Hoy es la noche en la que si no pasa nada raro, me acerco
anualmente a la capital de Euskadi, al menos institucionalmente lo es, con la
excusa de ver la retreta pero principalmente a meterme una buena cena.
Como no puede ser de otro modo, el “santo patrón”, nos “deleita”
con una noche más bien de “perros”. Agua y frío.
Había yo pensado en visitar algún otro local pero pregunto a un
amigo que vive en la ciudad y que sabe mucho más que yo de asuntos del comer y
ya ni te cuento del beber y me recomienda este sitio. Así que se disipan todas
las dudas y reservo mesa.
Si hubiese sido una noche “normal” no lo hubiese hecho, lo
siento pero yo eso de los dos turnos lo llevo garrafal y mucho más aún si el turno
es el primero. Eso de tener que andar mirando el reloj……..
El local está repleto, hoy hay mucho ambiente y tanto en la zona
de barra como en el comedor, no hay un hueco. Más de uno se ha tenido que ir
con viento fresco.
Decir que las mesas para dos son excesivamente pequeñas, aunque
consiguen que no lo parezca tanto a la hora de servirte. Por lo demás el sitio
es bonito y agradable la decoración.
Hoy no hay mas oferta que el menú degustación San Prudencio, a
29,50 más iva con vino incluído. Pero yo, como no, prefiero cambiarlo y nos
decantamos por un champagne que no había probado. Un Guy Charlemagne Grand Cru. Nos ha gustado pero yo por el precio e incluso ahorrando un poco, me quedo con un buen Gramona.
Una bandeja de buen pan que me hubiese gustado un poco más
crujiente y comienza el desfile de los entrantes a compartir.
Ensalada de tomate raff rey con verdel Ortiz. No estamos aún en
tiempos del tomate y eso se nota pero el verdel está cojonudo. Un comienzo muy
refrescante y sabroso.
Pan de cristal con cecina, parmesano, rúcula y tomates secos.
Dice Marijo que parece cecina de potro. Yo a esos niveles de conocimiento no
llego pero es un bocado exquisito. Esto sí que es una merienda y no la nocilla.
El pan tostadito, la cecina rica y el queso que acompaña y
remata el sabor de un “bokata” de los que apetecen a cualquier hora del día.
Croquetas de txuleta. Realmente son unas señoras croquetas.
Tienen un sabor auténtico a carne y además el relleno bien consistente sobre
una masa líquida, jugosa. Unas croquetas de las de diez en nuestra opinión.
Revuelto de perretxiCos. Estamos en las fechas que estamos. Las
setas con sabor a tierra, como debe ser. Un pequeño problema que además al
parecer ha sido común en los primeros en ser servidos, se han pasado un poco
con la sal. Una pena porque estaba muy rico. Curiosamente es el único plato
sobre el que nos han pedido opinión, así que algo sabían…..
Los segundos pueden elegirlos entre algunas opciones y lo
tenemos bien claro. También los compartiremos. El primero de ellos son los Tacos
de vacuno mayor con patatas gajos y pimientos asados. Ricas las patatas, pecado
mortal sería que estando donde estamos no lo estubiesen. Ricos, mucho, los
pimientos asados. Con un sabor excelente. Y la carne, sin ser sobresaliente,
está bien trabajada y tiene muy buen sabor.
El otro plato es uno que hoy no puede faltar, los Caracoles al
estilo tradicional. El comienzo es “raro”? No, al parecer el txorizo tiene un
sabor muy fuerte y es lo primero que nos zampamos pero a medida que vamos
degustando el plato, nos va gustando más y más. Me hubiese comido yo otra
ración más que gustosamente pero el menú no es precisamente para quedarse con
hambre. Muy ricos.
Pensábamos que había que elegir postre pero no, resulta que nos
sacan dos medias raciones a cada uno. Un Yogur de caserío con coulis de frutos
rojos. Un postre ya de sobra conocido que refresca pero que a la vez es
contundente. Buena materia prima y buena ración.
El otro medio es unaTorrija de pan brioche caramelizada. Jugosa,
con un toque a coco que hace que mi compi me ceda prácticamente su ración. A mi
me ha gustado mucho a pesar de ser bastante distinta de la torrija habitual.
Realmente con semejante menú yo preferiría algo menos contundente para rematar.
En el precio del menú van incluidos el agua y el vino que
nosotros, no hemos utilizado. El champagne nos lo han cobrado a precio de
carta. Quizás no estaría mal descontar un pico por el vino no bebido, como
detalle, sin más. No tengo nada que objetar, yo lo he pedido así.
Total abonado 98 euros. Precio del champagne 33,50 euros. Aquì
se puede cenar estupendamente, con buena cocina y desde luego que para salir
bien “completo” con el menú en sí. En ese caso la relación calidad-precio me
parecería estupenda.
Como pega, que para mi lo es y bien grande es el sistema de
turnos para cenar. Entras a las 9 y para las diez y media tienes que dejar la
mesa. Son muchos platos y realmente los sirven a la velocidad exacta para que
no esperes entre uno y otro. Al final te queda una sensación de hartazgo que
con media hora más de tiempo y unos pequeños descansos no hubiese sido tal. Si
vuelvo, que no lo descarto por su cocina, será, sin duda alguna, al segundo
turno.
Quizás si no fuésemos tan exigentes con la hostelería, si no
“apretásemos” tanto, si fuésemos capaces de entender que tienen que tener sus
márgenes, si valorásemos su trabajo igual que valoramos el nuestro, las cosas
no serían así.
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