Nos
hemos juntado hijo, suegro y padre en el restaurante donde próximamente tenemos
que celebrar un muy importante momento. Todo se andará y mientras tanto hay que
ir probando cosas y tomando decisiones.
Bideko
es un buen restaurante, sin lugar a duda alguna. Difícil será quien no haya
pasado por aquí siendo de la zona a celebrar alguna boda. Por aquí pasé yo
también en su momento. Buenos recuerdos.
Local
completo y nos acomodamos en una de sus buenas mesas, bien vestidas y amplias.
Jose Luis es el único “amigo” de un alimento que es uno de los pocos con el que yo
no me llevo excesivamente bien, las ostras. Me da envidia ese disfrute que
generan pero a mi no me sientan demasiado bien. Así que dejamos que disfrute
mientras nosotros vamos catando nuestro primer vino de hoy, se trata de un Champagne
Le Mesnil Sur Oger Grand Cru. Un blancs de blancs de variedad chardonnay.
Cosecha 2010. Una producción limitada a 1888 botellas de las que hemos tenido
la inmensa suerte de bebernos una. Un vinazo sin duda alguna. Burbuja fina,
estupendamente integrada. Potente, agradable a más no poder en boca.
Pasamos
ahora a comernos unas cojonudas gambas a la plancha. Riquísimas. Aquí poco o
más bien nada se puede añadir.
Ahora
nos llega un arroz cremoso en su punto exacto de cocción. Presentado en
raciones individuales. Estupendo.
Curiosamente y por motivos que nosotros conocemos muy
bien, nos decantamos los 3 por el mismo plato principal. Su paletilla de
cordero. Ciertamente un plato de esos que te hacen salivar, que piensas en
llamar al cocinero y darle un abrazo.Nuestras dudas, pocas, se disipan.
Maravilloso.
Este
plato lo regamos con otro champagne, un Christophe
Mignon extra brut. En esta ocasión se trata de un blanc de noirs. Cien por cien
pinot meunier. Burbuja finísima. Curiosamente, siendo un vino en teoría menos
“lujoso” que el anterior, diría yo que me gusta aún más. Quizás sea más “fácil”
de definir o quizás sea, simplemente más de mi gusto. También mis compis
comentan que les gusta más este. De todos modos hoy el asunto líquido ha sido
un verdadero placer.
Terminamos
con una tabla de quesos. Todos ellos con potencia, sabor a raudales. No sabría
muy bien con cual quedarme.
Salimos
a la terraza y tomamos un par de ricos cafecitos y ya rematamos decisiones. Una
estupenda velada. El asunto sólido nos sale a 60 euros por persona, buen precio
por lo degustado y su excelente calidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario