Ültimamente estamos la “cuadri” un poco “perdidos” y cualquier
ocasión es buena para juntarnos y ponernos
al día. Estos chicos están más tan ocupados……Tienen esa “mala edad” de cuidar
criaturas.
Además tenía yo muchas ganas de acudir por primera vez a un
evento organizado por la página que me ha permitido contar mis historias
“restauranteras” y a su vez, conocer a un montón de gente. Algunos ya amigos del alma.
Una pena la ausencia de alguno que por uno u otro motivo no ha
podido acudir. Otra vez será. Hay más días que longanizas. O eso dicen al
menos.
El primero en hacerme compañía es Juanjo, un “pequeño”
muchachote que ha sido el último en unirse al grupo pero que ha entrado por la
puerta grande. Por la pequeña difícilmente podía hacerlo.
No soy un “friki” de los vinos, me gustan, sobre todo los
blancos y los dulces y también un buen cava o champagne. Así que no voy a hacer valoraciones ni nada parecido. Esto va más a la experiencia humana en sí.
Nada más entrar nos damos de bruces con unos medio paisanos
míos. La bodega Txakoli de Astobiza donde unos cuantos veremeros y amigos nos
dimos un señor homenaje hace ya un tiempo. Buena gente y buenos vinos.
Se nos une una txikita que trabaja en el mundo de la hostelería y a la que he tenido el placer de conocer en alguno de mis restaurantes favoritos. Nos hace compañía hasta bien entrada la tarde.
Después del txakoli me apetecia beberme un cava y nos acercamos
a probar uno que acaba de salir al mercado. Pero de una bodega con mucha
historia. Viña Pomal. Está muy joven aún pero creo que tiene futuro. Refrescante y muy
agradable. Le daremos tiempo.
Se nos une Oscar y viene con ganas. Así que vamos difuminándonos
un tanto. Cada cual un poco a su libre albedrío.
Primera parada "importante" en un sitio de los que a mi me hacen disfrutar. Esos vinos que tantos momentos agradables me han hecho pasar en unas cuantas sobremesas. Vinos para beber muy despacio, para degustar, para ir sin prisas. Vinos trabajados que son una verdadera gozada.
Primera parada "importante" en un sitio de los que a mi me hacen disfrutar. Esos vinos que tantos momentos agradables me han hecho pasar en unas cuantas sobremesas. Vinos para beber muy despacio, para degustar, para ir sin prisas. Vinos trabajados que son una verdadera gozada.
Unos vinos dulces a cada cual mejor. Del primero al último
para cerrar los ojos y disfrutar. Cosa que hemos hecho. Aquí volvemos a la
tarde sí o sí.
Después de esto, lo que pide es refrescar un tanto la boca y
Oscar nos lleva a probar una cosa curiosa pero de la que puedes beberte un
litro sin darte ni cuenta. Algún “listo” dirá que esto el un vino de “chicas”
pero está rico. Salvando todas las distancias que haya que salvar. No
confundamos churras con merinas. Pues lo dicho, refrescante a más no poder.
Casi para desayunar.
Habíamos reservado mesa en el Guria y a la hora convenida allí
que nos acercamos, al final nuestra compi de hoy se anima y nos acompaña. Es
importante alimentarse bien y más aún un día como el de hoy. Para picar entre todos pedimos:
Pimientos verdes fritos. Pequeño pero bien ricos, acompañados de
unas patatas fritas. Desaparecen como por encanto. Se comen enteros.
Después compartimos un revuelto de setas. Somos 4 y a poco
tocamos, normal. Un quitar el antojo y punto. Está rico.
Unas croquetas de las que no hacen historia. Me gustan casi de
cualquier manera pero estas son bien normalitas, sin melosidad alguna.
El plato estrella de este local siempre ha sido el bacalao. Yo
ya lo he probado pero mis compis no. Asi que todos se animan. Unos el llamado
bacalao del chef que no es otra cosa que media de pil-pil y media de bizkaina.
La txikita se decide por un pil-pil sin más. Al parecer estaban
bien sabrosos y las salsas también. Quizás la bizkaina dejase un tanto que
desear, demasiado dulce para nuestro gusto. Pero desde luego que los bacalaos
han vuelto a ser el mejor plato de la comida.
Yo, no puede remediarlo, me decanto por las manitas y morros.
Decir que estaban albardadas y que sustancia tenían más bien poca. La salsa es
idéntica a la del bacalao. Pero no dejo ni el recuerdo. Imagino que en el
comedor principal y por otros precios, este plato mejorará sustancialmente.
Nos hemos bebido una botellita de agua y una de blanco, un
Marqués de Alella. Como se nota que hoy no hay “demasiada sed”.
De postre y como hoy no tenemos demasiado apetito, pedimos un
par de raciones para compartir.
Unas frutas templadas. No he terminado yo de entender demasiado
este plato. Pero no era otra cosa que eso.
Frutas templadas acompañadas de una
crema de natillas que está rica pero que no veo yo muy allá esta conjunción.
Por otro lado una tarta que no recuerdo muy bien de que era pero
que sí que está sabrosa. El acompañamiento el mismo que las frutas, una crema
de natillas que realmente aquí es más lógica como compañía.
Se nos une Josean, viene en autobús desde Gasteiz. Un asunto
familiar ha hecho que el día no salga todo lo redondo que hubiese deseado.
Esperemos que todo salga bien. Todos los ánimos desde aquí.
Así que nos tomamos unos cafecitos y abonamos la cuenta. Han
sido 129 euros en total para los cuatro. Quizás un tanto excasa hoy esa RCP.
Poco a poco nos encaminamos de nuevo a la experiencia Verema. Ahora tenemos más suerte aún. Nos encontramos con un cordobés que nos ofrece una "pequeña" degustación de unas maravillas. Unos PX que van desde los más jóvenes hasta algunos que ya tienen una edad considerable, muy considerable. Menuda oportunidad de probar unos vinos que difícilmente encontraremos.
Si antes estábamos un tanto desperdigados ahora más aún. Los
diferentes gustos hacen que cada cual quiera probar una u otra cosa.
Nuestra compi nos abandona. Le reconocemos el aguante y
esperamos volver a verla pronto. Gracias por la compañía.
Juanjo que tienen obligaciones de aita también tiene que marchar
poco después. Por supuesto con planes para volver a juntarnos en breve.
Y allí que aguantan como campeones el par de dos. Yo a una hora
prudente dejo la copa y freno. Me tomo una tónica en el bar y dejo que sean
ellos, que “van con chofer” quienes sigan disfrutando. El ambiente del salón es tremendo.
Llega la hora de marcharse. La jornada ha sido “curiosa” y muy
agradable. Por allí vemos a gente conocida, imagino que nos habremos cruzado
con alguno al que conozcamos de escritura pero no de cara. Una pena.
Asi que un día genial. Gracias a verema por esta oportunidad y
por supuesto gracias a mis compis por su amistad. Eskerrik asko a Juanjo que ha sido hoy mi fotógrafo. Estos que tienen móvil caro....Esperemos que el año que
viene podamos repetir.
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