Pues a lo tonto medio año ha pasado
sin ir a verles. No me da la vida para todo. Y mira que disfruto aquí. ¿Os
podéis imaginar a vuestra amatxu en la cocina y a vuestra amatxu en la sala?
Pues bien pudiera decirse que en este restaurante sucede algo así. En cocina
trabajan como lo hacían esas mujeres de antaño, sin prisas, con mimo, con un
estupendo producto. El resultado no puede, nuca, ser malo.
En la sala más de lo mismo, Marian te
trata con un cariño que muchas veces dan ganas de salir y volver a entrar.
Además tanto en cocina como en sala se han echado unos buenos ayudantes que
están bien “enseñaos”.
Creo que lo he probado todo o casi
todo pero siguen consiguiendo que mi disfrute sea total. Hoy voy con Aran y le
gustan los espumosos más que a mi, que ya es decir. Así que por recomendación
de Marian nos bebemos un champagne, concretamente un Gardet brut reserva. De
una burbuja fina. Variedades Pinot noir,
pinot meunier y chardonnay. De fácil beber y un ligero y suave amargor
que hace que pueda perfectamente con todos los platos que hemos degustado.
Como siempre nos obsequian con esa
txistorra que está impresionante. Mi compi es medio navarra y ha comido muchas
y muy ricas. Esta no se queda a la zaga.
Continuamos con su maravillosa sopa
de pescado. Más bien diríamos crema. Gordita. Con mucho sabor a pescado. Además
hoy apetece. Tenemos unas temperaturas que incluso en Bilbao diríamos que es
algo más que “fresco”.
Seguimos con el revuelto de bacalao.
Poco truco. Si no somos tacaños con el pescado, como es el caso y tenemos “buenos
huevos”, tan sólo tenemos que hacerlo sin prisa y sin excesivo calor. El
resultado algo jugosísimo, riquísimo.
Arantza se tira hacia el txipirón con
merluza. He jugado con el título, realmente la merluza tiene un txipiron
cojonudo y el txipiron tiene una estupenda merluza. Esto está de muerte.
Yo, como andamos con medias raciones,
que de medias tienen más bien poco, tengo antojo de comerme un poco de salmón y
por supuesto ese ali-oli (última foto) que me tiene totalmente “enamorao”. Los años que me ha
costado a mi entrarle a este pescado….. ahora no puedo decirle que no. Pues lo
dicho, producto de diez, resultado de igual nota.
Después me lanzo a por un plato más
contundente, otro de los que repito y repito. Unas txerripatas en salsa
bizkaina. Pues simple y llanamente …… de rechupete. Me repito y vuelvo a
repetirme pero el diccionario se queda corto de sinónimos y la excelencia es la
que es.
Casi me dan ganas de no decir el
postre que hemos compartido. Como me dice mi amigo José, mi balón de oxígeno en
este blog, bien pudiéramos hacer un estudio de la mejor torrija de Bilbao. Mira
que a mi compi le gustan….. De todos modos decir que es un postre que
difícilmente falla y que en esta ocasión se supera con creces.
Cafecito e infusión. Hemos disfrutado
de lo lindo. Hemos cenado como “señores” y salimos con la certeza de que
volvemos. De eso no queda la menor duda. Un sitio que está en mi top 5 de
restaurantes en Bilbao.
Creo que este tipo de comida está en peligro de
extinción. Llegan tiempos difíciles no sólo para la cocina de
siempre, también para todo lo demás. Cada día me gusta menos este mundo que se
nos viene encima. Cuando nos demos cuenta será demasiado tarde. Así que
disfrutemos mientras tanto, como suele decirse… “que nos quiten lo bailao”.
El total ha sido de 103 euros pero
tengamos en cuenta que el líquido elemento se ha llevado 40 lereles, así que
podéis comprobar que comer aquí es realmente muy asequible. Su página web: www.restaurantetrueba.com
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