En esta ocasión le va a tocar al hijo
comentar la visita a este fantástico restaurante, ya que he venido sin la
compañía del maestro.
Con la excusa de nuestro cuarto
aniversario como pareja, decidimos celebrarlo
dándonos un pequeño capricho saliendo a comer fuera. En ese entonces nos
miramos los dos y dijimos: “Pues nos vamos al palacio”. Llamamos para ver si
tenían una mesa para dos y allí que fuimos.
Al entrar nos recibieron
excelentemente y nos acomodaron en una de las mesas. Al sacarnos las cartas
anduvimos eligiendo que podríamos comer y finalmente nos decantamos por el menú
de fin de semana el cual tenia cosas del gusto de ambos. Este menú constaba de
tres entrantes, un segundo a elegir y postre mas agua o vino (tinto, blanco o
rosado).
Lo primero que nos sacaron fue un
aperitivo. Una gilda para cada uno servida en un pequeño bol repleto de
buenísimo aceite. Perfecto para quedarte sin pan.
Para beber pedimos un txakoli
“Harria” de 2014 que venía con el menú. Un vino sencillo, fresco y con sabor a
cítricos, vamos, de los míos. Yo no soy como mi padre, me conformo con vinos
más sencillitos. (foto al final del comentario).
Empezamos los entrantes con una
ensalada de ventresca presentada correctamente y con un sabor al nivel de la
presentación. Antes de probarla sabía que no me iba a sorprender negativamente.
Más que rica.
Seguimos con un revuelto de
chipirones que estaba rico pero quizás me esperaba algo más. Era el plato que
más ganas tenia de probar ya que hacía tiempo que no me comía un buen revuelto
de chipirones. De todas formas no quedó nada en el plato. Es como si esperas
que te regalen un Ferrari y en realidad te regalan un Bmw, tu querías el
Ferrari pero tienes que admitir que el Bmw no esta nada mal.
Terminamos el apartado de los
entrantes con unos langostinos a la plancha exquisitos y con el punto de sal
perfecto. Untamos la salsa con el regustillo del langostino y la sal hasta que
no hizo falta ni que fregaran el plato. Eso si, la mayonesa ni la probamos,
porque, en nuestra humildísima opinión, sería desperdiciar el magnifico sabor
de los langostinos.
Después de los entrantes llegó la
hora de probar el segundo plato. Mi acompañante no quiso arriesgar y pidió un
entrecot poco hecho (en eso nos parecemos bastante) con pimientos y patatas
fritas. Una carne muy tierna y con su punto de sal perfecto. Las patatas y los
pimientos eran dignas de acompañar al entrecot.
En mi caso pedí un atún rojo encebollado acompañado de una salsa de tomate. Desde que comencé a salir a cenar con aita es un plato que cada vez que puedo cojo, porque ha sido uno de los grandes descubrimientos que he hecho en el mundo del comer. En esta ocasión estaba muy bueno y en su punto. A la salsa de tomate no le hice mucho caso ya que yo no soy de mezclar, eso sí, unté un poco de pan en ella y tengo que decir que no es una salsa de tomate cualquiera, exquisita.
En cuanto al postre siento decir que
con las ganas se nos pasó sacar una foto, así que trataré de describirlo un
poco. Mi compañera pidió un hojaldre de crema y nata
acompañado de una bola de helado de mandarina con nueces. El hojaldre estaba
bueno, quizás algo soso para mi gusto, le faltaba chispa, aunque la camarera
nos ofreció echarle un poco de chocolate caliente para darle esa chispa que le
faltaba. El helado por su parte estaba increíble, refrescante y digestivo, con
la sorpresa de las nueces que le daban un toque riquísimo.
Yo por mi parte no me compliqué mucho
y pedí un sorbete de mandarina el cual me sorprendió, ya que en lugar de
ponérmelo en una copa típica de cava me lo sirvieron en una copa del estilo
“cocktail” acompañado de un cono de chocolate. Me supo estupendamente. Como no
somos mucho de café, sobre todo yo, no pedimos ninguno.
En total nos salió 66€. Cada menú de
fin de semana a 30€ +IVA, y teniendo en cuenta que el vino venía incluido en el
menú. Una comida rica, de calidad y bien de precio, ¿que más se puede pedir?
Página
Web: www.palacioanuncibai.com
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