Hoy me querían llevar a cenar pollo asado……
No sabía yo muy bien como conseguir cambiar el plan pero un accidente en el
sitio debido ha hecho que la ruta tuviese que modificarse. Así que tontamente,
poco a poco, he “llevado al huerto” a la que, soy totalmente consciente de
ello, se ha dejado “engañar”. Que más lista que yo es y además con diferencia.
La agradable noticia de esta semana en la
que un verdadero crack en el asunto vinícola ha sido, por fin, el gran
txapeldun en el campeonato de sumilleres del estado, hacía “necesario” la
parada para saludar. Y digo yo, ya que hacemos parada….. no será conveniente
también hacer fonda? Pues dicho y hecho. Así que reservo para un rato más tarde
y nos acercamos a Gernika a tomar un cafecito.
A la hora estipulada regresamos hasta el
Remenetxe donde nos recibe el flamante campeón. Todavía está un tanto en la
nube pero pocas personas conozco yo que hayan llegado a esos niveles y sigan
siendo de las de “andar por casa”. Pues en este caso así es y creo yo que así
seguirá siendo.
Nos acomodan en la mesa que ya casi-casi es
“nuestra” y la jefa del lugar, la orgullosa amatxu de Andoni nos va poniendo un
poco en antecedentes del asunto del comer mientras Jonan se escabulle a su
maravillosa bodega a pensar un poco en lo que vamos a beber.
Como conoce nuestros gustos y más los de mi
compi, nos presenta dos espumosos y tras una pequeña indecisión pues el otro
era una “rareza” que bien pudiéramos no tener otra ocasión de catar, nos
decidimos por un viejo conocido que va a maridar perfectamente con los
alimentos elegidos. Un Agustí Torelló Mata gran reserva barrica. Uva Macabeo.
Parte del vino base descansa en barricas de roble francés durante 8 meses y después la crianza tiene lugar
durante 30 meses en la cava. Me encanta el color de la botella. Un cava de una
relación calidad-precio excelente. Frutas asadas. En boca es seco, con un
amargor extraordinario que hace que saborees el trago pausadamente. Jugamos un
poco con la cubitera para conseguir esa temperatura de consumo que nos gusta. Ha
llegado perfectamente al último plato.
Calentamos motores con una estupenda crema
de calabaza. Aquí siempre te deleitan con un aperitivo en forma de caldos o
cremas calentitas y sabrosas.
Compartimos una ración de buen tamaño de
sus cojonudas croquetas de jamón, tamaño ideal para comer de bocado. Perfecta
ejecución de un producto insustituible e imprescindible en cualquier
restaurante sea del nivel que sea.
Yo he escuchado eso de pimientos de Gernika
y aunque mi compi no va a acompañarme, no puedo resistirme a zamparme una
ración. ¿Qué no es tiempo de pimientos? Tiempo de pimientos puede ser todo el
año, y la verdad es que están finos, con la “”carne” suave. Con los debidos
respetos por si hay niños leyendo, se puede uno comer perfectamente el rabito,
está igual de tierno que el resto.
Aran ha decidido comerse un solomillo a la
brasa. Presentado con una parrilla y unas brasas, como a ella le gusta, así
puede permitirse el lujo de “destrozarlo” a su gusto. Carne tierna y con mucho
sabor. La que no tenía hambre me ha dejado justo-justo, catar un pequeño trozo.
Buenas patatas acompañan la carne, ración
más que generosa. Mira que me gustan pero no he podido terminarla.
Yo me estoy volviendo un clásico inamovible
en la mesa. En cuanto escucho aquello de morros a la bizkaina….. Me
lanzo…… de cabeza, sin salvavidas…… Preciosa presentación con una patatita y
sus verduras. Ricos. Muy ricos. Esto es un placer de dioses.
Hoy hemos compartido comedor con dos
jóvenes sumilleres así que Jonan ha tenido trabajo extra. Unos cuantos viajes a
su bodega. En uno de ellos aprovecha la ocasión y nos obsequia con un par de
copitas de un vino dulce de categoría, un Oremus tokaji late harvest.
Fermentado en barricas de roble Húngaro. Envejecido medio año más en barrica para descansar casi
año y medio en botella. Maravilloso maridaje para el cojonudísimo queso
idiazábal que me he comido. Pero de los que quitar el hipo. Olor a queso de verdad,
sabor a lo mismo. Placer con cada bocado, no he tenido prisa alguna en
terminarlo.
Salimos al mostrador a tomarnos el cafecito
y Jonan nos cuenta alguna anécdota de su reciente experiencia. Es increíble las
pruebas que hay que superar para conseguir el campeonato. Estaría horas
escuchándole. Yo suelo decir que soy el tuerto en el país de los ciegos en tema
de vinos; en un mundo donde muchos tienen el “síndrome de la abeja”: Piensan
que son reinas y no son más que un bitxo. Pagamos los 109 euros de la cena,
eskerrik asko por los detalles y nos vamos. Ya he quedado con él, dentro de
poco tengo que darme un homenaje especial y le he dejado trabajo para que elija
ese vinazo que esté a la altura del acontecimiento. Zorionak txapeldun .
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