7 de agosto de 2016

RESTAURANTE GU2 (BILBAO): Los "copilotos" también saben conducir.

Un años de su apertura en la capital y de mi cena así que creo que ya era hora de volver a comprobar como van las cosas. Es viernes y es agosto, sabemos que no es época de demasiados agobios a la hora de cenar. La parte de barra y terraza tiene hoy mucha más gente que el comedor en sí.


Los “jefes” están disfrutando de un merecido descanso antes de el “agobio”” de las próximas fiestas de Bilbao así que hoy nos atienden los “segundos”. Pero el barco ha quedado en buenas manos, lo hemos podido comprobar.
En sala un encantador joven de Elorrio, Hodei. De los camareros más amables y atentos que he conocido,  Y en cocina, creo haber escuchado Alex….. hace las cosas bien, sin duda.


Me gusta su comedor. Pequeño pero bien amueblado. Me encanta esa puerta corredera que me da quebraderos de cabeza puesto que es una opción estupenda para cerrar mi pequeño porche y ahí le ando dando vueltas……

Comenzamos con un aperitivo en forma de ensalada de bogavante. Cojonudo comienzo, muy suave y sabrosa. Evidentemente no usan la lechuga para llenar el plato. Para ser un aperitivo, muy consistente.


Continuamos con unas piparras verdes fritas. De tamaño bocado. Una “pena” para mi pero una alegría para mi hijo. No pican. Pero están para comer …… mil. Buen producto. Me encantan.



Hemos pedido una de pulpo. Muy rico y sobre una base de crema de patata que está finísima. Casi superior al pulpo.  


Disfrutamos ahora de unas cigalitas. Están impresionantes. De este plato poco podemos contar. Sin más. Cuando el producto es de buen nivel y el trato es bueno, el resultado no puede ser más que genial.


Nos han ofrecido un rape y no lo hemos dudado. De tamaño suficiente para dos buenas raciones. Cómo se nota la diferencia entre pescados “corrientes” y pescados de calidad. Textura, sabor…… Las estupendas patatas panaderas que lo acompañan están para “pelearse” por ellas. Foto superior el "bitxo" completo.




Hoy hemos probado un nuevo txakoli. En Otxaran han decidido subir un nivel y aunque ya tenían un buen txakoli, ahora, fermentado en barrica, se han animado a sacar al mercado el Lainoa (niebla).  


Este no puede ser de añadas viejas, no las hay. Tiempo al tiempo que en casa tengo una botella y habrá que dejarla “reposar” algún tiempo para ver su evolución. He comentado con Ioritz que no sé yo si sería capaz de distinguirlo de un buen “UNO” o de un “7”. 


Tampoco soy un experto pero me ha recordado mucho a estos dos txakolis. Nos ha gustado. Fresco pero con estupenda acidez que invita a seguir bebiendo. Servido en estupendas copas de calidad Schott concretamente.


Como siempre que nos queda un poco de vino, una ración de queso nos parece una estupenda opción. Media de Idiazabal y media de manchego. Ambos de buena calidad y de buen sabor. Hoy ha “ganado” el de casa en nuestra opinión.



Un cafecito y a otra cosa, mariposa. El precio abonado por todo ello ha sido de 102 euros. El vino son 21 luego la comida nos ha salido a 40 `por barba. No quiero repetirme mucho pero sigue pareciéndome un precio justo. Todo a buen nivel.

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