Había antojo de carne y tras barajar algunas opciones, nos
decidimos por visitar este local al que hace ya una buena temporada que no
acudía.
Son carnavales y hay que gestionar
bien hora de llegada y lugar de aparcamiento pero uno es ya un “viejo zorro” y
las cosas nos salen bien.
Mucha gente y local a tope. Me gustan sus mesas y su comedor.
Tenemos más suerte aún y nos toca mesa de buen tamaño y estupenda ubicación.
Un pequeño vistazo a su carta más que nada para ver qué añadimos
por delante a la carne pero bien aconsejados por nuestra encantadora
anfitriona, nos decidimos por compartir unas cojonudas croquetas de buey. Están
sabrosísimas, ligeras, fluidas pero con la cubierta bien crujiente. Sabor a
carne. Tienen un ligero toque picante del que ya nos han advertido pero
realmente es ligero, muy ligero. Eso sí, las acompañan unas “pinceladas” de
salsa de tomate que esa sí que está “valiente”.
Mientras y tras echar un vistazo a sus opciones carnívoras de
hoy y dado que la que más nos apetece no es posible dado el tamaño exagerado de
sus txuletas y que la compañía de hoy no es demasiado “valiente”, al final nos
atrevemos con una vaca de procedencia alavesa.
Nos la presentan en crudo para que demos nuestro visto bueno.
Pues no tiene mala pinta, la verdad.
Como últimamente viene siendo habitual y más con quien me
acompaña, el líquido elemento ha sido burbujeante. Aunque he estado a punto de
pedir otro, he preferido probar este que no había bebido jamás.
Champagne Drappier Rosé de Saignée. Cien por cien pinot noir.
Envejece dos o tres años en rima. Una de las pocas casas que utiliza el método
del sangrado para elaborar su champagne. Esto significa que sólo utilizan el
zumo del primer prensado.
Llamativa burbuja que se pega a la copa y cae pausadamente.
Buena y afrutada nariz y un toque de amargor muy agradable. De entrada Arantza
dice que no le hace mucha gracia……. Me río yo…. en cuanto hemos comenzado a
comer he tenido que dosificar con cuidado para hacer que nos llegue al final.
Qué difícil va a resultarme encontrar un champagne que no me guste…..
Por fin llega la esperada txuleta. Acompañada de unas riquísimas
patatas fritas cortadas en gordo, a mi gusto y de unos pimientos rojos asados
muy jugosos y de excelente sabor (foto superior). Una pequeña parrilla permite que yo pueda ir
calentando un poquito mis trozos y que mi compi pueda hacerlos un “bastante”
más para poder degustarla. Una pena que no se atreva a comerla con los ojos
cerrados pero…..
Rica la carne. Mucho sabor y además tierna. Al final la
“pequeña” txuleta ha pesado kilo doscientos de los que yo me habré comido un 70
por ciento.
Compartimos un postre a base de galleta con crema de mango y
helado de yogur muy suave y sabrosón. Sin empalagar.
Infusión y cafecito y abonamos los 134 euros de la cuenta final.
Tengamos en cuenta los 52 del vino. Así que buen precio y buen resultado
final.
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