3 de marzo de 2019

RESTAURANTE AMAREN (BILBAO): Una txuleta alavesa en Bilbao.


Había antojo de carne y tras barajar algunas opciones, nos decidimos por visitar este local al que hace ya una buena temporada que no acudía.


Son  carnavales y hay que gestionar bien hora de llegada y lugar de aparcamiento pero uno es ya un “viejo zorro” y las cosas nos salen bien.

Mucha gente y local a tope. Me gustan sus mesas y su comedor. Tenemos más suerte aún y nos toca mesa de buen tamaño y estupenda ubicación.
Un pequeño vistazo a su carta más que nada para ver qué añadimos por delante a la carne pero bien aconsejados por nuestra encantadora anfitriona, nos decidimos por compartir unas cojonudas croquetas de buey. Están sabrosísimas, ligeras, fluidas pero con la cubierta bien crujiente. Sabor a carne. Tienen un ligero toque picante del que ya nos han advertido pero realmente es ligero, muy ligero. Eso sí, las acompañan unas “pinceladas” de salsa de tomate que esa sí que está “valiente”.



Mientras y tras echar un vistazo a sus opciones carnívoras de hoy y dado que la que más nos apetece no es posible dado el tamaño exagerado de sus txuletas y que la compañía de hoy no es demasiado “valiente”, al final nos atrevemos con una vaca de procedencia alavesa.
Nos la presentan en crudo para que demos nuestro visto bueno. Pues no tiene mala pinta, la verdad.


Como últimamente viene siendo habitual y más con quien me acompaña, el líquido elemento ha sido burbujeante. Aunque he estado a punto de pedir otro, he preferido probar este que no había bebido jamás.

Champagne Drappier Rosé de Saignée. Cien por cien pinot noir. Envejece dos o tres años en rima. Una de las pocas casas que utiliza el método del sangrado para elaborar su champagne. Esto significa que sólo utilizan el zumo del primer prensado.
Llamativa burbuja que se pega a la copa y cae pausadamente. Buena y afrutada nariz y un toque de amargor muy agradable. De entrada Arantza dice que no le hace mucha gracia……. Me río yo…. en cuanto hemos comenzado a comer he tenido que dosificar con cuidado para hacer que nos llegue al final. Qué difícil va a resultarme encontrar un champagne que no me guste…..


Por fin llega la esperada txuleta. Acompañada de unas riquísimas patatas fritas cortadas en gordo, a mi gusto y de unos pimientos rojos asados muy jugosos y de excelente sabor (foto superior). Una pequeña parrilla permite que yo pueda ir calentando un poquito mis trozos y que mi compi pueda hacerlos un “bastante” más para poder degustarla. Una pena que no se atreva a comerla con los ojos cerrados pero…..


Rica la carne. Mucho sabor y además tierna. Al final la “pequeña” txuleta ha pesado kilo doscientos de los que yo me habré comido un 70 por ciento.


Compartimos un postre a base de galleta con crema de mango y helado de yogur muy suave y sabrosón. Sin empalagar.
Infusión y cafecito y abonamos los 134 euros de la cuenta final. Tengamos en cuenta los 52 del vino. Así que buen precio y buen resultado final.

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