Noche de cánticos, noche de Santa Ageda. Como dice la canción:
Makila, ahotsa ta gogoa ospatzeko da nahikoa. (no hacen falta más que el palo,
la voz y las ganas para celebrarlo). A mi sí me hace falta algo más, así que cenaremos algo rico y
bien regado a ser posible. Aran es muy amiga de algunos alimentos muy concretos
y aprovechando que pasamos muy cerca, nos acercamos a la Marisquería Mazarredo
a reservar mesa para más tarde.
Entre tanto nos damos una vuelta por una calle de mucho ambiente
y mientras yo me tomo un cafecito, ella degusta un rico txakoli de Bizkaia.
Vamos a tener que negociar el asunto de la conducción…..
A la hora convenida nos acercamos al local. Recibimiento muy agradable
por parte de la pareja que lo regenta. Se acuerdan de nosotros… Buena memoria y
no sólo de nosotros, también de nuestros gustos culinarios.
Como no puede ser de otro modo comenzamos con un Polbo á Feira.
El pulpo a la gallega es, quizás el plato preferido de Arantza. Curiosamente
hasta que no fuimos a Galicia de vacaciones hace ya unos cuantos años, no lo
había probado pero allí “se enganchó” y hoy en día es incapaz de verlo y no
comerlo.
Nos sacan la tabla y el pimentón picante sin echar. Se acuerdan
de los gustos tan diferentes. A ella le gusta con muy poquito y a mi me encanta
que pique. Así que la “regada” es individual. Buen punto del pulpo, mucha
calidad.
Después dudamos entre gamba y langostino pero Luis nos comenta
que hoy tiene unos langostinos muy buenos. Así que dicho y hecho. Una decena de
estupendos “tigres” de buen calibre. Buen punto de sal y muy buena textura. Muy
ricos, sin más historias.
Y como plato principal nos decidimos por una lubina al horno con
patata panadera. Buen tamaño del pez. Tiene “carne” y mucha. Marijo tiene el
detalle de emplatarla individualmente. Somos unos verdaderos “patos” trabajando
los pescados. Un desastre. Dos más que generosas raciones de un buen pez que
está en su punto. Jugoso, nada seco.
Para beber me he decidido por las burbujas nuevamente. Cada día
me gusta más este maridaje. Hoy concretamente me decanto por un Sumarroca Gran
Brut Allier. Variedades Chardonnay, Xarel.lo y Parellada. Con una crianza de 3
meses en barricas de roble francés y un reposo en botella de 3 años. Me ha
parecido un tanto “pobre” en cuanto a sensaciones en nariz pero me ha gustado
en boca. Ligeramente amargo. Ha cumplido sobradamente con su cometido.
Hoy he tenido “suerte”, no tienen torrija así que compartimos
una ración de tarta de queso que bien sin compañías. Estamos de acuerdo tanto
Marijose como yo en que por mucho que todo el mundo la pida con mermeladas, es
mejor degustarla tal cual. Sin ser una tarta espectacular, se deja comer
gustosamente.
Una infusión y un cafecito dan por terminada la velada. El total
abonado ha sido de 95 euros. Si restamos el precio del cava salimos a poco más
de 30 euros por persona que me parece una estupenda relación calidad-precio.
Volveremos a visitarles.
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