El comer y el beber siempre han sido un nexo de unión entre las
personas. Y más aún en nuestro entorno. Qué mejor sitio que una buena mesa para
compartir historias, risas, complicidades….. Si esas mesas
hablasen….
Es por tanto que hoy esto va a ser “demasiado” largo y que a más
de uno no le interesará en exceso pero hay comentarios que van más allá de lo
puramente gastronómico.
Gracias a un afición común he tenido la oportunidad de conocer a
personas de diferentes procedencias, pero el “roce hace el cariño” y
evidentemente siempre terminas teniendo mejor rollo con los que puedes
compartir más momentos.
De vez en cuando decidimos juntarnos y darnos un pequeño o no
tan pequeño homenaje y hoy tocaba. La elección de los encuentros se prepara, un
tanto “anarkikamente” en las “reuniones” posteriores a la comida. Cuando el
“líquido” ingerido ha sido más que suficiente y los ánimos están en su mejor
momento.
De esta salen, no una, más bien dos o tres quedadas posteriores. Tengo una pequeña preocupación y es que últimamente el líquido elemento gana la batalla a lo sólido en asuntos de elección de locales. Debería pesar lo mismo un kilo de pescado que un kilo de vino. :-)
Nuestro anfitrión era hoy Josean, el alavés por excelencia y
justo era que fuese su terreno el elegido para nuestro encuentro. El
restaurante visitado ha sido uno que ya conocía él pero que su “conejillo de
índias” había catado recientemente: El Laua. Ya está comentado en este blog
esa experiencia y la verdad es que fue muy sorprendente y satisfactoria. Y hoy,
incluso, a mi entender, ha sido superada.
Después de algún que otro “imprevisto” en la capital a cuenta de
pequeños problemas con la ubicación física de dos de nuestros amigos, nuestro
anfitrión que hoy también hace de chófer y tras una pequeña parada para recoger
a su chica, nos
acercamos hasta este pequeño pueblo donde está ubicado el restaurante.
Allí, con puntualidad inglesa, nos esperan dos de nuestras
“nuevas adquisiciones”, una pareja del mismo Bilbao. Juanjo y Bego. Dos
estupendos “txabales”, que han sido los últimos en unirse a este variopinto
grupo. Y que consideramos “fichajes” de altísimo nivel ( no sólo por el tamaño)
y cuya “clausula de rescisión” es muy elevada para evitar su evasión.
Allí, curiosamente vemos a dos “personajes” que al parecer
vienen de “picnic”, ataviados con indumentaria veraniega y pertrechados con
artilugios domingueros.
Pasamos directamente a la mesa. Ya he descrito este pequeño y
sorprendente restaurante que no esperas ni con mucho, encontrar en un pueblo
así. Con capacidad para unos 36 comensales, mesa muy bien vestidas y todo de excelente calidad.
Nuestra mesa está preparada y lo primero que hacen es “acomodar”
al fresco las botellas aportadas puesto que su “viaje" hasta aquí no ha sido el más indicado.
Se realiza el reparto de los comensales, teniendo muy presente
que concretamente dos de ellos han de sentarse juntos. Ellos, hasta bien
entrada la comida, han estado “ausentes”. En su mundo. De vez en cuando, el que
suscribe, acercaba un poco la oreja y efectivamente comprobaba que la
conversación versaba en torno al mundo……… “vinícola”. Que si la uva tal, que si
la bodega cual, que si la añada…….. Después, una vez agotados más o menos los
temas pendientes, han intentado hacer una incursión, además “a saco” en nuestro
entorno pero les “hemos parado los pies”. J
Lo primero me gustaría destacar que los vinos los hemos aportado
nosotros, unos por la generosidad de alguno de nuestros amigos y un par de
botellas elegidas para la ocasión y pagadas a escote.
Y destacar que el restaurante ha cambiado con cada vino las
copas, copas de excelente calidad y tamaño y cuyo precio de descorche me ha
parecido casi irrisorio. 18 euros en total teniendo en cuenta que han sido unas
50 las copas utilizadas para toda la comida.
Puestos a destacar, hacerlo así mismo con el servicio que ha
sido impecable en todo momento por parte de las dos personas que nos han
atendido. Un aplauso para ellos que nosotros podemos ser incluso un “poquito”
pesados. Eskerrik asko por vuestra paciencia.
Comienza aquí el recorrido de ese menú del que tan buen recuerdo
tenía yo y que ha “sufrido” algún que otro cambio y a mi gusto uno muy importante, el tamaño de las raciones. La última
vez salí con la sensación de haberme cenado un buey entero, hoy he salido muy
satisfecho pero sin esa sensación de hartazgo que tan poco que gusta.
Otra cosa que me gustaría destacar es que en este tipo de
evento y dado que uno quiere estar a todo, no presta el
debido interés a la comida en sí. No está uno lo suficientemente atento y hay
platos que comes, disfrutas, pero que no eres capaz de analizar debidamente
pues estabas a otra cosa. Así que hoy la descripción de los platos será muy
superficial.
