Restaurante de reciente apertura en un lugar privilegiado. En plena
entrada al Kasko Viejo, cercano a todo. Zona turística a más no poder. Un amigo me dice si lo
conozco… pues va a ser que no pero eso se arregla en un pis-pás.
Acompañado de mi amiga Marijo, que es una verdadera campeona a la
hora del disfrute gastronómico, me acerco a conocer este local. Al parecer un
experto en cuestión de brasas, con mucha experiencia en un local con fama muy
bien ganada, se ha animado a ponerse por su cuenta.
Local bonito, con opción “moderna” de mesas altas en zona de bar,
con pintxos, más bien raciones de cosas ricas y con un comedor al fondo muy
agradable donde puedes cenar ya con ganas.
Viendo su carta y con lo poco que he escuchado, no tengo duda
alguna de que tengo que probar su carne.
Así que tras echar un vistazo a su carta, decidimos hacer un
mar-tierra.
Nos deleitan con un par de aceitunas muy curiosas. Con un relleno
con toque de naranja. Atrevimiento culinario con un resultado más que
agradable, sin duda.
Panes muy ricos, caseros, rústicos….. encima tengo la suerte de que
tienen el de maíz. Ricos, muy ricos.
Un aceite que dice Marijo que es de la tierra. Untamos gustosos.
Una ración de kokotxas de bacalao, de tamaño bocado. A la brasa.
Acompañadas de una cebolla potxada. En mi modesta opinión, las kokotxas están
demasiado ricas como para la mezcla. Preferiría que esa cebolla fuese en
recipiente separado para degustarla si quieres… que no me “obliguen”. Pero buen
resultado final.
He visto que disponen de un txakoli que me encanta pero
algo “raro” ha pasado. Conozco algunos vinos de su creador y el de hoy no era
el que yo pensaba. Oxer Bastegieta hace cosas ricas, muy ricas. Su Gure
Arbasoak me ha apasionado pero creo que hay cosas distintas. Hoy pruebo un
Selección Especial, un 2015 concretamente. Me gusta pero no es lo que yo
pensaba. Había probado hace poco uno con etiqueta más “atrevida” y sin duda
alguna era más de “los míos”. El de hoy era más ácido, más…. Txakoli, el otro
me parece más “maduro”, más “hecho” , con más cuerpo, más “vinazo”. Pero como siempre….. mis gustos son míos y de
nadie más.
Pasamos a degustar su txuleta. Acompañada de esa ensalada de
lechuga y cebolla. Cuanto tiempo….. Mira que me encanta y más si está potente.
Dice mi compi que está ideal, yo le hubiese echado un poco más de vinagre, pero
un poco. No queda ni el recuerdo.
La carne????? Pues señores
señoras, simple y llanamente…. ESPECTACULAR. Textura perfecta, se corta
sin apretar el cuchillo. Se deshace….. Sabor a raudales. Rica, pero que MUY
RICA. De las mejores carnes que he probado nunca. Tamaño ideal para dos
personas y si Marijo hubiese sido un poco más “valiente” yo me hubiese comido
otra. Pienso volver con mis compañeros de viaje habituales, todos son
enamorados de la carne.
Ya que mi compi no se anima con otra txuleta, pedimos, aconsejados
por Felipe, un camarero muy amable y con
el que he llegado a un acuerdo “vinícola” una “tapa” de costilla a baja
temperatura con puré de patatas. Pues…. De maravilla, fina, suave, sabrosa…..
en su perfecto momento.
Terminamos con un par de cafecitos a nuestro gusto, sólos pero con
la jarrita de leche correspondiente. Estupendo el café, por cierto. De los de
repetir.
Hoy tocamos a 53 euros por barba con vino incluido. Un precio
estupendo para una cena cojonuda. Tiene todos los ingredientes para que vuelva
a no mucho tardar. Curioso que en pleno centro del Bilbao más turístico dispongamos de semejante local.
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