El día hoy ha comenzado con
“nervio”. Las “dulces gatitas” de la
foto nos han hecho “ganarnos el sueldo”.
Una pena que el dueño sea bastante más animal que sus caballos.
Una vez finalizada la jornada
laboral nos hemos ido poco a poco acercando al restaurante para celebrar que
dos compis se nos van. Pasan a “mejor
vida” pero a la versión buena, vamos, que se nos jubilan. Afortunados ellos,
los demás lo tenemos difícil, pero que muy difícil. Estos “hijos de la gran
cochinada” van a hacernos trabajar hasta
que “la muerte nos separe”.
Llevaba yo demasiado tiempo
sin visitar a Patxi. En este pueblo no sale a cenar los fines de semana ni el
apuntador. Cuando digo a cenar yo ya me entiendo. No hablo de salir a quitar el
hambre.
Los encargados de preparar la
“cita” de hoy han elegido un menú de esos cerrados. De los que “aprietan” al
restaurante, de los que les hacen tener que hacer “filigranas” para poder sacar
un rendimiento. Más aún cuando el que
gestiona el local es honrado, cuando el producto es de calidad.
Buen pan, pan de hogaza
casera, crujiente corteza y miga consistente. Para beber, casi todos han optado
por el vino del menú, vino tinto, como no. El “raro” de la cuadrilla ha pedido
un txakoli, concretamente uno de la zona. Un Eukeni. Curiosamente su
fermentación hace que conserve un grado de carbónico que recuerda un tanto a
esos txakolis “giputxis” que tanto apetecen sobre todo para potear. El de hoy
ha sido un vino fresco, muy afrutado, que poco recuerda al txakoli de siempre
pero que no se parece tampoco a los que tanto me gustan. Creo que es un vino
agradable y fácil de beber.
En la mesa, para compartir,
comenzamos con buenos productos. Esparragos, jamón, lomo, pimientos rojos
asados……
Degustamos después unas
estupendas ensaladas con frutos secos y un estupendo foie con sus
correspondientes mermeladas.
Y pasamos al plato principal.
Con un acompañamiento cojonudo en forma de patatas fritas caseras y buenos pimientos
asados.
Unas txuletas de buen género. La primera más gruesa y un pelín menos
salada y la segunda , al estar cortada algo más “fina” y llevar el punto de sal
más alto, ha hecho que nos pareciese incluso de “otra vaca”. Buen punto de
ambas, mucho sabor a carne y una grasa muy bien integrada que hace que puedas
comerla gustosamente.
Patxi trabaja estupendamente
todo el producto pero sus postres merecen un punto y aparte. Hoy hemos
disfrutado de una genial tarta de manzana. De las de casa. Golosona pero nada
empalagosa. Riquísima, la verdad.
Un rico café y como hoy no
hay que conducir puedo permitirme el lujo de tomarme una “infusión” eso sí, con
un poco de hielo. Mira que está rico este “vicio”. Entra con una facilidad………
Se van mis compis y yo me
quedo charlando un rato con el artífice de la comida. De lo duro que es su
trabajo, de los años que lleva en esto. De los sinsabores, de alguna que otra
alegría. De sus currelas, que en este caso, son compañeros de trabajo. Alguna
que otra lleva “toda la vida” con él. El otro día leí que no es al cliente a
quien hay que tratar de maravilla, es a la plantilla. Si lo haces, ya se
encargarán ellos de hacer su trabajo. En este caso así es y eso siempre se
traduce en sala. Son agradables y profesionales.
Menos de 40 euros por persona….
Lo que digo, márgenes?????
El día se “alarga” y cae
alguna “infusión” más. Buen ambiente que hace, que aunque uno no tenga ya edad,
tontamente nos den unas horas “poco apropiadas” para ir a casa. Buena señal.
Pues nada, Kepa y Koldo, que disfrutéis de esa merecida jubilación. Algún dia,
supongo, esa “leyenda urbana” conocida como jubilación, llamará a mi puerta.
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