16 de septiembre de 2018

GASTRO-TABERNA PRADO 24 /VITORIA/GASTEIZ): Divertida cocina.


A últimos del año pasado, por casualidad, tuvimos la suerte de visitar este local que nos dejó buena impresión. Me gusta repetir donde disfruto y además me gusta probar más cosas de sus cartas y ver que siguen “en forma”.


Nada ha cambiado físicamente en este moderno restaurante donde la juventud gobierna. Gente amable y con ganas de agradar, cosa que consiguen.

Hemos pillado, eso llamando con tiempo, la última mesa que tenían libre en el comedor. Me gusta más esta opción que la de cenar en las mesas altas del bar. Uno ya es lo suficientemente mayor como para preferir paz y tranquilidad.
Han cambiado algo también su carta de vinos pero en lo que a mi me atañe, poca cosa. Sus opciones de vinos blancos no son demasiado atractivas para mi (soy un tío muy “complidado”) pero como sé que tienen un buen cava con el que voy a disfrutar pues a por él que nos tiramos en plancha. Un Recadero Brut Nature Gran Reserva. Variedades Macabeo, Xarel-lo y Parellada. Crianza de cuarenta meses. Fina burbuja con notas de fruta y una acidez reseñable. Muy rico.
Un muy buen pan, de los que me gustan, con corteza crujiente y buena miga para untar.


Aunque Aran pretende “llevarme” al huerto de sus alimentos preferidos, le pido por favor que probemos otras cosas, que no se cierre. Así que, un poco  su pesar en un principio pero para su final satisfacción, comenzamos la andadura con un plato curioso, una Causa limeña de patata y bacalao, mayonesa de aji amarillo, cilantro y maíz. Cual si de un brazo gitano salado se tratase. Bonita presentación. Quizás el bacalao ha pasado demasiado desapercibido. Menos cebolla se hubiese agradecido y dada la potencia sápida del resto de los ingredientes, no tiene uno sensación alguna de estar degustando el susodicho pescado. Pero el plato en su totalidad está bien rico, con un toque picante nada exagerado.


Continuamos con un arroz con hongos, mayonesa de pistachos y carpaccio de manos de cerdo a la llauna. Un arroz preparado al momento por lo que hay una pequeña espera. Muy bien logrado, con mucho sabor pero muy comestible. Curiosa la suavidad que le aporta esa mayonesa al mezclarlo. Sin ser de cantidad exagerada, cosa que se agradece dada la contundencia de este tipo de platos.


La parte salada la terminamos con unas costillas Koreanas lacadas. Jengibre, soja y sésamo. Me ha sorprendido el jengibre ya que parecen trozos de fruta confitada con un toque de menta. Mira que no es un alimentos que me haga gracia pero así preparado me ha parecido sabroso. Las costillas están riquísimas, la salsa genial. Les gusta jugar con sabores internacionales pero consiguen satisfacer al comensal sin excesos.



Como mi compi no tiene sitio para postres, al ver el titulo, me decido por “La cafetera”, nuestro mejor café con Baileys en versión postre. Como veis en la foto, bonita presentación. Un helado de café con polvo de galletas en el plato y una crema con nata y sabor cafetero en la pequeña cafetera. Su recomendación mezclarlo todo. Cosa que hacemos después de probar primero cada parte por su cuenta. Pues buena cantidad y muy buen conjunto que le aportan dulzor y frescura al mismo tiempo. Muy rico, la verdad. Con semejante postre no ha lugar a cafés. Pagamos los 74 euros de la cuenta. Tengamos presente que el cava son 26, luego podéis ver que se pueden cenar aquí por un precio muy ajustado y que además podéis salir estupendamente repletos y satisfechos.

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