Los que somos un poco…… ¿frikis? En asuntos de los vinos no
siempre lo tenemos fácil. En este pueblo, que no es demasiado diferente de los
demás, el público en general tiene gustos muy definidos y no excesivas ganas de
“explorar” nuevas opciones. Por ello la oferta suele ser, generalmente, muy
frenada por la demanda.
Pero siempre hay valientes que intentan que las cosas cambien un
poco, que no todo sea sota, caballo y rey. En Laudio uno de esos sitios, sin
lugar a dudas es el Azoka. Siempre ha tenido fama de mimar esos combinados, de
hacer que el gin tonic no sea únicamente tónica y ginebra, que uno pueda
disfrutar de un trago largo que diga un poquito más, que el paladar disfrute en
un más allá de hielos que enfrían lo de siempre.
Pero Victor ha dado un paso más, se ha animado a “jugar” un poco
en el mundo de los vinos. Una apuesta arduo difícil entre una infección de
“riojitis” difícilmente “vacunable”.
Así que desde hace ya unos meses, tenemos la suerte de poder
degustar cosas distintas. Su oferta en botellas es destacable. Unos cuantos
tintos, otros cuantos blancos e incluso un par de ricos rosados y para
colmo, tres espumosos que no están nada pero que nada mal.
Generalmente los viernes, acompañado de un par e incluso tres
afortunados jubilados que cada día me generan más envidia, suelo sentarme
tranquilamente, bien en su terraza exterior en temporada más veraniega o en sus
cómodas mesas interiores para disfrutar pausadamente de alguno de esos vinos.
Encima tenemos la suerte de poder acompañarlos con un buen plato
de estupendo queso y jamón o de alguna de sus propuestas en plan pintxos de los
que siempre disponen en su no mal “armada” barra.
Nos comenta el dueño del local que somos pocos, quizás demasiado
pocos los que solemos optar por estas propuestas. Dicen algunos “listillos” que
es caro. Me río yo de lo caro. Degustar una botella de un rico espumoso con un
plato de buena jamada por no más allá de 8 euros persona……. ¿caro? Muchas veces
nos lleva un par de horas y un rato de esos donde además generas empatía.
Conoces a tus amigos aún mejor y aprendes que no todo es un crianza sin más.
Para nosotros ha sido una pequeña salvación y nos permite probar
cosas que difícilmente conseguiríamos catar por nuestra cuenta. El vino sabe
distinto entre amigos, es mucho más agradable cuando se comparte.
Pues lo dicho, ojalá que algún día las cosas cambien y la gente
abra un poco su mente y Victor pueda ir un poco más allá. Por lo pronto
eskerrik asko por lo que nos toca.
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