Hacía
ya mucho tiempo que tenía curiosidad de visitar este local. Muchos comentarios
favorables me han llevado hasta su puerta y la verdad es que no me arrepiento.
Situado
en zona “vip”, había estado yo en el restaurante que está junto a él. En su parte inferior es un bar y el restaurante propiamente dicho está situado en la planta superior.
Curioso
el tema de que al llamar para reservar me dicen que tienen tan solo una mesa en
el primer turno, a las 9 y cuarto.
Yo
no soy de los que gustan de levantarse con prisas pero inmediatamente la chica
que me coge la reserva me dice que no me apure, que no levantan a nadie.
Después de cenar y visto lo visto, me doy cuenta de que problabemente lo hacen así más por
organizarse y no tener a todos los comensales a las diez sentados al mismo
tiempo. No está mal la idea, el servicio es más correcto y atento.
Su
carta es bien extensa pero como siempre, lo mejor es dejarse guiar,
siempre diciendo un poco cuales son tus gustos y así ellos mejor que nadie saben
lo que mejor hacen y lo que pueden ofrecerte.
El
local está bien, mesas correctas, tamaño correcto, bien vestidas y con una
separación suficiente aunque bien aprovechado el sitio.
La
decoración, muy italiana, con fotografías y carteles de un montón de películas
italianas de hace ya unos cuantos años.
En
cada mesa una rosa y al finalizar la cena, una rosa roja para la “dama” y la
cuenta para el “caballero”. :-) Muy italiano también. A ver si para la próxima cambiamos el turno.
El
que lleva la sala tiene su “aquel”. Esa “fama” que tienen, la “potencia”.
Además, un detalle, como sabe mi nombre, cosa lógica por la reserva, toda la
noche me trata por él. Es algo que se agradece.
En cada plato ha preguntado nuestro nivel de satisfacción. Creo que es el dueño.
En cada plato ha preguntado nuestro nivel de satisfacción. Creo que es el dueño.
Dos
buenos trozos de pan recién horneado y como aperitivo unas aceitunas muy ricas
con una salsa muy suave. Me he “ido” directamente al Asia di Roma de Bilbao, es
prácticamente lo mismo y la verdad es que está riquísima y aquí sí es necesario
ese pan para untarla. Muy bien.
Para
beber, por “imperativo legal” dados los gustos de mi acompañante, hemos pedido un moscato; concretamente un
moscato espumoso d´Asti.
¿Es realmente un vino? Pues no lo sé pero es lo que es y para lo que
es. Un dulce que al parecer consiguen parando a la mitad el proceso de
fermentación y dejando así que los azúcares permanezcan. Además la “inyección”
de burbujas lo convierten en algo facilísimo de beber y que sabe a uva, a
moscatel puro y duro. Para un aperitivo o para el postre está rico. Para una cena.......
Su
graduación es muy baja y hay que beberlo frío que es cuando realmente esta más
rico. Dicen algunos que es un vino para chicas pero ya me gustaría verles por
un agujerito a ver que cara ponen cuando lo beben.
El
problema que tiene es que es muy fácil que se termine mucho antes de lo que
quisieras y tengas que pedir otra botella.
Nos
llega el primer plato, elección del propio “apuntador” que hemos tenido.
Focaccia Pulcinella. Una base de pan plano, similar a la pizza y que la verdad
es que está para comérselo.
Los ingredientes que acompañan esta masa son queso,
rúcula y jamón. Nos acerca también una pequeña botella de aceite y nos dice que
“pica un poco”. Es un aceite muy rico que sí tiene ese toque picante que hace
de estupendo aderezo para el plato en sí. Nos ha encantado y realmente es una
ración contundente. Muy buena elección, caballero.
Después
pedimos una ensalada “squsita”. Aquí ya me quedo con un correcto, squisita
estaba la focaccia. Demasiada lechuga para mi gusto y aunque el resto de los
ingredientes estaban bien ricos, concretamente el vinagre ayudaba, me ha
parecido un plato que no destaca por nada en concreto.
Como
último plato del apartado salado hemos cenado unos “ravioli alla modenese”.
Aquí volvemos a probar algo que sí está sabroso. Rellenos de carne picada, la
pasta está en su punto. Acompañados, cómo no de un queso curado y con mucho
sabor, unas pocas nueces y el vinagre de módena que está así mismo bien
sabroso. El aceite que acompaña al plato está también para untar el rico pan.
Otro plato de un bien alto.
Precisamente
no es hambre lo que hay pero algo dulce hay que probar y estando donde estamos
y con el buen rollo que tiene nuestro “consejero”, le pregunto por su tiramisú.
Pues la respuesta no puede ser otra: squsito, Jon Ander.
Y
la verdad es que tiene razón, está para chupar la cuchara, relamerte los labios
y compartirlo. Riquísimo. Este ya es de notable. De los mejores que he comido.
Dulce pero en absoluto empalagoso. Eso sí, esto se come de abajo hacia arriba,
hay que coger un poco de todo y así se degusta más en su justa medida.
Realmente es un plato Muy
“tentador”.
Dos
“cortaos” muy bien preparados. Y a otra cosa, mariposa.
El
total abonado son 69 euros. Como me ocurre casi siempre, me parece un precio
ajustado a la realidad, al trato, al local y a lo degustado.
Creo
que no será la última visita que les haga.
Su
página web: www.pulcinella-getxo.com
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