26 de agosto de 2019

ASADOR HORMA ONDO (LARRABETZU): Braseando que es gerundio.


Uno de los restaurantes a los que suelo acudir una vez al año Muy buen local, un producto excelente y una manera de trabajar las brasas que invitan a la gula.

Nos acomodamos en una de sus amplias y bien vestidas mesas y enseguida viene Mikel a contarnos un poco lo que tienen para comer.
Aperitivo en forma de salpicón de pulpo y su estupendo pan que ellos mismos hornean. De esos que me apasionan, corteza crujiente, miga consistente. Un pan de los de verdad.

Veo que tienen un champagne que ya he probado en otra ocasión, un vino de pequeño productor. Un champagne de los denominados parcelarios.  Se elabora con uvas de dos parcelas vecinas y de una sola añada.  Fermentado y criado en barricas y fudres de roble. Descansa después al menos cuatro años en botella. Larmandier Bernier Terre de Vertus Premier Cru Non-Dosé. Un vino seco, con un ligero amargor final. Aquí el azúcar brilla por su ausencia. Burbuja muy, pero que muy fina. Estupenda nariz y una acidez destacable. Persiste en boca, persiste mucho tiempo. 
Comenzamos con una ración de gambas frescas de Huelva, por supuesto a la plancha. Buena ración y maravilloso resultado, de chuparse los dedos, bueno, eso yo que las que han estudiado en colegio de monjas son mucho más finas.


En esta temporada es raro que yo no me coma una ración de pimientos verdes aunque a mi compi no le van. Así que sin poder remediarlo, así lo hago, cojonudos. Un rape negro a la brasa que compartimos y que está en perfecto estado de revista, muy rico, incluso me animo a limpiar un tanto lo más difícil.


De segundo nos vamos a por un solomillo de ganado mayor de nuevo a la brasa. Excelente carne que Aran “estropea” un poco, como siempre. Calidad superior, sabor a raudales.

Acompañado por una lechuga con vinagre a discreción, mi pasión y unas patatas fritas caseras, de las de verdad.


Me sorprende mi chica pues tiene antojo… ha leído eso de arroz con leche a la brasa y no puede resistirse. Compartimos una ración y realmente está impresionante. Buen punto del arroz, dulzor perfecto, sin empalagos y ese toque brasa que lo hace aún mucho más apetecible, perfecto.

Una infusión y mi rico cafecito. 55 euros por persona sin contar la bebida que es un poco “vicio”. Buena relación entre lo degustado y lo pagado. Como siempre, un placer.

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