Al final lo he conseguido. Después de probar en numerosas ocasiones
creaciones suyas y con el “enchufe” de mi amigo Oscar, Diego nos ha recibido en
su “casa” y nos ha enseñado el lugar de donde surgen sus maravillosos helados.
Un triunfo nos ha costado encontrarle, en esas profundidades de nuestra
Euskal Herria, con unas referencias un tanto complicadas y gracias a un par de
indicaciones de vecinos del lugar, hemos llegado a esa granja que algún día
tomará forma como lugar de “remanso” y disfrute.
Desde luego que este italiano afincado en euskadi es peculiar. Me gusta
su manera de ver la vida, me gusta esa manera de hablar en plural que tiene.
Nunca dice Yo, siempre dice “nosotros”. Eso dice mucho. Ellos crean, no él.
Verona tiene algo en común con Bilbao. Su historia está muy ligada a su
río, la de nuestra villa está totalmente ligada a su Ría.
Nos enseña orgulloso su horno:
Nos enseña un carrito de helados que cumplió su
función y que volverá a hacerlo.
Y nos ofrece lo que él llama la
coca-cola italiana comunista. La pruebo, realmente me sabe a aquellas piruletas
de coca-cola de antaño.
Nos conduce al obrador, allí vemos una serie de máquinas que yo
desconozco como pasteurizadoras, mezcladoras, batidoras…….las que manejadas con
cariño y esmero por el equipo de profesionales, crean algo frío de temperatura
pero tremendamente cálido al paladar.
Le preguntamos por sus “trucos”. Lo tiene muy claro. No hay truco, hay
calidad, hay mucha imaginación, hay muchas ganas de agradar, hay trabajo bien
hecho, hay ilusión…….. amor por lo que hacen.
Y por supuesto una excelente materia prima en forma de leche, huevos,
nata, frutas, azúcar, bollerías…….
Me alegra saber de su boca quienes fueron los primeros que creyeron en
su trabajo, unos conocidos míos que también en lo suyo, hacen las cosas
maravillosamente. Mis amigos del Mugarra donde tan buenos momentos he pasado y
espero seguir pasando.
Mi compi Arantza empieza a estar impaciente, ella quiere probar los helados.
Mi compi Arantza empieza a estar impaciente, ella quiere probar los helados.
Asi que Diego nos hace de guía hasta su heladería de Mungia. Gelati en una céntrica calle de la localidad y donde durante nuestra estancia,
es constante el ir y venir de clientes que acuden en busca de su sabor
favorito.
Lo que tenemos el placer de disfrutar en una degustación de los
imnumeralbles sabores que allí campean. Con unos pequeños tenedores, Diego nos
va ofreciendo en el orden que él considera, trozos de diferentes helados que
tienen todos ellos algo en común: saben a lo que son, son lo que saben. No
engañan. Increible pero cierto.
Helados de frutas pero con fruta, helados de bollería hechos con bollos,
con galletas, con donuts…… helados de chocolate hechos con chocolate……
Helados sorprendentes: de caldo, de espárrago, de salmón, de foie……..
Una tarrina de helado de foie con fruta roja que lo que apetece es
untarla en pan. Maravilloso sabor al producto en sí. El helado que más me impresionó a mi, el de queso de idiazabal......
Diego dice que sus helados llevan mucho sólido. Eso se nota. Y mucho
sólido de mucha calidad. Poco agua hay aquí. Azúcar cuando se necesita y en la
justa medida. No empalagan. No cansan.
Atendiendo la heladería una pareja agradable que curiosamente son los
padres de unos de los cocineros del Andra Mari, imagino que alguno de los platos
que allí he degustado, habrán salido de sus manos. El mundo es un pañuelo.Preguntaré por vuestro retoño en
mi próxima visita.
Se nos ha hecho corta la visita, ahora ya nos hemos puesto caras. Esperemos coincidir en alguna otra ocasión.
Una nueva tienda en el Kasko Viejo de Bilbao hará que me sea mucho más
sencillo “caer en la tentación” y hacer todo lo posible para que otros lo
hagan.
Nos vamos con un agradable sabor de boca y por supuesto con medio kilo
de helado.
Después de esta visita quizás piense que la historia de Romeo y Julieta sea distinta. Quizás Romeo invitó a Julieta a un helado y ella no pudo resistirse. Yo he traído el helado para que “mi Julieta” caiga en mis brazos. Es difícil pero…...
Después de esta visita quizás piense que la historia de Romeo y Julieta sea distinta. Quizás Romeo invitó a Julieta a un helado y ella no pudo resistirse. Yo he traído el helado para que “mi Julieta” caiga en mis brazos. Es difícil pero…...
Gracias Diego por todo, por tu simpatía, por tu atención, por recibirnos
en tu casa y gracias sobre todo por los buenos momentos que me has hecho pasar y que confío seguir pasando.
Si queréis probar estas maravillas, tenéis sus tiendas de Mungia, de
Santutxu y en breve la del Kasko. GELATI
GELATI.
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