24 de enero de 2016

RESTAURANTE LA FABRICA DE JUAN (ZIERBANA) : Estupenda txuleta excelentemente "regada".


Hoy era día de celebración, nos vamos haciendo “mayores” y aunque nadie lo diría al verla, los años van pasando poco a poco.

Así que, aunque no es ninguna novedad, hoy “manda” ella . Quiere, mira que le gusta, comer una buena carne y por no repetir lo de siempre, nos acercamos a este restaurante donde en otras ocasiones he disfrutado mucho.


En este “no- invierno” que estamos teniendo, da menos pereza desplazarse. Hay muchísima gente de poteo. Ojalá siempre fuese así.


Nada más entrar al restaurante le echo un vistazo a esa “exposición” de botellas de vino que tienen en la zona de la pequeña barra. Allí hay algunas botellas “interesantes” y, es una botella que destaca, decido, inmediatamente lo que vamos a beber.


Por si las moscas, pregunto primero el precio y simplemente me quedo “anonadado”. Precio de bodega, incluso un poco más barato. Ellos sabrán como lo hacen pero yo encantado de los nervios.

Me alegra ver que la gente está animada. Mucha gente cenando. El local es amplio, luminoso y con buenas mesas bien “vestidas”. Copas de vino Schott de gran tamaño. Nos colocan en una junto a los inmensos ventanales. Es de noche pero se agradecen las vistas.

Buen servicio, amable, atento y simpático. Sin tiempos perdidos pero sin agobios. Vamos, como siempre debería ser.



El vino está casi a la temperatura recomendada para su mejor disfrute. Aunque la mayoría piensen que está “caliente”. Un Viña Tondonia reserva 2001. Por supuesto que es un vino blanco, quizás por su color alguno piense que no lo es tanto. Más bien un intenso color dorado. Magnífica nariz, creo que es un vino totalmente reconocible. Ya se que todavía es un “bebé” pero más vale “pájaro en mano” que….. 
Esperemos tener la oportunidad de ir probándolo cuando nos vaya “diciendo” más cosas. Impresionante, sin más.


Comenzamos con una ración de croquetas de hongos. Están muy ricas. Con mucho sabor y melosas. Repetiremos hasta la saciedad que generalmente donde se comen buenas croquetas el resto se da por sentado. Hoy ha sido así.


Como venimos a lo que venimos les comento que queremos una txuleta pero que sea mediana. Mi compi no tienen la capacidad sufuciente para dar cuenta de una tamaño “normal”. Al final un poco menos de un kilo ha pesado.


La sacan casi “virgen” y nos colocan un plato con un pequeño fuego debajo para que cada uno haga con la carne lo que le apetezca. Yo soy más de degustarla en plan “canibal” y Aran todo lo contrario. Así que como para gustos están hechos los colores, ambos disfrutamos y mucho de la excelente carne. Con buena grasa y además “comestible”. Buena calidad. Buen producto.



Viene acompañada por unas patatas cortadas en “gordo” y unos ricos pimientos rojos asados. Hoy si la compañía hubiese sido más “valiente” sin duda alguna que hubiera caído otra igual. Pero no tiene uno ya edad de hacer este tipo de “txulerías”.


Como tenemos un par de copitas de vino aún, nos pedimos un postre. Curiosamente mi compi se “confunde”. Piensa que ha pedido una torrija con helado pero lo que allí nos aparece es algo que nos deja un tanto “indifensos”. No tenemos ni idea de lo que es. Así que no me queda otra que preguntar. El camarero me da un par de pistas pero al rato llega el cocinero que me lo explica detalladamente.


 Estamos comiendo lo que podríamos definir como “leche frita”. Al estilo de las amamas. Curioso cuando menos aunque quizás, en mi modesta opinión, le falta un poco de “sabor”, un poco de “potencia”.  Los helados que la acompañan le dan un toque bien fresco.



Un cafecito y una infusión. El total abonado hoy ha sido de 68,75 euros. El vino 21,45 euros. Así que sin sois de beber agua  podéis disfrutar de una magnífica txuleta con entrante y postre por menos de 25 euros por persona. Excelente relación calidad-precio, sin duda alguna.

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