30 de junio de 2019

RESTAURANTE ENEKO (LARRABETZU): El "hermano menor" pero independiente.


Visita de Luis y Aurelia. Un verdadero lujazo tenerlos como amigos. Gracias a su poca pereza seguimos ahí.

Tenían ganas de conocer algún restaurante con algo de imaginación en los platos pero sin llegar a esos menús larguísimos. Asi que me parece una estupenda opción puesto que además podemos aprovechar para conocer un poco más nuestro pequeño país en su profundidad.
Nos acercamos al complejo donde se sitúa este local a la sombra de su hermano mayor, Azurmendi y donde se ubica la bodega donde ha nacido el “mejor vino” blanco de este año, ese txakoli G42 añada 2015.

Quiero que mis amigos prueben un txakoli en concreto, así que me decanto por su top, el Ama. Un vino procedente exclusivamente de uvas de Hondarribi Zerratia madurada sin prisas. La cosechado en octubre de 2015, año especialmente caluroso. Fermenta un diez por ciento en barricas de roble francés y el resto en depósitos de acero inoxidable. Una crianza posterior de dos meses sobre sus lías para pasar después 22 meses en depósito hasta su embotellado a finales de diciembre de 2017. Un vino muy “serio”. Acidez muy bien controlada. Sedoso, “gordo”… Invita al trago pausado. Rico-rico.



El servicio del restaurante es joven, muy joven y profesional. Yo lo preferiría más "aldeano" pero......
En cuanto al comer, comenzamos con su menú Sutan, de vuelta al origen.
Estupendos panes que van variando, a cada cual más rico. En todo momento atentos a que no te falte.
Una mantequilla con toque de cebollino que está muy rica y suave. (foto superior).
Una botellita con una especie de vermut hecho con sus uvas. Fresquísimo y muy apetecible.

Guisante seco. Original propuesta aunque me ha parecido un tanto “plana” de sabor.


Limón grass. Un precioso trampantojo cuyo gajo de limón no es otra cosa que un cojonudo foie. Para comer a paladas. 
Brioche de zancarrón. Una mini-hamburguesa de rica carne.


Hasta aquí los aperitivos. Comenzamos ya con el menú en sí.
Ostra a la brasa, ceniza de aceituna y aire de mantequilla tostada. Mira que no soy yo de ostras pero esta tiene una gracia. Cocinada, perfecta conjunción de sabores.


Bogavante asado, aceite de hierbas y aroma al sarmiento. Además de ser preciosa su presentación, en mi opinión este es el platazo del menú. Impresionante conjunción sin perder ni por un momento ese bogavante su sabor. De diez, sin duda alguna.


Yema de huevo de caserío sobre estofado de trigo y jugo de pimientos asados al carbón. Potencia quizás....¿demasiada?.


Merluza en tempura. En este caso la compañía me sobra. Pescado rico pero una tempura simplemente perfecta.


Quería que mis amigos probasen esos callos de bacalao, plato no fácil de encontrar. No recordaba mi anterior experiencia. Ricos, potentes pero un tanto “masa”. Repito que yo haría los trozos más grandes.


En este punto le pido a nuestro amabilísimo sumiller que nos saque un par de copas de algún espumoso rico que tenga por ahí. Desgraciadamente no he sacado foto de la botella. Pero un cava de esos que marcan estilo. Potente, burbuja constante. Seco pero muy agradable. Me ha encantado.


Solomillo, pesto y gnoquis de carranzana. Buena carne, bien hecha, en su punto. Incluso Arantza piensa que está rica y no pide “rehacerla”. Muy rico este toque de carranzana.



Frutos rojos y queso de Etxano. Postre muy pero que muy fresco y con sabores marcados. Para mezclarlo todo y disfrutar de ese espectacular conjunto. 
Torrija a la brasa y helado de queso de caserío. Esta entra en mi “top” sin duda. Recuerdos a las de casa. Se nota la leche, jugosa y sin taparla con excesivas “caramelizaciones”. En menú es un postre a elegir de los dos. Nosotros pedimos dos y dos.


Salimos a su terraza. Luis se va a meter entre pecho y espalda un señor puro cubano. Me da envidia pero yo no sé fumarlos, me trago el humo.
Nos tomamos los cafecitos y nos deleitan con esos detalles “fin de fiesta”. Muy ricos pero no he entendido ese toque a….. “jengibre” del refresco. Lo “mata”.


Charla agradable, como no y abonamos la cuenta. El menú Sutan son 77 euros sin bebidas, con todos los “extras” salimos a 98 por barba. No me parece nada caro en comparación con lo ofrecido. Una estupenda manera de conocer la cocina de Eneko Atxa por un precio asequible.



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