

22 de marzo de 2018

CONCURSO PINTXOS LAUDIO/LLODIO 2018


NUEVA EDICIÓN DEL CONCURSO DE PINTXOS DEL PUEBLO. 
COMO SIEMPRE, ÉXITO DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA. AL MENOS, DE VEZ EN CUANDO QUE EL PERSONAL SE ANIME A DAR UN POCO DE "VIDILLA".
HE TENIDO OCASIÓN DE PROBAR VARIOS DE LOS PINTXOS Y LA VERDAD ES QUE EL PERSONAL SE LO CURRA.
COSA CURIOSA, EL RESULTADO DE LAS VOTACIONES POPULARES Y DE LAS DE LOS TÉCNICOS NO HAN COINCIDIDO NI EN UNO DE LOS PINTXOS PARTICIPANTES.
A LA GENTE LE TIRAN MÁS LOS SABORES CONOCIDOS Y SE GUÍA SOBRE TODO POR EL PALADAR, SIN TENER EN CUENTA ASPECTOS A LOS QUE LOS PROFESIONALES LES DAN MUCHA IMPORTANCIA.

PUES SIN MÁS. QUE DISFRUTÉIS DE LAS "PRECIOSAS VISTAS". ESKERRIK ASKO A LA ORGANIZACIÓN POR LAS ESTUPENDAS FOTOS QUE HE "ROBADO" SIN PERMISO.




















ZORIONAK A TODOS LOS PARTICIPANTES Y SOBRE TODO A LOS GANADORES.


18 de marzo de 2018

RESTAURANTE KUKUTZE (DURANGO): Sobresalientes croquetas.


No es Durango un pueblo que tenga una lista de restaurantes demasiado interesantes y llamativos. De este pueblo que curiosamente dobla al mío en población, tan sólo tengo catado el Kobika del que salí encantado.

Pero bueno, hoy tocaba probar algo nuevo y me decido por otro del que he leído bastante y que sale bien parado en muchos comentarios existentes en la red.
Concretamente hablo del Kukutze. Llamo para reservar, nunca se sabe. Llegamos a una hora más bien “europea” puesto que no hace la mejor noche para paseos. Poco más de las 9 y somos los primeros. Casi una hora más tarde son al menos 6 las mesas ocupadas. No está mal para los tiempos que corren.
Amplio comedor, bien vestido. Original eso de poner los vasos de agua de colores diferentes. Las copas de vino un tanto “pobres” para lo que acostumbro.

Tienen un menú degustación por 33 euros que no tiene mala pinta pero la presencia de kokotxas hace que inmediatamente tengamos que desecharlo. Aran no puede con su textura. Una pena.
Así que como nos han ofrecido un pescado de buen tamaño para los dos, pensamos un poco que picar antes. Mientras Aran piensa un poco, echo un vistazo a su carta de vinos. En cuanto a blancos, nada demasiado reseñable y estando con quien estoy, me voy a lo seguro. Un cava que conozco perfectamente y que sabemos que acompañará estupendamente toda la cena. Un Juve Camps Reserva de la Familia. Nos quedamos con las copas de vino como siempre. Como la temperatura está más o menos ideal, decidimos no utilizar cubitera y simplemente nos mantienen un poco el fresco con un enfriador.
Comenzamos con unas croquetas. Buena ración. Mitad de txipis y mitad de jamón. Riquísimas, finas, suaves. Buenos trozos de txipi. Las de jamón están aún mejor. Lo mejor de la noche con diferencia.

Continuamos con un arroz meloso de hongos. Presentado en dos “medias” raciones. Creo que hubiese estado bien una de las medias para compartir. Excesivo tamaño del plato. Rico de sabor. Quizás ese punto para conseguir que realmente esté meloso hace que a mi parecer esté demasiado pasado. Pero igual yo estoy un tanto confundido. Meloso ha de ser una mezcla entre seco y caldoso y lo estaba. Simplemente que yo prefiero que el grano esté un poco más “duro”, no tan hecho. Me quedo con su agradable sabor.

Nos llega la lubina. Aproximadamente de un kilo. En esta ocasión es Arantza quien sale “ganadora”. Está jugosa pero yo la prefiero un poco menos pasada. Hablamos a fin de cuentas de minutos de preparado. No somos, precisamente, los mejores comedores de pescado. Estoy un tanto acostumbrado a que me lo desespinen y me lo presenten ya emplatado. Hemos hecho lo que hemos podido y al final el resultado no ha sido malo del todo. Hemos aprovechado bastante bien la pieza. Está rica, por cierto. Correcta patata panadera acompaña al pez.

