He dicho en más de una ocasión que puedo llevarme mejor con
alguien que no coincide plenamente en mi manera de pensar pero que, como él
mismo dice, se nota que “el fondo” es bueno. Muchos años ya de amistad. Una
amistad que se debe sobre todo a él. Yo soy un “malqueda”. Ojalá pudiera ser
distinto pero…. la mente humana es “jodida”…….
Nos acercamos hasta el mirador de Artxanda desde donde las
vistas de la capital son impresionantes. Desde allí vemos todo lo que ha
cambiado Bilbao. Más bonito que nunca aunque…. Quizás hubo tiempos mejores.
Luis “el pequeño” quiere comer carne. Así que tras pensarlo un poco, me parece que aquí vamos a disfrutar de buena calidad. Nunca me ha fallado y no va a ser esta la primera vez.
Luis “el pequeño” quiere comer carne. Así que tras pensarlo un poco, me parece que aquí vamos a disfrutar de buena calidad. Nunca me ha fallado y no va a ser esta la primera vez.
Hoy hemos llegado a la primera al restaurante. Creo que es la
primera vez. Está lleno de gente que ha preferido en su mayoría cenar en la
calle. Pues ha hecho un día de calor pero ahora mismo se está mejor dentro.
Además las mesas no tienen comparación.
En este local el plato estrella es, sin duda alguna, la txuleta.
Parrillas por aquí y por allí, alguna más ·”ahumadas” que otras. Olor a humos
pero a “buenos humos”. Como suelo decir, aquí mejor venir con la camisa que vas
a lavar mañana. Así “aprovechas el viaje”.
Pedimos un par de txuletas que queremos nos saquen una detrás de
la otra y simplemente para no esperar con las manos vacías, les decimos que nos
saquen un plato de jamón. De Joselito “reza el cartel”…. Está muy rico pero… le
falta esa “grasa” que hace tan jugoso a este alimento. Para mi gusto correcto,
sin más.
Llega la primera de las txuletas con una ensalada verde de
lechuga y cebolla que está aliñada a mi gusto, es decir, potente de vinagre.
Muy rica. Una ración de patatas que ahora hay que pedir fuera del precio. Las
patatas no están demasiado allá. Me gusta más lo casero. Un cuenco casi siete euros……..
que me parece un tanto excesivo.
La carne como siempre a muy buen nivel. Con el punto de calor
que se puede mantener en esa parrilla que sirve para que “alguna” la deje más a
su gusto.
En cuanto terminamos llega la segunda. Del mismo nivel que la
primera. Podéis ver el color de esa excelente carne y esa grasa integrada que
es de las que se dejan comer gustosas. Deberíamos haber pedido un poco más de
brasa para el último momento pero ha sido culpa nuestra. De todos modos algo
más de dos kilos de carne es mucha carne.
Arranca uno pensando que va a comerse el mundo pero a medida que va pasando la velada uno ya no es tan “fanfarrón”. Eso sí, si me pillan con 20 años menos…..
Arranca uno pensando que va a comerse el mundo pero a medida que va pasando la velada uno ya no es tan “fanfarrón”. Eso sí, si me pillan con 20 años menos…..
Quería yo que Luis probase un buen txakoli. Dice que no le
gustan los ácidos, así que sin que sepa lo que está bebiendo le ofrezco la
copa. Le ha gustado, dice que es un buen blanco. Pues ni más ni menos que es un
Itsasmendi 7 cosecha 2014.
Pues sí que es un buen vino, sí señor. Sale a buena temperatura con lo que la cubitera casi sobra pero como me la han puesto voy metiendo y sacando el vino para jugar un poco.
Pues sí que es un buen vino, sí señor. Sale a buena temperatura con lo que la cubitera casi sobra pero como me la han puesto voy metiendo y sacando el vino para jugar un poco.
Hoy hay por aquí mucho golosón así que dos “tartas” de queso
para Aran y Luis padre y un más que cojonudo arroz con leche para mi “ahijao”.
Algo ha dicho de si queríamos probarlo pero ha sido rápido. Estaba al parecer
muy, pero que muy rico.
La “tarta” de queso ha abierto un interesante debate. Uno es
burro, lo reconozco pero “alguna” lo es más. Yo tarta sé lo que es, esto es en
todo caso una “deconstruída” . Con demasiada mermelada para mi gusto y la
galleta rota en forma de “tierra”. De sabor está rica, tengo que reconocerlo.
Yo cuando hablo de tarta de queso me refiero más a algo así:
Pero bueno, la cosa siempre es el resultado final y en esta ocasión merece la pena.
Yo cuando hablo de tarta de queso me refiero más a algo así:
Pero bueno, la cosa siempre es el resultado final y en esta ocasión merece la pena.
Un correcto café y un par de infusiones dan la velada por
finalizada.
El precio total ha sido de 164 euros, es decir a 41 por barba.
La carne me parece de “justiprecio”, quizás en los restos juguemos algo a ganar
dinero. Pero seguiré acudiendo a degustar esa “rojez” que tanto nos gusta.
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