Otro de esos restaurantes de los que
uno ha leído mucho y que por unos u otros motivos va retrasando la visita. Pero
estas maravillosas noches medio tropicales que estamos teniendo invitan a
acercarse a pueblos donde la brisa marina te hace mucho más llevadero ese calor
agobiante.
Desde luego que las vistas merecen la
pena, un pueblo de pescadores con mucha tradición, cosa lógica de excelentes
pec es y otros productos de la zona.
Caserío con unos cuantos años a sus
espaldas pero restaurado. Local al uso, buenas mesas, un trato muy amable y con
buenas recomendaciones.
Estoy con Aran, así que ese pulpo
albardado hay que probarlo. Jamás se me hubiese ocurrido esa presentación pero
el resultado no está nada mal. Para los amantes del pulpo y para los amantes
del rebozado. Me sigo quedando con un buen pulpo a la brasa pero no ha estado
mal la nueva propuesta.
Nos comenta que tiene unos estupendos
pimientos verdes de casa. Aunque la que me acompaña no es precisamente amante
del susodicho producto, yo no puedo resistirme así que le pido una racioncita
para quitarme el antojo. Están realmente riquísimos. Menudo plato tan sencillo
pero qué satisfacciones genera.
Nos afrece varios pescados y hace ya
mucho que no degusto un buen rodaballo así que tras una pequeña “negociación”
con mi compi, consigo que mi antojo sea
satisfecho.
Una buena pieza hecha a la parrilla.
Enseguida Aran comenta que está muy rico. Yo sé lo que significa eso. A ella
tanto la carne como el pescado le gustan un tanto “pasados” de punto y eso es
lo que le ocurre a este pez. Realmente
está sabroso pero en mi opinión le han “sobrado” un par de minutos. El asunto
parrillero no es nada sencillo. Imagino que si se hacen cien pescados no todos
ellos saldrán con el mismo punto. De todos modos hemos disfrutado muchísimo con
él y , siendo como somos, malos “limpia-pescados”, el resultado final no ha
sido nada desastroso.
Estamos en fiesta de La Blanca así
que un pequeño homenaje a la capital Alavesa en forma de Goxua que Aran se mete
bien gustosa. Yo pregunto si tienen algún buen queso de la zona y pido media
razón acompañada de un buen membrillo. Estupendo remate a la cena de hoy.
En asuntos de “espuma” tienen un
champagne rosado que no he probado y a por él que nos vamos de cabeza. Nicolas Feuillate Brut Rosé ED. Especial.
Variedades chardonnay, pinot noir y meunier. 36 meses de crianza en bodega. De un rosa asalmonado
y fina burbuja. Tiene una nariz muy afrutada pero en boca resulta un tanto
menos “goloso” lo que hace que el trago sea más pausado. Siendo un vino más
bien de base, se deja beber y acompaña estupendamente la cena.
Pagamos los 152
euros. Tener en cuenta que prácticamente todo se lo llevan ese pez y el vino.
Salimos al “porche”, nos tomamos el cafecito y la infusión. Desde allí observamos trabajar al maestro parrillero.
Un buen local, buen trato, producto
de excelente calidad y desde luego, unas impresionantes vistas al mar
Cantábrico.
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