Mi
amigo Luis me comentó que había descubierto un local en una zona industrial de
Basauri donde parecía que había buena oferta en asunto de carnes a la brasa. No
está demasiado lejos y había que curiosear. No es fácil encontrar novedades y
cuando las hay se me hace interesante investigar.
Acompañado
en esta ocasión por mi retoño nos acercamos hasta esta zona de pabellones
industriales donde resulta un tanto curioso encontrarse con semejante local.
En el
acristalado escaparate ya se vislumbra la oferta que nos vamos después a
encontrar, buenas txuletas de ganado mayor y alguna otra cosa que no termino de
saber muy bien lo que puede ser.
Comedor
muy alegre y decoración variada pero también se deduce que aquí lo importante
son las brasas y los ibéricos.
Es
viernes noche y no hay demasiado meneo por aquí pero al menos hay alguna mesa
ocupada. Disponen también de un pequeño txoko para poco más de media docena de
comensales.
Nos
atiende Iván Pinto, quien gestiona el negocio. Pertenece a una familia que
lleva ya muchos años metido en el mundo de las carnes y los embutidos, así que
no son, precisamente, unos novatos. Nos ha “llevado al huerto” puesto que
prácticamente nos hemos dejado guiar por él para nuestra cena de hoy.
La
carta de vinos no está mal pero al preguntar por algún espumoso nos ofrece un
champagne que yo no había probado, además a muy buen precio. Un Drappier carte
D´or. Se trata prácticamente de un blanc de noirs. Solamente lleva un quince
por ciento de uva chardonnay. Con un trato muy natural en su elaboración. Nos
ha gustado bastante, tiene esa potencia característica de los champagnes que
llevan uvas tintas pero aporta a su vez una buena frescura. Ha acompañado
estupendamente los poderosos platos de nuestra cena.
Hemos
comenzado con una ración de pulpo a la brasa acompañada de unas muy ricas
patatas, otras más tipo chip crujiente y unas salsas muy sabrosas, una de ellas
alioli de “humo” que tiene verdadera potencia. La ración es algo más que
generosa, casi excesiva diría yo. Cuatro comensales bien pudiera degustarla
quedando satisfechos.
Después,
aunque nosotros íbamos con la idea de comer una txuleta de vaca, nos ha
ofrecido algo que nos resulta novedoso, una de cerdo gallego. Tamaño parecido a
las de vaca y presentada igual. La carne resulta mucho más clara y aunque tengo
que reconocer que estaba rica, a mi dame una con “cuernos”. Creo que la pelea
es injusta y en otros asuntos el cerdo bien puede “torearse” a la vaca pero no
así en asuntos txuleteros. La carne viene acompañada por una tremenda ración de
patatas y además pimientos rojos asados y verdes fritos. De nuevo excesiva
cantidad para dos seres humanos. No hemos podido con ella.
Aunque
hambre precisamente no tenemos, ante la propaganda que nos hace de su torrija y
ante la posibilidad de hacerla en dos partes, una para el txikito que no es
demasiado amigo de que la caramelicen, nos animamos a probarla. Nuevamente la
ración es para los del mismo Bilbao. Está muy rica, para mi un tanto pasada de
dulce. No la pondría en mi lista de tops pero meceré la pena.
Un
cafecito y abonamos los 93 euros de la cuenta. Si no tenemos en cuenta el vino
podemos cenar aquí poniéndonos hasta las trancas por menos de 30 euros por
persona. Buena relación calidad precio. Tenemos que volver a probar esa vaca
gallega que seguro nos deparará más satisfacción que su hermano el cerdo. Original
presentación de la cuenta con unas riquísimas gominolas .
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