Después de mi anterior visita había quedado
pendiente una merienda para, principalmente romper moldes. Para romper algún
mito sobre los vinos blancos.
Así que con una maravillosa tarde que hace que
el lugar sea aún más mágico, nos acercamos hasta Zeanuri a compartir unas horas
con los propietarios de este hotel-restaurante situado en un entorno mucho más
que privilegiado.
Soy persona precavida (no todo lo que me
gustaría) y llegamos con tiempo de sobra. Nos encontramos con Kepa que viene de
trabajar, de cuidar un poco su producto y le damos tiempo a “ponerse guapo” y
mientras, damos un paseo por el barrio y nos acercamos hasta la Ermita de San
Miguel.
Ahora ya sí, a la hora convenida, volvemos
hacia Ellauri donde Kepa y Randa (Arantza para andar por casa), nos reciben
como no puede ser de otro modo cual si de amigos se tratase. Hecha la “nueva”
presentación y tras media duda sobre donde ubicarnos, nos sentamos a la mesa.
Las vistas son increíbles. Plena naturaleza.
Estamos en pleno verano pero el color verde nos rodea. Cada uno está orgulloso
de lo suyo, cada cual piensa que como lo mío no hay nada pero, sintiéndolo
mucho, creo que algunos lo tenemos mucho más fácil. Esto es un remanso de paz y
tranquilidad.
Para empezar tenemos el privilegio de comernos
los primeros tomates de la cosecha. Siempre he dicho que es uno de los
productos donde más se nota la diferencia entre lo natural y lo “artificial”. Con buen aceite y acompañado de buena cebolla esto es un
manjar. Una pena que la otra Arantza no disfrute de ello, no es su comida
favorita.
Unos pepinos cortados en tiras que al parecer
es más habitual en Líbano, país de origen de nuestra anfitriona y de la que hoy
hemos aprendido unas cuantas cosas.
Y unos pimientos verdes de casa de los que me
encantan, no hay que “quitar espinas”. Con rabo y todo van al colco. Pimientos
de “bocao”.
Nos deleitan ahora con un producto de siempre.
Algo que como bien comenta Kepa, está siendo un tanto olvidado. Llega incluso a
darme un pequeño tirón de orejas. Nos “culpa”, con bastante razón, a los que de
algún modo contamos cosas del comer, de restar importancia y de perder kultura
gastronómica. Tiene razón y se la doy.
Nos obcecamos con la nueva restauración, con
los trampantojos, con los nitrógenos líquidos, con platos que no sabemos ni lo
que son y nos olvidamos de cosas muy nuestras que son verdaderos manjares.
En este caso una morcilla de la zona de Arratia
que está simplemente impresionante. Morcilla cuyo toque de puerro la hace mucho
más apetitosa. Yo soy un amante de este producto y la como muy habitualmente
pero reconozco que no la demandamos en los restaurantes con lo que la oferta es
más bien pequeña.
Unos cojonudos pimientos rojos asados la
acompañan. Este “matrimonio” sápido no está, para nada, abocado al divorcio.
Cumplirá las bodas de oro.
Nos proponen ahora degustar algo que de entrada
a Arantza le pone carne de gallina. Algo de carne cruda…. eso de tartar….. ufffffffffff
Pero llega el sorpresón de la noche. Randa nos
prepara un KIBBE. Qué es esto??’
Pues un plato típico libanés consistente en carne de solomillo con sémola de trigo y especias (comino, flores, pimienta, canela… Acompañado de tomate de casa y cebolla y con un pan de pita a modo de “herramienta” para saborearlo.
Pues un plato típico libanés consistente en carne de solomillo con sémola de trigo y especias (comino, flores, pimienta, canela… Acompañado de tomate de casa y cebolla y con un pan de pita a modo de “herramienta” para saborearlo.
Que me guste a mi no tiene demasiado mérito. Yo
soy un buen comedor, pocas cosas no me gustan pero que mi compi sea capaz de
comerlo y además de disfrutarlo, eso sí que es un triunfo. Está cojonudo,
con el ideal toque picante.
Me ha encantado el plato y desde luego que es una manera de darnos cuenta de que realmente somos unos carnívoros. Creo que tienen intención de integrarlo en su carta.Estamos donde estamos y el producto es de diez pero esto de enriquecer culturas es genial. Todo puede ser compatible y más aún en cocina.
Me ha encantado el plato y desde luego que es una manera de darnos cuenta de que realmente somos unos carnívoros. Creo que tienen intención de integrarlo en su carta.Estamos donde estamos y el producto es de diez pero esto de enriquecer culturas es genial. Todo puede ser compatible y más aún en cocina.
Hoy lo gastronómico ha sido muy importante,
pero lo personal más aún. La charla ha sido larga, hemos tocado muchos temas y
hemos aprendido, sobre todo nosotros, muchas cosas. Esta pareja es buena gente,
gente humilde pero interesante. Gente viajada, gente que gusta de escuchar y
aprender. Me gusta esa política.
Hablamos de anécdotas, ellos tienen muchas más
para contar. Hablamos del futuro, de lo negro y no tan negro. De futuras
visitas, de asuntos pendiente como ir a probar ese cordero del pais. Como de
preparar una señora alubiada, maridada, como no, por un buen cava. Hablamos de
gustos y al escuchar mi pasión por la leche condensada, allí que aparece de
nuevo Randa con una mousse de limón con el susodicho manjar. Está para
comerte……. una docena. Fresca, golosa pero no empalagosa. Ideal como postre
“rompedor” para degustar después algún buen chocolate, por ejemplo.
Le comento que yo un café ya me tomaba, si no
es molestia. Y ahora llega la “prueba de fuego”. Un café del Líbano. A su manera habitual. Preparado con cardamomo, una planta
originaria de la India que le da un sabor fuerte. Al parecer es una bebida para
tomar a todas horas. Uno es cafetero pero cafetero de otros cafés. Esto ha sido
muy “rompedor”. Como comento, uno no está capacitado para criticar algunas
cosas. El desconocimiento, la falta de costumbre al paladar…. Nos hace
complicado saborear cosas distintas, cosas nuevas. Pero si hace diez años alguien me hubiese
dicho que yo iba a disfrutar como un txikillo de un Tondonia........... Es cuestión de paladear y dar tiempo…..
Para colmo de los colmos, es Kepa ahora quien
nos prepara un remate final de los de quitarse el sombrero. Un estupendo GT de
una botella que no había aún descorchado, de Hendrick¨s. Si no tuviese uno que
volver a casa…… que rico está esto, oyes….
Alguna que yo me sé, tiene que madrugar y ya,
tontamente, es casi media noche. Con gente así las horas vuelan. Ha sido una
tarde-noche estupenda. Hemos disfrutado de un entorno maravilloso, de unos
platos estupendos y sobre todo de una compañía tremendamente agradable. Ya me
han ganado y espero que esto no sea, sino el comienzo de una buena amistad.
Eskerrik asko Kepa y, espero no meter la pata, shukran Randa. Sois unos tíos
cojonudos. Hasta pronto.
Merece la pena darse un paseo por su página
web, es muy interesante y educativa: www.ellaurihotela.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario