10 de mayo de 2020

Y ALLÁ VA LA DESPEDIDAAAAA!!!!!!!!!





En más de una ocasión había pensado dejarlo pero el gusanillo me podía. Me va el rollo. Pero ahora ha llegado el momento. Tengo claro que cuando esto vuelva a la “normalidad” me voy a dedicar a visitar mis restaurantes favoritos, que por cierto no son pocos. Creo que me debo de alguna manera a ellos y las visitas serán más frecuentes. Y un blog no puede vivir sin novedades. Así que con mucha pena y mucho dolor me despido.


No sabia muy bien como “decorar” este escrito y he preparado, a mi estilo “jotero” una recopilación de fotos de mis mejores momentos. De platos, vinos y por supuesto personas que he conocido a lo largo de esta historia tan bonita. Espero y confío no haberme olvidado de nada ni nadie; que me perdone alguien si se considera olvidado.


Tengo tantas gracias que dar que no sé muy bien como hacerlo, lo mejor será simplemente decir: gracias a TODOS Y TODAS, eskerrik asko. Nombrando, siempre corres el peligro de olvidar a alguien y es lo último que quisiera.

Ha sido un inmenso placer, me lo he pasado estupendamente. Además, a pesar de ser un blog muy “rústico”, muy de libertad personal, muy de escribir lo que me venía en gana, han sido muchas, muchísimas las personas que han pasado por aquí. Nunca seré lo bastante agradecido.

Un abrazo inmenso para todos los que con esta situación tan tremenda vais a pasar momentos tan difíciles, esperemos que con un poco de suerte, lo antes posible podáis comenzar de nuevo esa lucha diaria que hace que nos hagáis pasar momentos tan especiales, suerte y todos mis ánimos.





Durante un tiempo, en esa “nube” que anda por ahí, las fotos y comentarios seguirán. Un día decidiré borrarlo todo. De todos modos en Facebook seguiré quitándome el gusanillo con algún que otro comentario y alguna que otra foto.





Las despedidas mejor si son cortas y no quiero alargarme. Esto lo escribo con un brillo especial en mis ojos, reconozco que me da una pena inmensa pero creo que es el momento. Así que AGUR bero bat a TODOS Y TODAS. Seguiremos viéndonos en vuestras mesas y ojalá sea lo más pronto posible. Un ABRAZO de los largos, ha sido un verdadero placer. GRACIAS, ESKERRIK ASKO y hasta siempre, ONDO IZAN.

8 de marzo de 2020

RESTAURANTE MAIPU (SONDIKA): Una TASKA con mayúsculas.


No es fácil conseguir mesa en este afamado local  y más aún si se trata de un viernes. Tras varios intentos fallidos, por fin lo conseguimos. Tampoco es sencillo dar con él pero hoy hemos ido con chófer profesional  y tenía la lección aprendida.

Nada más entrar hay dos cosas que me dicen que aquí mal no lo vamos a pasar. Por un lado la simpatía y saber estar del personal que nos recibe y por el otro la vitrina donde veo muchas, pero que muchas cosas embotelladas que nos van a hacer disfrutar.

Nos acomodan en un pequeño comedor, hay sitio para más pero creo que aquí gestionan las cosas de esta manera, nosotros cuatro, sin estorbos.  En otras estancias se reparten otros comensales. El alma mater del local es un hombre sencillo, dice que aquello es una tasca y hemos podido comprobar que se trata de la misma manera al cliente sin importar su teórico nivel adquisitivo. Jesús es un tío genial, de Begoña, por cierto.
En el precioso jardín la decoración es de nivel. Destacando un curioso árbol al que denominaremos “limoranjo”, en sus ramas encontramos a la vez naranjas y limones. Aquí los combinados llevan fruta fresca, sin engaños.

Otra de las curiosidades del Maipu es que cuando llamas un par de días antes para confirmar reserva, negocias con el propietario lo que vas a comer. Así que venimos con los deberes medio hechos.
Por lo pronto el pan es, como dice Addu, de los “peligrosos”, de los de comerlo a pelo, sin necesidad de nada más. Unas ricas croquetas nos abren el camino junto a unas apetitosas antxoas mientras probamos un txakoli que nos es casi conocido. Un Itsasmendi 7 pero especial, el parcelario. Del viñedo de hondarribi zuri zerratie de Leioa, cosecha 2017. Como bien reza la etiqueta evolución favorable durante varios años en botella. Tenemos constancia de lo bien que le sienta a estos vinos el reposo, hemos probado “viejunos” impresionantes. Volveremos a beberlo dentro de un tiempo.

