Hoy era día de celebración, nos vamos haciendo “mayores”
y aunque nadie lo diría al verla, los años van pasando poco a poco.
Así que, aunque no es ninguna novedad, hoy “manda” ella .
Quiere, mira que le gusta, comer una buena carne y por no repetir lo de
siempre, nos acercamos a este restaurante donde en otras ocasiones he
disfrutado mucho.
En este “no- invierno” que estamos teniendo, da menos
pereza desplazarse. Hay muchísima gente de poteo. Ojalá siempre fuese así.
Nada más entrar al restaurante le echo un vistazo a esa
“exposición” de botellas de vino que tienen en la zona de la pequeña barra.
Allí hay algunas botellas “interesantes” y, es una botella que destaca, decido,
inmediatamente lo que vamos a beber.
Por si las moscas, pregunto primero el precio y
simplemente me quedo “anonadado”. Precio de bodega, incluso un poco más barato.
Ellos sabrán como lo hacen pero yo encantado de los nervios.
Me alegra ver que la gente está animada. Mucha gente
cenando. El local es amplio, luminoso y con buenas mesas bien “vestidas”. Copas
de vino Schott de gran tamaño. Nos colocan en una junto a los inmensos
ventanales. Es de noche pero se agradecen las vistas.
Buen servicio, amable, atento y simpático. Sin tiempos
perdidos pero sin agobios. Vamos, como siempre debería ser.
El vino está casi a la temperatura recomendada para su
mejor disfrute. Aunque la mayoría piensen que está “caliente”. Un Viña Tondonia
reserva 2001. Por supuesto que es un vino blanco, quizás por su color alguno
piense que no lo es tanto. Más bien un intenso color dorado. Magnífica nariz,
creo que es un vino totalmente reconocible. Ya se que todavía es un “bebé” pero
más vale “pájaro en mano” que…..
Esperemos tener la oportunidad de ir probándolo cuando nos vaya
“diciendo” más cosas. Impresionante, sin más.
Comenzamos con una ración de croquetas de hongos. Están
muy ricas. Con mucho sabor y melosas. Repetiremos hasta la saciedad que
generalmente donde se comen buenas croquetas el resto se da por sentado. Hoy ha
sido así.
Como venimos a lo que venimos les comento que queremos
una txuleta pero que sea mediana. Mi compi no tienen la capacidad sufuciente
para dar cuenta de una tamaño “normal”. Al final un poco menos de un kilo ha
pesado.
Viene acompañada por unas patatas cortadas en “gordo” y
unos ricos pimientos rojos asados. Hoy si la compañía hubiese sido más
“valiente” sin duda alguna que hubiera caído otra igual. Pero no tiene uno ya
edad de hacer este tipo de “txulerías”.
Estamos comiendo lo que podríamos definir
como “leche frita”. Al estilo de las amamas. Curioso cuando menos aunque
quizás, en mi modesta opinión, le falta un poco de “sabor”, un poco de
“potencia”. Los helados que la acompañan le dan un toque bien fresco.
Un cafecito y una infusión. El total abonado hoy ha sido
de 68,75 euros. El vino 21,45 euros. Así que sin sois de beber agua podéis disfrutar de una magnífica txuleta con
entrante y postre por menos de 25 euros por persona. Excelente relación
calidad-precio, sin duda alguna.
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