Comienzan esas fechas que tan poco me
gustan. Esas cenas de empresa o amigos con motivo de las futuras navidades.
Suelo incluso preguntar si hay alguna de ellas concertada pues no quisiera que
me estropeasen mi velada.
Llamo para reservar y la primera respuesta
es que está completo pero ante mi pregunta de ¿ y la mesa alta también?, la
respuesta es que está libre. Curioso que lo que más me gusta sea lo que casi
nadie quiere. Me encanta esa mesa, me encanta como se ven las cosas desde ella
y además, que conste, las sillas son comodísimas.
Así que una vez aposentados dejo que Aran
se dedique un rato a leer esa carta tan peculiar llena de descripciones no tan
sencillas de entender pero que, como siempre, preguntando a los más que amables
camareros, uno termina sabiendo perfectamente lo que puede cenar.
Decir que casi todos los platos que se
piden para compartir te los sacan en medias raciones individuales y además de
tamaño considerable con lo que para cenar y más si tu compañía no es tan
tragona como tú, con tres platos y un postre sales satisfecho.
Aquí se le da mucha importancia al pan.
Hemos estado tomando algo en otro de los locales que están en manos de Aitor,
el Txocook y allí estaba la jefa de sala partiendo un pan crujiente que me
estaba poniendo los dientes largos. Afortunadamente creo que el que hemos
comido nosotros era el mismo. Me encanta esa corteza que suena y bien al
morderla.
Comenzamos con tempura pulpo y nori, cous
cous yuzu y aliolirabiata. El yuzu es una fruta de origen asiático. Podemos
decir que es una mezcla de limón y mandarina. Sobre todo en cocina lo que se
utiliza es su corteza. La rabiata es una salsa italiana parecida al tomate pero
con un toque picante agradable. El resultado del conjunto es notable. El pulpo
en tres texturas diferentes, la salsa suave e incluso el cous cous del que no
soy precisamente un “amante”, compagina estupendamente.
Mientras esperamos el segundo plato nos
sorprenden con una invitación a un plato de la carta, una espuma de huevo con
alcachofas. Pues sabe a tortilla, con un toque nada exagerado. Plato agradable
y curioso. Aran ha quedado encantada con él.
Nos llega ahora el socarrat de Euskal
Txerri, carpaccio de cigala y picada de almendra ahumada. Ese sabor del arroz
que se queda pegado es cojonudo. Aquí lo preparan con mimo. El punto para
llegar a gusto exacto de cada uno es simplemente imposible de conseguir,
deberían “personalizarlo”. Pero realmente está muy sabroso. Quizás la cigala
recomendaría yo comerla sin mezclarlo con el arroz puesto que debido al potente
sabor de éste, puede pasar un tanto desapercibida. Un plato muy rico.
Como final de la parte salada, tras
convencer a mi compi de que no pida txuleta, pedimos un plato denominado Los
tres cerditos crujientes y sabores del mundo, Tres trozos de cochinillo
perfectamente cocinado. (foto superior) Corteza crujiente y carne suelta y jugosa. Tres salsas
acompañan al plato, una con un toque de soja, la otra con un toque picante y la
tercera la clásica, hecha con la carne, con un sabor potente y es con la que me
quedo, sin duda. Está para untar pan y uno es “cumplidor” y dejo el recipiente
limpio. Muy rico.
Para el tema dulce, intento convencer a mi
compi para que no pida torrija pero ya sería dar el brazo demasiado a torcer.
Así que a por ella que nos vamos. Al verla se “asusta” un poco. El color no es
al que está acostumbrada. El plato se denomina Pan, leche y café, torrijamisú.
Pero a pesar de ser muy diferente de la clásica, está de muerte. Sabor distinto
pero muy bien logrado. La acompaña un riquísimo helado de Baylis que disfruto
yo solito.
Como en cocina han sabido que yo quería
probar el postre de chocolate, allí que aparece Iñigo con un detalle del
ChocolaTex, virgen extra y curry crujiente. Dulce propuesta que cuando vuelva con
mi retoño tenemos que degustar. Chocolate y más chocolate.
Hoy iba yo con la idea de beber un ribeiro
que ya he probado pero no tenían añadas de mi gusto así que hemos probado un
cava que sabía yo que nos iba a gustar. Un Giró Ribot Unplugged Brut Rosado.
Lleva mezcla pero la variedad principal es la Pinot Noir. Su vinificación
comienza con una maceración en frío. En el primer proceso una parte fermenta en
depósitos de acero inoxidable y otra en barricas de roble francés y americano.
La segunda fermentación en botella durante año y medio o algo más. La
producción es de unas dos mil botellas. Pues está bien rico y tiene ese ligero
amargor final que permite disfrutar más de él y hacer que el maridaje sea
perfecto para todos los platos.
Cafecito e infusión dan por terminada la
velada. 106 euros han tenido la culpa. Buen precio por un disfrute total.
Bascook trabaja bien en cocina y además es atrevido y entretenido. Sin duda uno
de mis restaurantes favoritos.
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