La tarta de queso que elegimos no es de las “mías”. Es de las que hoy se llevan. De todos modos está bien rica y apartando un tanto la mermelada, se deja comer gustosa.

Una infusión y mi “cortao” habitual dan por terminada la velada. Cien euros “tienen la culpa”. No está nada mal para lo degustado. Pues no me parece mala opción. Buen local, amable y profesional el servicio. Correcto el precio y sin destacar en exceso, buena cocina.

11 de marzo de 2018

ASADOR EGURRA (BILBAO): QUE VIVAN LAS VACAS VIEJAS!!!!!


Tocaba ya visitar a nuestros amigos del Egurra. Pasa el tiempo a una velocidad…….. Así que al menos, como digo yo, que nos pille bien alimentados.
Hoy tienen trabajo extra. Un par de chirigotas de Cádiz han venido a Bilbao a actuar y el lugar elegido para comer ha sido este restaurante. Al parecer han salido encantados así que repiten a la noche y encima añaden más comensales. Pero bueno, hoy Gonzalo y su mujer tienen ayuda y sabrán salir del paso.


Como hemos ido temprano, aprovechamos para charlar un rato con ellos y mientras tanto abrimos lo que vamos a beber. Dice Ainara que soy “raro” en los asuntos del beber. Después de un intercambio de opiniones, llegamos a la conclusión de que lo de “raro” pasa a ser “diferente”. Desde luego que lo reconozco, el hecho de que los vinos tintos no me gusten y mira que he probado unos cuantos, es algo no demasiado corriente.



Afortunadamente en este restaurante siempre tienen algo interesante para mí y hoy no ha sido la excepción. Así que disfrutamos de un cava de una estupenda relación calidad precio, un Titiana vintage brut nature 2011.  Cien por cien chardonnay. 24 meses de reposo en botella. Rico, sedoso, burbuja fina y que se “pega” a la copa. De beber pausado. Ha podido con todo y no ha sido precisamente una cena liviana.
Nos deleitan con ese aceite de oliva ahumado por ellos que está para untar pan sin conocimiento y que les ruego retiren de la mesa pues me conozco y ya he terminado media txapata de pan.


Como al parecer hemos pedido “poco”, nos obsequian con un micuit que hacen ellos y que me como sin pan, “a pelo”. Me encanta. Y más aún, le encanta a Aran que eso ya es un indicativo de más nivel.


Yo al escuchar lo de morcilla…… me pierdo así que mi compi se decanta por “media” ración de croquetas de cordero. Pues si esto es media ración…. 3 croquetones tamaño XL. Acompañados por unas estupendas setas. Con “tropiezos” en cantidad. Pues para mi sorpresa, casi no me deja probarlas. Están cojonudas. Pero vamos, que si te comes la ración entera vas “cenao” para casa.


Yo, como ya podéis suponer, me he decantado por la morcilla. Una finísima morcilla sabrosísima que descansa sobre una base de pimiento rojo. Está de diez. Riquísima. Hoy la noche va de sorpresas y resulta que Arantza me “quita” un trozo. Serán los efectos de las burbujas?


Pasamos al plato principal. Una txuleta de buen tamaño. Pasa de kilo. Presentada en parrilla y como novedad sacan un plato de metal a temperatura adecuada para que si lo necesitas hagas más la carne. Como somos tan distintos en el punto, mi compi disfruta dándole unas cuantas vueltas mientras que yo me conformo con que no pierda sabor. 


Pues señores y señoras, decir que sin duda ha sido una de las mejores txuletas que he comido nunca. Sabor a raudales. Poco desperdicio ha tenido, la verdad. Huele a carne, sabe a carne. Les comento en plan jocoso que me da igual que sea carne de oveja vieja. Está cojonuda pero de verdad. Dice que ha pillado una cinta de 34 kilos que tenía una pinta excepcional. Pues no ha quedado ni rastro y la que te digo se ha puesto las botas.
Acompañada de patatas fritas caseras con pimientos rojos y verdes.

Yo tiro la toalla, no puedo más y la que tengo delante “pasa” también hasta que escucha aquello de sorbete…… Así que como se conoce que tiene “sed” pues se pimpla un sorbete de cava presentado con dos pajitas. Al parecer una de ellas era de adorno :-) La foto está "tuneada", me ha gustado así.
86 euros, un regalo. Allí que les dejamos con los Gaditanos, imagino que hoy les espera una noche larga.