20 de noviembre de 2016

RESTAURANTE SAN MAMES (BILBAO): A la Catedral vía "gula".

Hoy he cumplido uno de mis sueños. Muchos años con la idea pero por una u otra cosa nunca terminaba de animarme. Desde luego que “futbolero” no soy precisamente pero el Athletic es otra cuestión….. sus penas y alegrías han sido también mías. Así que el hecho de no haber entrado jamás en ese “templo” me tenía un tanto preocupado.
Pero han montado allí un restaurante y eso ya es otro cantar. Desde el día de su inauguración lo tenía en mente y hoy, por fin, me he quitado el antojo.
Además forma parte de un “cuarteto” cuyos otros 3 miembros me han dado muchas satisfacciones:  Andra Mari, Aretxondo y Aizian.
Junto a la entrada 14 de La Catedral se encuentra situado el acceso al restaurante. Un ascensor te lleva hasta el primer piso y allí te encuentras con un espacio donde poder tomar algo antes de entrar a cenar, como no podía ser de otro modo, de estilo inglés.

La sensación es de amplitud. En cuanto me siento en la mesa mis ojos se abren como platos. No me puedo creer lo que estoy viendo. Allí, delante mío, se encuentra por fin el césped de San Mamés. Iluminado por esas lámparas especiales que son el sustituto del sol para conseguir que esa hierba se mantenga como es debido.

El servicio es muy profesional, amables pero sin “entrar al trapo”. Nos acercan las cartas. Nos explican estupendamente las opciones de menús. Recalcan que si cualquier cosa no es de tu gusto no hay problema en hacer algún cambio.
La carta de vinos es reseñable. Muy buen servicio del vino, presentación, descorche, cata y servicio continuo en su justa medida. Tengo para elegir. Ya había echado un vistazo en la web y venía con la idea clara pero las añadas han hecho que la opción haya variado.  
Los que yo tenía en mente son demasiado jóvenes aún. Pero el responsable de sala encuentra una botella de 5 añitos y encima me da la opción de catar una copa y si no es de nuestro agrado poder elegir otra. No se hace necesario. Nos ha gustado. Un Pairal del 2011. Del Penedés. Uva cien por cien Xarel Lo. Fermentado en barricas de castaño de 450 litros y con un “reposo” de dos años antes de salir al mercado.
Vino muy de mi gusto, se nota la madera pero en su justa medida. El color ya comienza a “verdear”, señal del paso de los años. Acidez muy comedida pero presente y gana enteros a medida que pasan los minutos. Un vino, como ya deberíamos saber que se disfrutará mucho más si lo mantenemos a una temperatura de unos 14 grados. Así que nada de cubiteras. Buenas copas Schott de excelente tamaño.
El pan de varios tipos, pequeños panecillos. Quizás la parte que menos me ha convencido,  por los 3 euros por barba preferiría que fuese una oferta más de “pan-pan”.
Un aceite de arbequina de la zona de Laguardia y un cojonudo bombón de foie que explota en boca nos sirven como aperitivo de la cena. Esto empieza bien.

Algo había leído por ahí de que si las raciones son pequeñas…… en base a ello igual nos animamos un poco más. Descubriremos que no hay que fiarse demasiado de algunas opiniones.
Compartimos una estupenda ración de croquetas. Media docena de unidades, De tres sabores distintos. Jamón de bellota y queso Idiazabal, txipirones y rabo con piquillos. No sabría decir con cual me quedo. Todas a un nivel sobresaliente. Muy ricas. Con sustancia.

Estoy con Aran. Es superior a sus fuerzas…. Así que pulpo a la parrilla con setas y crema de patatas. De nuevo calidad excelente y buen punto del pulpo. No es “puré”.

Arantza se decide por una merluza rellena de txangurro, jugo de galeras y langostinos asados. Pena de foto y pena de no poder comparar con algo. Ración más que generosa. Tanto que no ha podido con todo. Muy sabrosa y con mucho sabor a txangurro. Perfecta la conjunción de sabores para poder saborearlos.

Yo he leído aquello de….. callos, morros, patas…… y me pasa como a ella con “su pulpo”.  Asi que, presentado en una cazuelita de hierro forjado preciosa me sacan una ración de callos preparados a la manera tradicional, con su salsa bizkaina. Tan sólo he echado de menos un poco de picante. Están muy ricos y en su punto. Además la ración es casi para poder comer dos personas. Mira que me gustan pero me ha costado poder con ella. Muy ricos.

Tenemos un poquito de sitio y más si es para algo dulce. Así que dejo que mi compi decida. Lo sabía, no tenía duda alguna, una Torrija, dulce de leche, compota de manzana y  helado de galleta. La compota de manzana que sirve de “tapa” a la torrija me la como yo y ella da buena cuenta del resto. Muy jugosa. Dulce pero sin empalagar. Buena compañía la del helado.

Terminamos con una infusión, un rico cafecito y unos detalles chocolateros estupendos “fin de experiencia” .

El total abonado hoy ha sido de 113 euros. El vino sale por 21 que por cierto no está precisamente “inflado”. Buenos precios en general. Me parece una relación calidad-precio buena. Aquí casi deberían cobrar un extra que bien pudiera denominarse “impuesto a las vistas”.

Su página web: www.sanmamesjatetxea.com

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