Cuando me
llamó, Luis tenía antojo de ir a Getaria. Había estado y tenía buen recuerdo.
Pero le pregunté si conocía San Juan de Gaztelugatxe y me dijo que no.
Pues hay que
ir. Además allí mismo tenemos un restaurante del que guardo un buen recuerdo.
Pues dicho y hecho. Les recojo en su hotel y, con mi “peculiar” sistema de
localización, vamos poco a poco acercándonos. Hay días que pienso que me he
perdido pero luego, en cuanto veo el letrero que busco, yo mismo me llevo unas
alegrías…..
Subimos
primero hasta San Juan, hay que sacar fotos de día. Una pena que no esté el
cielo demasiado limpio para ver hasta…. El más allá. Pensaba que se podía bajar
en coche hasta la base de las escaleras pero….. “katxissssssss”.
Así que nos
acercamos por el sendero hasta el mirador y de allí mi amigo puede sacar unas
estupendas fotos con ese “peazo” de móvil que tiene.
La campana
suena sin descanso. Alguno creo que incluso tiene algún “encargo” y la toca por
él y por “todos sus compañeros”. Los hay… “pesaos”.
Como tenemos
tiempo de sobra, les llevo hasta Bakio a tomar algo antes de cenar. Bakio es lo
que es, turisteo, poco “casco histórico” pero se puede dar un agradable paseo
por la playa y sentarte en una de sus terrazas.
A la hora
convenida nos acercamos ya al Eneperi. Es un restaurante que además del
gastronómico en sí, tiene una estupenda cervecera que se pone hasta las
cartolas de gente en la época de veraneo. Hay días en los que aparcar cuesta y
eso que espacio tienen y mucho.
El comedor
principal es amplio, buenas mesas, bonita decoración, muy bien vestidas y con
estupenda vajilla y coperío. Unos ricos
panes nos acompañan. Esto es importante, muy importante. Eso sí, cada día es
más habitual que paguemos el pan bien pagado.
Hemos pedido
un par de entrantes para compartir pero han tenido el detalle de emplatarlos
individualmente y además las raciones eran muy generosas.
Comenzamos
con una menestra de verduras con cigala. Un plato muy bien conseguido y muy
bien armonizado. Tan solo en mi caso la presencia de la zanahoria era un tanto
exagerada. Pero bien de punto, muy buen sabor, buena materia prima. A ellos les
ha encantado que es lo que cuenta. Yo también he disfrutado, que conste.
Pasamos a la
Ensalada templada de txangurro y bacalo al pil-pil con sal de ajo. De nuevo
buena presentación en cada plato. Buenas lascas de bacalao. El pil-pil no está
nada mal, sin ser de los de diez pero mira que es difícil de conseguir.
Nos hemos
decantado todos por pescados como principales y desde luego que las raciones
son mucho más que generosas. Además todos ellos de una calidad indiscutible.
Por un lado una Merluza rellena de txangurro con gambas rojas y su coral. Una
pena que el fotógrafo haya “fallado” un tanto. La foto desmerece pero estaba
genial. Mucho sabor. Todo casa estupendamente y la salsa está que se sale.
Mi amiga se
decanta por un Cogote de merluza a la brasa. Menuda ración. Estupendo punto del
pescado. Sabor. Esos ajitos le dan un toque estupendo. Todos probamos unos
trozos y realmente merece la pena. De nuevo si jugamos con producto ganador, el
resultado siempre será más fiable.
Yo me
decanto por un Rape, hongos y almejas en salsa verde. Tres trozos de un pez que
ha tenido que ser de un tamaño considerable. Me gusta a mi la textura de este
pescado. Poco que decir, calidad, buena mano en cocina y lógicamente, excelente
resultado.
Curioso que
te ofrezcan unos detalles antes de los postres. Generalmente es al contrario.
Así que unos trozos de bizcocho de chocolate y un txupito de patxaran con toque
de mango y nata que está……. Uffffffff. Esto tiene un “peligro”…. Cada cual lo
degusta a su manera pero yo lo tengo muy claro. De un trago y saborearlo en
boca. Juro que a mi el patxaran no me gusta pero esto está genial. Un verdadero
acierto.
“Nuestra
chica” decide lo que vamos a comer de postre y al final le damos caña a una
degustación de los mismos consistente en:
Pantxineta,
milhoja, degustación de helados, una especie de bizcocho de tofe y uno muy
dulce que no sabría detallar. En conjunto muy ricos todos y excelente cantidad
para dos e incluso los tres comensales. Yo me quedo con la milhoja pero sin
menospreciar al resto.
Para beber
nos hemos decidido por un cava. No he visto ningún blanco que me haya llamado
demasiado la atención, Los hay pero no estaba “el mío”. Así que una botellita
de Agusti Torelló Mata Gran Reserva 2009.
Mucha fruta
en nariz, algo de bollería y también cítricos. En boca es agradable y su persistencia
es notable. Una pena que no me haya dado cuenta del precio. Mira que yo soy
comprensivo pero creo que no es junto multiplicarlo por más de 2,5. Una sombra
que me gustaría no tener que reseñar pero….. para otra aprenderé.
Una botella
de agua que yo tengo “prohibida” por mi médico de cabecera ayuda a que así,
pueda yo disfrutar más de las burbujas. J
Salimos a la
terraza a tomarnos el café y a seguir charlando de nuestras historias. Una boda
hace que el silencio no sea todo lo apetecible que uno deseara pero es lógico
que la gente se decida por este sitio para celebrarlas. Pocos entornos serán
tan espectaculares.
El servicio,
supongo que algo tendrá que ver con el asunto de la boda, ha sido un poco
“novato” hoy pero nada que un buen quitamanchas no pueda solucionar.
El precio de
la experiecia ha sido de 56 euros por persona. Que hubiese sido genial si no
lo ensombrece el sobrecosto del cava. Su
página web: www.eneperi.com
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