Comenzamos con Canelón de foie y mango. Un plato original y sobre todo muy
fresco, de los que preparan el estómago y las papilas gustativas para lo que
viene a continuación. Empezamos bien.
Nos llega el Cappuccino de Mejillón tigre. Este plato, más bien esta taza a modo de cafecito, es de un sabor impresionante.
Potencia sápida a más no poder. Sabe a lo que es, es como comerte una crema de
marisco potente. Un plato hondo con cuchara sopera me comía yo bien gustoso.
Excelente.
Para acompañar los dos primeros platos hemos bebido la primera
propuesta, una de las dos que más me ha gustado de toda la cena. Soy de gustos
un tanto “especiales”.
Un Vouvray Petillant brut 2009. Burbuja muy integrada,
apenas perceptible. Buena nariz y excelente paso por boca. Buena elección para
comenzar.
Continuamos con Xorta de cigalas e infusión de soja y jengibre.
Curiosa presentación que me recuerda a más de un restaurante asiático. De nuevo mucho sabor, untar y untar en la salsa.
Curiosa presentación que me recuerda a más de un restaurante asiático. De nuevo mucho sabor, untar y untar en la salsa.
La hora del….”bokata”. Bocadillo de txistorra. Curiosa y graciosa idea de algo que lo
mejor es comer con las manos. Si no sois demasiado “finos”. Me ha encantado.
El maridaje de estos dos platos se ha hecho con un curioso vino
“blanco” que no lo es.
Elaborado con uva tinta. Según mis expertos
acompañantes, deberíamos haber dejado que respirase un buen rato. La nariz de
primeras es…. ¿difícil? Pero curiosamente al poco me recuerda a la sidra. Un
vino del Empordá, un Cosmic Confiança 2013. Me permito aquí el lujo de copiar
integramente la nota de cata de Sergio que es a fin de cuentas el “padre” de la
criatura:
“De
color piel de cebolla con destellos cobrizos, ligera turbidez, finas burbujas
de carbónico y lagrima de gran densidad.
En nariz se aprecian aromas cítricos, de fruta blanca y roja, de sidrería, notas minerales, una cosa muy rara y compleja.
En boca tiene una entrada fresca, cítrica, con una excelente acidez y un postgusto de medio recorrido con recuerdos de sidrería y un final amargoso.”
En nariz se aprecian aromas cítricos, de fruta blanca y roja, de sidrería, notas minerales, una cosa muy rara y compleja.
En boca tiene una entrada fresca, cítrica, con una excelente acidez y un postgusto de medio recorrido con recuerdos de sidrería y un final amargoso.”
De nuevo un plato ya probado pero no por ello he disfrutado menos: Taco de costilla con praliné de almendras. Buen punto de la carne, seguimos con los sabores potentes y las "compañías" originales y acertadas.
Dim Sun de pescado y marisco.
El problema era que necesitaba un toque de potencia gustativa. Más de uno hemos coincidido en que un par de cucharadas de esa crema de mejillón tigre hubiesen subido algunos enteros en la preparación.
Regados estos platos con un albariño Contraaparede . Buen color, muy dorado. Intensa nariz, sin
duda. Fruta madura. Acidez más que correcta y una boca que me envuelve. De
trago largo, aguanta en boca. Una pena que no haya más.
Pasamos ahora a
degustar un plato de los que a mi me encandilan, de los que comería una y otra
vez, de los que a mi entender tienen todos los componentes para ser un verdadero
éxito y que, como no, hoy ha vuelto a
triunfar Huevo con hongos y jamón para untar pan sin conocimiento. Hurra.
Ya estamos un tanto “revueltos”, las conversaciones saltan de unos temas a otros, ahora contigo, luego con aquel….. pero volvemos a coincidir en que el punto del pescado es excelente, tanto la carne como la piel. Muy rico, muy bien preparado y muy bien elegida la compañía para él. Merluza al horno sobre txangurro y breska
Ya estamos un tanto “revueltos”, las conversaciones saltan de unos temas a otros, ahora contigo, luego con aquel….. pero volvemos a coincidir en que el punto del pescado es excelente, tanto la carne como la piel. Muy rico, muy bien preparado y muy bien elegida la compañía para él.
Aquí hemos pasado a un tinto. Yo de tintos…….. Un
Crozes-Hermitage 2012.
Un servidor y a sabiendas del riesgo que corro de ser “agredido”, pido una botellita de refresco con burbujas para prepararme una de mis bebidas favoritas.
Un servidor y a sabiendas del riesgo que corro de ser “agredido”, pido una botellita de refresco con burbujas para prepararme una de mis bebidas favoritas.
Pues señores y señoras y además con el beneplácito incluso de
los menos “comprensivos”, descubro uno de los mejores kalimotxos que he probado
jamás. Está impresionantemente rico.
