Me quedé con ganas de volver tras la última visita. En aquella
ocasión degustamos el menú bistró y hoy la idea era culminar con el
degustación. Este se sirve en el comedor principal, no como el menú más “corto”
que se sirve en el pequeño comedor a la entrada del local.
Me acompaña hoy mi hijo. He sido previsor y le he avisado de que
no meriende. Así que el pobre viene un poco “asustado”.
La filosofía de este restaurante es la de darte de comer como si
no fueses a comer más en tu vida. Mira que me gusta a mi probar cosas y mira
que me gusta comer pero no termino de entender demasiado bien "su
“sistema”.
Eliges un primer plato, un segundo y un postre. Esto último ni
lo hemos hecho, lo hemos dejado para el final por si el cuerpo no aguantaba.
Como así ha sido.
Sabía de antemano el vino que íbamos a beber, aquí el precio de
los vinos es muy arreglado, casi mejor que en tienda. Y poder degustar una
botellita de Que bonito cacareaba por su precio pues no es algo que uno pueda
hacer en cualquier local.
Bodegas
Contador en San Vicente de la Sonsierra, Rioja Alta. Garnacha, Malvasía y
Viura. En este caso cosecha 2014, no había más viejos. Creo que lo venden todo.
Con una crianza en barricas de roble francés de ocho meses. Un vino que está
muy rico, con presencia de madera pero “sin molestar”, para mi gusto todo lo
contrario. Sabemos que este vino aguanta tranquilamente unos años más y que
seguramente mejorará. Pero se deja beber gustosamente.
Comienza el “desfile” con una cesta degustación de panes, un
poquito de aceite arbequina y una crema de verduras con trocitos de queso
curado.
Pasamos a la crema de queso acompañada de tostas de pan. Lo que
hacemos es no pasarnos y simplemente degustamos un par de ellas para ir
controlando el espacio estomacal.
Jamón con pan y tomate.
Crema de foie con caramelo
Antxoas y su compañía
Degustación de croquetas. Jamón, hongos y queso azul y crema de porrusalda.
Salmón marinado
Crema de mariscos con langostinos
En este punto de la velada yo pediría un postre y me iria para
casa contento y feliz pero resulta que lo único que hemos hecho ha sido
terminar con los APERITIVOS. Hemos “terminado” de cenar y curiosamente no hemos
comenzado.
De primeros platos el txikito se come un Laminado de pulpo con
crema de patatas, aceite de oliva y pimentón.
Nos ahorramos los postres, es total y absolutamente inhumano
seguir comiendo pero en la terraza exterior, muy coqueta, por cierto, mientras
me tomo un cafecito, aún piensan que andamos con hambre y nos sacan los típicos
detalles que en este caso con unas pequeñas trufas, un vasito de horchata, unas
gominolas y unos bizcochitos.
El precio de este suculento menú es de 55 euros por barba con
vino incluído. Eso sí, no el vino que hemos bebido nosotros, por este pagamos
39 euros que es su precio de tienda.La comida está a buen nivel en general pero curiosamente lo que
para algunos quizás sea un punto a su favor para mi lo es en su contra. Esos 9 aperitivos y la guinda en forma de postre me
parecerían un magnífico menú degustación que me invitaría a visitarles con más
asiduidad.
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