Esperaba yo
otra cosa al visitar este precioso pueblo. Pero resulta que está pensado para
el turista típico. Es curioso que su calle y plaza principales estén llenas de restaurantes
donde es impensable sentarse a tomar algo, sin más. A beberte un buen vino y
comerte unas estupendas rabas de calamar. Las Redes tiene unas barricas en la
calle donde puedes hacerlo y encima beberte algún que otro vino algo más rico
que la oferta global.
Todo está
pensado para que el personal se siente en una mesa y deguste uno de los tantos
menús que se ofrecen a precios de ganga. Incluso el fin de semana puedes ver
ofertas de lubinas, merluzas……. como segundos platos en menús de 11 euros.
Vas
paseando y los locales tienen personas que te ofrecen sus menús. Yo llevaba los
deberes hechos y tenía reservadas mis preferencias. He acertado, sin duda. Creo
que he visitado lo mejor de San Vicente y he salido encantado de la
experiencia.
Hoy tocaba
Las Redes. Mucho había leído y me lo habían recomendado conocidos de la zona.
Además, con la importancia que le vamos dando a esas cartas de vinos, me dicen
que aquí encontraré cosas ricas y a buenos precios.
Pues a la
hora convenida nos presentamos en el restaurante. Precioso comedor con motivos
marineros y personal profesional y simpático. Buenas mesas, bien vestidas.
Me gusta
preguntar sobre lo que tienen. Me gusta que sean ellos los que me aconsejen que
comer. Generalmente esto es sinónimo de acierto.
Comenzamos
con un aperitivo. Un sopa de melón con virutas de jamón. Una buena manera de
degustar el típico “matrimonio” de ambos alimentos. Mira que no soy yo de este
tipo de mezclas pero reconozco que ambos sabores maridan muy bien.
Estoy con
una enamorada del pulpo y no lo digo con segundas intenciones. Así que como nos
ofrecen la posibilidad de pedir medias raciones, compartimos una. Sobre una
base de manzana asada y acompañado de un rico ali-oli y una mermelada de
pimiento rojo riquísima. Buena materia prima y muy buen punto el del pulpo.
Continuamos
con otra media ración de unas cojonudas rabas de calamar. Aquí no hay trucos.
Si el producto es excelente el éxito está asegurado. En este caso lo es.
El pez
elegido ha sido un machote. No estoy seguro de haberlo probado antes. Sí de
haber leído mucho sobre él. Hay quienes dicen que su sabor se asemeja al
besugo. La pieza era de algo más de un kilo y viene acompañada de una curiosa
bola de patata con pimentón y de lombarda asada. He disfrutado mucho pero no he
conseguido encontrar la semejanza con el susodicho besugo. En todo caso en las
partes “menos nobles” del pez, esas que están mucho más ricas pero que en
general somos más reacios a degustar. Zona de la cabeza, por ejemplo.
Venía yo
con ganas de tomarme un vino en concreto, un ribeiro pero he tenido la mala
suerte de que no disponían de él.
Así que para alegría de Aran, la elección ha
pasado a ser un champagne. En concreto un Dufour Bistrotage.
Variedades Pinot
Noir, Chardonnay y un pequeño porcentaje de Pinot Blanc. Una crianza de año y
medio en barricas y otros cuatro en botella antes del degüelle. Pues un
disfrute. Fina e integrada burbuja. Potentísima boca con un ligero amargor
final que hace que el trago sea más lento y la botella aguante perfectamente
toda la cena. Muy rico.
Y ahora nos
llega el tremendo sorpresón de la noche. Tarta de queso. Como siempre pregunto
si es una tarta de verdad y sí que lo es. Además comento aquello de si la
mermelada viene estropeando la tarta o viene de compañía. Como todo es de
nuestro agrado por a por ella que vamos. He comido unas cuantas, algunas muy
ricas, he tenido el placer de probar la que se considera la mejor tarta de
queso del mundo, la del restaurante Zuberoa. Pues señores, no dejen de probar
esta, creo que está a la altura de las mejores sin duda alguna. Perfecta diría
yo. Fluida y sabrosa. Golosa pero en su justa medida. Un postre de los que quedan grabados en la
memoria.
Otro de los
“problemas” de este pueblo es lo de tomarse una copa tranquila después de
cenar. Tenemos la opción de Annua/Nácar pero esa ya la disfrutamos anoche. Así
que como se pone a llover y veo que en la terraza podemos sentarnos, allí que
degustamos un buen café y una infusión y yo remato con un cojonudo GT al que
encima tienen la delicadeza de invitarme.
Pues lo
dicho, si queréis comer en un estupendo local, buenos peces y cosas varias,
beber un buen vino y disfrutar de un trato estupendo, Las Redes es, sin lugar a
duda alguna una de las mejores opciones de San Vicente.
La cuenta
total ha ascendido a 134 euros teniendo en cuenta que el champagne son 44.
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