Será “pecado” como dicen algunos pero otros “pecados” más graves se cometen y no se rasgan tantas vestiduras. Cojonudo. Hubiese yo "maridado" todo el menú con este preparado.
Será “pecado” como dicen algunos pero otros “pecados” más graves se cometen y no se rasgan tantas vestiduras. Cojonudo. Hubiese yo "maridado" todo el menú con este preparado.
La vez anterior me encandiló y hoy ha vuelto a hacerlo. Este
txupito de mojito está de muerte. Repito que no soy de mojitos pero este tiene
algo especial. Rico no, lo siguiente y además te deja el cuerpo como “repuesto”
para continuar. “txapó”.
Si por mi fuese, aquí empezaría con los postres pero han decidido que ese txupito tiene que hacer su efecto y dejarnos sitio aún para algo más en el apartado salado.
Si por mi fuese, aquí empezaría con los postres pero han decidido que ese txupito tiene que hacer su efecto y dejarnos sitio aún para algo más en el apartado salado.
Crepineta de rabo y chutney de ciruelas nuevamente buena textura de la
carne y con mucho sabor. Rica la salsa.
Estos platos han sido regados por un blanco que no me ha gustado
demasiado y que mi compañero de mesa que conoce mis gustos casi mejor que yo
mismo, sabía que no iba a ser de mi agrado. No obstante al parecer ha resultado
muy rico para los demás. Yo no sé estar a vuestra altura.
Un Domaine de Montbourge l´etoile. Descaradamente me parece una
manzanilla. Demasiado seco para mi. Lo intento pero no puedo. Una pena no saber
disfrutar de vinos que al parecer, como
éste, son de un nivel un tanto superior. Bueno, no hay mal que por bien
no venga, así algunos tienen más.
Ahora ya sí, ya va siendo hora. Allí que vuelve a aparecer la “lámpara mágica”, en forma de una Macedonia de frutas, sorbete de cítricos y algodón de violetas
Tremenda la originalidad del plato, frescura a raudales. Entra sólo.
Y ya llegamos al último acto en forma de Milhojas de hojaldre, toffe y helado de chocolate Hambre ya casi
no tienen ni los “pekes” del grupo Yo soy el que menos aguante tengo pero
también a tener en cuenta que soy el más “txikito” a pesar de ser el más
“veterano”.
Rico postre, goloso pero con ese chocolate un tanto “amargo”
que combina estupendamente con el hojaldre. Perfecto final para semejante
“actuación”.
Aquí nos pasamos ya a los vinos más dulces, en primer lugar un
Le Haut- Lieu. Demi-sec 2003. Vouvray. No es un verdadero vino dulce. Como dice
alguno que yo se, no es un “pastoso” de ésos que yo bebo. Pero está rico. Se
deja beber bien gustosamente. Una pena que no llegue para más.
Y como me cuidan muy bien y saben que necesito algo más “dulzón”
pues solicitamos al restaurante algo para rematar la jornada y disfrutamos de
una botellita de Sabletes Saurterner 2008 que ya es un viejo conocido. Aquí la
pena es doble por el tamaño de la botella pero bueno ya no es que mucha sed tengamos precisamente.
Unos cojonudos cafés, todo hay que decirlo, que hacen que
incluso más de uno repita. Muy ricos y los “cortaos” como deben de serlo. Poca
leche y sabor a café.
Algunos “necesitan” refrescarse, otros no podemos permitirnos el
lujo pues el volante obliga. Así que se piden unos estupendos GTs, preparados
“in situ” con carro y campana de nitrógeno líquido incluida.
Increiblemente la hora ha corrido mucho. Hay que permitir que
esta gente descanse que a la noche tienen otra “tacada”. El precio del menú degustación es de 55 euros IVA incluido. Me parece una de las mejores rcp que conozco. Merece y mucho la visita a este local.
Su página web: www.lauajantokia.com Prometemos volver.
En la puerta, con pocas ganas de marchar, se abre el “debate” de próximas quedadas. Esto es un “vicio”, cada vez más difícil de quitar y mucho menos si lo que pretendes es todo lo contrario.
Su página web: www.lauajantokia.com Prometemos volver.
En la puerta, con pocas ganas de marchar, se abre el “debate” de próximas quedadas. Esto es un “vicio”, cada vez más difícil de quitar y mucho menos si lo que pretendes es todo lo contrario.
Volvemos a dividirnos y en nuestro “taxi” particular, con un
chófer que ahora está más contento aún, nos dirigimos a
Gasteiz unos y a Bilbo los otros. Hasta la próxima, que esperemos sea no muy
tarde y que esperemos sea del mismo nivel que esta.
Allí dejo a los “tres mosqueteros” que aún tienen que acomodarse
y además ellos, más valientes que el resto…. o más “osados” tienen aún que
compartir mesa y vinos. Juventud, divino tesoro.
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