Situado en el Puerto Deportivo de Getxo, con unas
estupendas vistas a los barcos allí atracados. Nuestras costumbres nocturnas
nos hacen ver las cosas de otro modo, más…. Románticas.
Es un local con años de andadura pero que hace bien
poco que ha cambiado la gestión. Gente joven, con muchas ganas. Estupendo y
luminoso comedor. Mesas amplias y servicio muy atento y amable.
La carta de vinos un tanto reducida y más aún para mis
gustos. Pocos blancos y espumosos pero al menos tengo la suerte de que disponen
de un buen txakoli que nos hace disfrutar estupendamente de la cena.
Concretamente un Itxasmendi 7. Mezcla de la hondarribi zuri y la hondarribi zuri
zerratie, también lleva un porcentaje de riesling que le da un apoyo importante
a la hora de su crianza y duración. Se madura sobre sus lías en depósito. Un
rico vino blanco con la acidez controlada pero muy presente. Un vino que
aguanta bien unos años guardado en la botella. La pena es que no lo bebemos
demasiado rápido y no es tan sencillo encontrar botellas de añadas más viejas.
Lo dicho, que nos ha acompañado estupendamente durante la cena.
Hoy me acompaña mi prima Arantza. Amiga de todo
aquello que suena a natural, todo aquello que suena a sano. Así que con ella
tengo que llegar a acuerdos, cosa no tan difícil, está abierta al diálogo pero
al diálogo mutuo, no a ese de: “o pasar por el aro o te jodo”, tan de moda en
estos días que corren.
Comenzamos con un cojonudo tomate del país. Estupenda
materia prima. Está carnoso, jugoso, sabroso….. Así que aquí poco más se puede
pedir. Acompañado de un buen aceite de oliva.
Seguimos con unos espárragos navarros. De buen tamaño.
Suaves, se cortan casi con el dedo. Sin fibras, sin “hilos”…… Muy, pero que muy
ricos. Los acompañan dos salsas también muy bien preparadas. Arantza se tira a
por la más “sana”, yo me tiro de cabeza a por la mayonesa, untando pan como un
descosido.
Ella se decide de segundo por unas pencas rellenas de centollo. Buena materia prima, ricas de sabor, la salsa también está para untar pan. Quizás, en mi modesta opinión, deberían trabajar un tanto más el plato, “afinarlo” un poco. No desde el punto de vista del sabor, pero sí en la presentación. Es una idea.
Yo me voy a por el rape a la brasa. Buen pescado,
buena textura. Calidad. Un pelín pasado el punto de sal. Difícil asunto dar con
el punto exacto. Conste que no soy de los que comen sin ella. Si lo mismo lo
dice mi compi de hoy no sería algo a tener en cuenta, ella come habitualmente
sin sal.
Terminamos con una pantxineta. Rico postre, en esta
ocasión lo dejaremos en correcto, sin destacar sobremanera. Pero esto malo no
está ni haciéndolo a propósito.
Una infusión para ella y un cafecito para mi dan por terminada la cena. En la barra del bar charlamos un rato con el propietario del negocio. Tienen mucha ilusión. Pues con juventud y ganas se pueden alcanzar casi todas las metas así que ánimo y volveremos algún día a visitaros.
El precio de hoy ha sido de 103 euros, incluida una
botella de agua, conste en acta que yo no he bebido ni una gota. Que luego mi
imagen puede quedar un tanto deteriorada. Me parece un precio ajustado a lo
ofrecido.
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