27 de enero de 2019

ASADOR EGURRA (BILBAO): A "los Monges" les va bien el cordero.


La enorme ventaja de tener un blog como el mío es la libertad. Libertad absoluta para contar lo que quiero y contarlo a mi manera. No buscar premios, ni palmaditas ni páginas vistas ni “me gustas”. Cuidadito que uno tiene su corazoncito y su ego así que hipocresías las justas. Por eso algunos de los restaurantes favoritos se repiten siempre que considere que hay algo diferente que merece la pena contar.
Después de nuestra última visita Aran quería repetir su segundo plato y cuando la jefa habla los subalternos a callar.

Nada más llegar me dicen que tengo sorpresa. Así que mientras tomamos algo en la barra, voy pensando en lo que puede ser aunque algo ya me huelo.

Encima de nuestra mesa “reposan” varias botellas de vino. Por supuesto todas de blanco. A excepción del espumoso los demás me resultan desconocidos, no en teoría pero sí en la práctica.
Casualmente uno de ellos es uno de mis caprichos así que la duda dura más bien poco. 200 Monges. Un Rioja con una larga crianza. 14 meses en barricas de roble francés y americano. Pasa después dos años en depósitos de acero inoxidable e incluso después de su embotellado descansa un tiempo en la bodega hasta que deciden sacarlo a la luz. La viura es su principal uva y la acompañan la malvasía y ya en menor porcentaje la garnacha y otras. Excelente acidez y menos madera presente de la que podía esperarse. De todos modos creo que ganará puntos con más tiempo de botella. A mi me ha gustado bastante aunque quizás pienso que su precio sea un tanto exagerado para lo que ofrece.
Comenzamos con una ración de morcilla con pimientos rojos. Aran llevaba ni más ni menos que cuarenta años sin probarla y se anima con un trozo. Su valentía termina ahí. Yo me pongo las botas. Está cojonuda y esos pimientos con su toque agradable de dulzor y en su punto exacto.

Degustamos una ración de unas gambitas a la plancha. Punto justo de cocción. Punto maravilloso de sal. Me encanta chuparlas y dejar que mi compi deguste su carne. Le apasionan y el amor es lo que tiene.

Nos toca el turno del antojo que nos ha traído hoy aquí. Una parrilla rellena de pequeñas y riquísimas txuletillas de cordero. La mayoría de bocado. Yo voy poniéndolas en la parrilla a medida que quiero calentarlas y Aran las va tostando más a su gusto. Nos hemos quitado el capricho y además de manera sobresaliente.

Nos sorprenden con unos txupitos de fresa. Les he pedido que me preparen un garrafón de 16 litros para llevarme a casa pero como que no ha calado. Esto está para beber un par de litros sin problemas. Qué sabor más puro a la fruta en sí. Rico, muy, pero que muy rico.

Terminamos con la infusión y el cafecito acompañados de unas galletitas. Dejaremos hoy el vino de lado a la hora de valorar el precio. Por cierto lo han cargado poquísimo sobre su precio. Así que pagamos 35 euros por persona por lo sólido. Buena RCP.


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