5 de agosto de 2018

RESTAURANTE MINA (BILBAO): Para mentes abiertas.


Unos cuantos años ya de mi primera visita a este emblemático restaurante de mi ciudad favorita. Puedo asegurar que en ninguna de mis visitas he salido indiferente.

Llevo tiempo disfrutando del asunto gastronómico con personas diferentes, una de ellas es mi hijo y teníamos los dos muchas ganas de compartir mesa aquí. Sabía que era un riesgo, conozco el local, conozco su propuesta y conozco también a mi retoño y sus gustos. Así que era un pequeño reto.
Paso a presentaros la cena plato a plato.
Aperitivos

Ostra gillardeau (detalle del local)

Corvina acompañada de una crema de arbequina

Mejillón, coco, citronella y tomate picante

Queso marino, infusión de champiñón

Berenjena confitada en té rojo y tartar de gamba blanca

Tienen nueva sumiller, una joven de procedencia galega. En un principio la intención era beber un cava pero al decirle lo que me gusta y las elecciones posibles, nos recomienda un champagne. En concreto un R.H. Coutier a Ambonnay. Pinot Noir y chardonnay. Nos ha gustado mucho. Ese punto de fruta pero ya más confitada que madura. Esa burbuja perfectamente integrada y ese punto final de "amargor" que invita al trago largo. Nos ha parecido un estupendo básico a un precio más que asequible.

Begihaundi a modo de risotto

Pastrami de ventresca de atún rojo ahumado con curry verde

Piel de cerdo en una salsa con un toque dulce (otro detalle de Alvaro)

Bonito en su jugo con vinagreta de flores



Molleja de ternera a la brasa con calabaza al cardamomo y emulsión de zaatar




 El champagne se termina. Le pido algún vino de postre. Tras preguntarme si me gusta arriesgar y recibir la correspondiente afirmación, termina sacándonos un Ignios Orígenes. Vino de Tenerife. Elaborado con la Listán blanca, pasificado en su tercera parte. Cuatro meses en barricas de roble francés sobre sus lías más finas. Complicada nariz, huele más que especial. En boca gana mucho. No es algo dulzón precisamente pero dada la propuesta de postres de este local, me ha parecido una genial propuesta.

PASAMOS YA A LOS POSTRES:
Tamarindo, tofee y perrins


Leche de caserío, Ras al Hanout y frutos silvestres


Sabayón de azúcar moscovado (postre a modo de detalle que Mina lleva tiempo ofreciendo, diríamos que algo "mítico" y que está realmente cojonudo)


Un rico cafecito y los típicos detalles "fin de fiesta". Abonamos los 234 euros. El menú de diez platos sale a 85 por persona. Precio ajustado a su oferta. Un local que arriesga con sus platos, con sabores de varios lugares del mundo. Con mezclas que no son fáciles pero que en general alcanzan un magistral resultado final. No es un restaurante para "clásicos". Mi retoño ha tenido momentos varios pero le ha resultado "difícil". Yo lo recomiendo, perfecto servicio y una manera estupenda de entrar en la cocina trabajada, en el riesgo, en la imaginación.

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