Aprovecho
una de las películas favoritas de Aran que no es otra que: “Gru: Mi villano favorito” para jugar un poco y dar título a mi comentario de hoy.
Cada
día que pasa, cuanto más los pruebo, más me estoy aficionando a los vinos
espumosos. Asi que en cuanto Iratxe, del restaurante NidoBilbao me comentó que
tenía intención de hacer una cata de champagne me apunté sin dudarlo. En esta
ocasión me acompaña Xabier, un compi de trabajo que tiene algún que otro
interés en conocer algo más sobre el mundo del vino.
Nos juntamos casi media centena de personas, clientes habituales de este restaurante y comienza la historia.
Comenzamos
con una pequeña introducción por parte del enólogo invitado que además es el
creador de nuestro primer pase, un rosado espumoso que acompañamos de un
sándwich de foie con pan crujiente de chocolate. Riquísimo el plato con potente
sabor a foie y muy agradable el vino, burbuja bien presente, potente, en boca
te recuerda a un buen vino rosado. Un todoterreno para abrir en cualquier
ocasión.
En
segundo lugar probamos el primer champagne de la noche, en concreto un Jean
Paul Hebrart. Premier Cru, blanc de blancs. Vinos con muy poca intervención en
viña, métodos tradicionales. Por supuesto uva chardonnay y mezcla de añadas
siendo un porcentaje muy alto el de la última. Disfrutamos ahora de unas
cojonudas croquetas semilíquidas de carrillera.
En
tercera posición bebemos el que ha sido el favorito de mis compis de mesa, un
Veuve Fourry & Fils Vertur, gran reserva y también primer cru. Este
champagne ya lleva un porcentaje de Pinot Noir y la burbuja está muy presente,
es potente. Con él degustamos un estupendo risotto de hongos y verduras.
Continuamos
con un vino que me resultaba conocido, un Christophe Mignon Festigry Pur
Meunier. Cien por cien uva pinot meunier. A mi me encanta, una burbuja mucho
más fina que el anterior, me resulta más rico en aromas. Es un champagne que
bebería gustoso en cualquier ocasión. Mientras tanto nos jamamos un bacalao con
su piperrada y pil-pil.
Terminamos
la parte salada de la cena con la presa ibérica acompañada de puré trufado de
patata y lo regamos con un Mouzon Leroux & Fils verzy L¨atavique. Grand
Cru. Viticultura natural. Este vino lleva ya más uva pinot noir que chardonnay.
Mucha fruta en boca, buena burbuja bien integrada, me parece muy rico también
aunque me resulte más atractivo el anterior. Quizás a ciegas sea incapaz de
diferenciarlos pero la mente es la mente.
Y finalizamos la cata de hoy con el que me ha parecido el mejor de la noche.
Marguet ambonnay Shamman. Grand cru. Biodinámico. Sube aún más el porcentaje de
pinot noir con dos terceras partes. Burbuja finísima, nariz muy agradable, boca
sedosa. Me ha encantado. Lo
acompañamos de bombón de chocolate y fresa y un estupendo helado de chocolate
negro.
Pues
una jornada en la que hemos disfrutado de algunos de los que me parecen los
mejores vinos del mundo. El champagne es otra historia. Encima una cena cojonuda, qué más se puede pedir.
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