Degustamos a continuación una menestra de calidad superior. Bien tratada la materia prima. Mira que no soy yo el mejor amigo de la verdura pero esta es una de esas ocasiones donde me doy cuenta de lo maravillosas que pueden resultar así cocinadas. Riquísimas. Para que diga Pepe que no las pruebo.

Hablando con quien controla el asunto de los vinos, la sorpresa es morrokotuda. Quien me iba a decir que hoy me iba a encontrar con un viejo conocido. Ni más ni menos que ese Eulogio Pomares desiguales, con sus 60 meses de crianza. Aquel que Angel e Iratxe, del restaurante NidoBilbao tuvieron el detallazo de traerme desde Galiza. En teoría la última botella había caído pero evidentemente no era así. Eso sí, que sepáis que la nuestra sí ha sido la última, al menos de este restaurante. Un vino que me sorprendió la primera vez y que sigue hacíéndolo. En mi modestísima opinión una genialidad difícilmente repetible. De nuevo, elogiaremos a Eulogio.
Le metemos mano ahora a uno de sus afamados arroces, un arroz “simple” que nos trae recuerdos de la cocina de nuestras amatxus, jugoso, con sus almejas. Esto no tiene misterio pero resultón resulta, sin duda alguna.

Queríamos probar otro más y en esta ocasión la cosa cambia y mucho. Un arroz muchísimo más potente. Sabor a raudales. Misma materia prima pero otro trato. Nos quedamos con él los cuatro comensales.

Y como plato principal degustamos un pez que nos trae estupendos recuerdos puesto que fue en Zarate el mejor pescado que jamás hemos disfrutado, un rey. El “bitxo” es de buen tamaño, rondando los dos kilos y su carne está suelta, tierna. Ni siquiera Javi, el más comilón del grupo es capaz de terminarlo.


Lo regamos con un vino que ya había probado y que pienso que a mis compis les va a encantar. Champagne Mouzon Leroux & Fils Verzy L´Atavique un gran Cru mezcla de chardonnay y pinot noir.  El peso se lo lleva esta última. Rico champagne con una burbuja fina y con un toque descarado de compota de fruta, difícil me suele resultar detectar aromas concretos pero en esta ocasión me ha resultado sencillo.

Llega la hora del postre, no tenemos hambre pero la oferta de helados es muy tentadora. Son helados muy conocidos por mi, de un italiano, un genio en este campo. Aquí demostramos la diferencia de gustos particulares. Cada uno a lo suyo. Todos ricos, yo me quedo con ese helado de Idiazabal y el de chocolate, otros van a buscar más acidez pero el resultado es estupendo en todos y cada uno de los elegidos.

Cuatro cafecitos correctos, Addu es técnico en esta materia y les comenta que se pueden mejorar. Por cierto, eskerrik asko por las fotos.

Una pena que el día no nos permita disfrutar de ese porche exterior al que prometemos volver en algún mes más llevadero, tenemos pendiente esa merluza que al parecer es su plato estrella.

Abonamos la cuenta. Destacar los arregladísimos precios de los vinos, muy poco cargados, incluso algunos me resultan baratos.  El asunto sólido no llega a 70 euros por persona. Realmente nos ha encantado el sitio. Bonito local, servicio de diez, amabilidad por doquier, buen producto y excelente propuesta vinícola. Un verdadero placer, eskerrik asko.

2 de marzo de 2020

RESTAURANTE BIDEKO (AMURRIO): Ostras, qué paletilla.


Nos hemos juntado hijo, suegro y padre en el restaurante donde próximamente tenemos que celebrar un muy importante momento. Todo se andará y mientras tanto hay que ir probando cosas y tomando decisiones.

Bideko es un buen restaurante, sin lugar a duda alguna. Difícil será quien no haya pasado por aquí siendo de la zona a celebrar alguna boda. Por aquí pasé yo también en su momento. Buenos recuerdos.
Local completo y nos acomodamos en una de sus buenas mesas, bien vestidas y amplias.

Jose Luis es el único “amigo” de un alimento que es uno de los pocos con el que yo no me llevo excesivamente bien, las ostras. Me da envidia ese disfrute que generan pero a mi no me sientan demasiado bien. Así que dejamos que disfrute mientras nosotros vamos catando nuestro primer vino de hoy, se trata de un Champagne Le Mesnil Sur Oger Grand Cru. Un blancs de blancs de variedad chardonnay. Cosecha 2010. Una producción limitada a 1888 botellas de las que hemos tenido la inmensa suerte de bebernos una. Un vinazo sin duda alguna. Burbuja fina, estupendamente integrada. Potente, agradable a más no poder en boca. 
Pasamos ahora a comernos unas cojonudas gambas a la plancha. Riquísimas. Aquí poco o más bien nada se puede añadir.

Ahora nos llega un arroz cremoso en su punto exacto de cocción. Presentado en raciones individuales. Estupendo.

Curiosamente  y por motivos que nosotros conocemos muy bien, nos decantamos los 3 por el mismo plato principal. Su paletilla de cordero. Ciertamente un plato de esos que te hacen salivar, que piensas en llamar al cocinero y darle un abrazo.Nuestras dudas, pocas, se disipan. Maravilloso.


Este plato lo regamos con otro champagne,  un Christophe Mignon extra brut. En esta ocasión se trata de un blanc de noirs. Cien por cien pinot meunier. Burbuja finísima. Curiosamente, siendo un vino en teoría menos “lujoso” que el anterior, diría yo que me gusta aún más. Quizás sea más “fácil” de definir o quizás sea, simplemente más de mi gusto. También mis compis comentan que les gusta más este. De todos modos hoy el asunto líquido ha sido un verdadero placer.

Terminamos con una tabla de quesos. Todos ellos con potencia, sabor a raudales. No sabría muy bien con cual quedarme.

Salimos a la terraza y tomamos un par de ricos cafecitos y ya rematamos decisiones. Una estupenda velada. El asunto sólido nos sale a 60 euros por persona, buen precio por lo degustado y su excelente calidad.

23 de febrero de 2020

RESTAURANTE UTZINE (LAUDIO/LLODIO): Será un cardo pero está muy bueno.


Las nuevas costumbres, las nuevas generaciones, las nuevas “culturas” han conseguido que  muchos locales se hayan visto obligados a no ofrecer cenas los fines de semana. Esto pasa desde hace ya un tiempo más que largo. Ahora se lleva mucho eso de “picotear” y dejarse los cuartos en otros menesteres.
Pero hoy era un día un tanto especial, sábado de carnaval y me ha venido a la cabeza que quizás tuvieran alguna reserva hecha y así podía yo aprovechar para quitarme el antojo de visitar a mi amigo Patxi. He llamado y efectivamente abría, así que hoy me quedo en mi pueblo.

Es un restaurante donde he comido en muchas ocasiones y donde hemos celebrado más de una despedida. Un local y un cocinero con nombre en el pueblo, puedo aseguraros que su fama es bien merecida.
Nos aposentamos en su pequeño pero muy coqueto comedor en  una de sus estupendas mesas y nos acercan el que va a ser el menú carnaval de esta noche.
He pedido permiso a Patxi para llevar el vino. Hay botellas que uno no sabe mu bien si abrirlas o no. Conoce el “poderío” de guarda pero no el momento exacto de apertura. En esta ocasión se trata de un txakoli, un Itsasmendi 7, cosecha 2009. En la cata que hicimos en Bilbao fue el que más me gustó pero hoy me ha vuelto a sorprender. Un vino que tiene ya más de 10 años pero que conserva una acidez impresionante. Me he arrepentido y encima difícil lo tengo para encontrarme con otra botella. Es increíble como se conserva, qué potencia. Incluso diría que no he disfrutado con él lo que me esperaba. Yo los quiero más “domados”, más sedosos. Marijo me dice que le encanta y eso es señal de que está casi demasiado frutal. Bueno, desgraciadamente en esta ocasión las golondrinas no volverán sus nidos a colgar.

Comenzamos la cuestión gastronómica en sí. Grata sorpresa con el pan. Un pan casero hecho a mi gusto. Corteza crujiente a más no poder. Cojonudo.
Colocaré los nombres de los platos y la foto correspondiente. Todos y cada uno de ellos a un nivel notable y en algunas ocasiones incluso sobresaliente. Patxi sabe lo que se hace. Disfrute total y absoluto.



 ´
Para que luego diga mi amigo Pepe que no como verduras. Pero si están preparadas así me como lo que haga falta.


Calidad de diez del bacalao. Lascas tremendas. Riquísimo.


Quizás decir aquí que yo hubiese preferido que la salsa no tocase la carne. Está tan rica que no necesitaba "ayudas".


Rematamos con dos estupendos cafecitos y tengo incluso la suerte de tomarme un txupito de un PX que han encontrado por allí para mi. Todo ello nos sale 80 euros, sin vino. Un regalazo. Eskerrik asko Patxi, un verdadero placer, me va a “joder” un poco esa prematura jubilación de la que tienes intención de disfrutar.

16 de febrero de 2020

BRASA IBÉRICA (BASAURI): VACA versus cerdo.


Mi amigo Luis me comentó que había descubierto un local en una zona industrial de Basauri donde parecía que había buena oferta en asunto de carnes a la brasa. No está demasiado lejos y había que curiosear. No es fácil encontrar novedades y cuando las hay se me hace interesante investigar.

Acompañado en esta ocasión por mi retoño nos acercamos hasta esta zona de pabellones industriales donde resulta un tanto curioso encontrarse con semejante local.
En el acristalado escaparate ya se vislumbra la oferta que nos vamos después a encontrar, buenas txuletas de ganado mayor y alguna otra cosa que no termino de saber muy bien lo que puede ser.
Comedor muy alegre y decoración variada pero también se deduce que aquí lo importante son las brasas y los ibéricos.
Es viernes noche y no hay demasiado meneo por aquí pero al menos hay alguna mesa ocupada. Disponen también de un pequeño txoko para poco más de media docena de comensales.

Nos atiende Iván Pinto, quien gestiona el negocio. Pertenece a una familia que lleva ya muchos años metido en el mundo de las carnes y los embutidos, así que no son, precisamente, unos novatos. Nos ha “llevado al huerto” puesto que prácticamente nos hemos dejado guiar por él para nuestra cena de hoy.
La carta de vinos no está mal pero al preguntar por algún espumoso nos ofrece un champagne que yo no había probado, además a muy buen precio. Un Drappier carte D´or. Se trata prácticamente de un blanc de noirs. Solamente lleva un quince por ciento de uva chardonnay. Con un trato muy natural en su elaboración. Nos ha gustado bastante, tiene esa potencia característica de los champagnes que llevan uvas tintas pero aporta a su vez una buena frescura. Ha acompañado estupendamente los poderosos platos de nuestra cena.

Hemos comenzado con una ración de pulpo a la brasa acompañada de unas muy ricas patatas, otras más tipo chip crujiente y unas salsas muy sabrosas, una de ellas alioli de “humo” que tiene verdadera potencia. La ración es algo más que generosa, casi excesiva diría yo. Cuatro comensales bien pudiera degustarla quedando satisfechos.

Después, aunque nosotros íbamos con la idea de comer una txuleta de vaca, nos ha ofrecido algo que nos resulta novedoso, una de cerdo gallego. Tamaño parecido a las de vaca y presentada igual. La carne resulta mucho más clara y aunque tengo que reconocer que estaba rica, a mi dame una con “cuernos”. Creo que la pelea es injusta y en otros asuntos el cerdo bien puede “torearse” a la vaca pero no así en asuntos txuleteros. La carne viene acompañada por una tremenda ración de patatas y además pimientos rojos asados y verdes fritos. De nuevo excesiva cantidad para dos seres humanos. No hemos podido con ella.

Aunque hambre precisamente no tenemos, ante la propaganda que nos hace de su torrija y ante la posibilidad de hacerla en dos partes, una para el txikito que no es demasiado amigo de que la caramelicen, nos animamos a probarla. Nuevamente la ración es para los del mismo Bilbao. Está muy rica, para mi un tanto pasada de dulce. No la pondría en mi lista de tops pero meceré la pena.

Un cafecito y abonamos los 93 euros de la cuenta. Si no tenemos en cuenta el vino podemos cenar aquí poniéndonos hasta las trancas por menos de 30 euros por persona. Buena relación calidad precio. Tenemos que volver a probar esa vaca gallega que seguro nos deparará más satisfacción que su hermano el cerdo. Original presentación de la cuenta con unas riquísimas gominolas .