4 de abril de 2015

RESTAURANTE ABIAGA JATETXEA: Lo que los calçots han unido que no lo separe el hombre.

Por tercer año consecutivo y esperemos que sea ya hasta el final de los tiempos, ha llegado esta reunión de amigos que hacemos con la excusa de comernos unos calçots. La cosa comenzó tontamente pero el grupo se va ampliando y eso que por circunstancias adversas algunos se han tenido que quedar sin venir. Esperemos que para el año que viene contemos con su inestimable presencia.


Gracias a las “gestiones” del “impresionante” organizador del evento (no tengo abuelas), hemos tenido algo que nos parecía impensable: hemos tenido SOL. Increíble pero cierto. Los hay con suerte. Si al final…… existen los milagros y todo.
Quedamos con tiempo para tomarnos unos txakolis en la terraza mientras van llegando todos los integrantes. Es reunión familar, se admiten niños. Incluso ellos mismos van haciendo amigos nuevos. Con un queso de la zona y un par de botellas de txakoli UNO también de “casa”, que por cierto está bien rico, vamos poniéndonos al día y, así somos, vamos preparando nuevas quedadas. Tenemos ganas de probar sitios, unos cuantos por cierto.


A la hora convenida, hoy ha sido puntual hasta una que yo me se, subimos al comedor. Dos mesas separadas, para que los adultos y los niños disfruten de sus respectivas circunstancias. Buenas mesas, redondas, bien vestidas y con amplitud. El comedor está a rebosar, cosa de la cual me alegro.
Como ya he dicho, los calçots no son más que una excusa para juntarnos y este año en el restaurante han decidido ponerlos en primer lugar. Nos ha parecido buena idea y ya hemos hablado de que quizás el año que viene estaría bien comerlos antes de subir al comedor, más al estilo propio de este alimento. Presentados, como no, en papel de periódico y sobre unas tejas. Acompañados de su compañera de viaje, la salsa romesco. Para “txulos” ellos y nos ofrecen unos guantes de latex para no mancharnos las manos. 


Algunos son unos profesionales, yo soy un pato y además, lo siento, no me hacen demasiado tilín. Fíjate que creo que los comería mucho más gustosamente a la vinagreta......
Pero el personal disfruta como chiquillos que es lo que cuenta. Algun@s se han puesto las botas además de los guantes.
Una vez terminados los calçots, comenzamos con el primer plato que es un ravioli de txangurro con naranja sanguina y zanahoria. “Ensaladas” así me comería yo bien gustoso. El ravioli está cojonudo y el conjunto muy acertado. Sabores muy bien avenidos. Empieza bien la cosa.


Pasamos ahora a un plato triunfador. Un plato del que no me cansaré jamás. Algo “simple” pero que me sigue impresionando. Preparado de maneras más o menos diferentes pero con el mismo ingrediente principal. El huevo a baja temperatura con infusión de morrones. Un plato que emana un aroma atrayente. Da gusto olerlo. Y mucho más aún comerlo. Esto se puede hacer con cuchara pero después, cosa obligada, necesitas un buen trozo de pan para rematar la faena. Perfecto.


Le toca al turno a la “media” ración de arroz negro con txipirones. Plato que ha sido quizás el que menos ha impresionado pero que como dice Josean….. de esto me como yo cuatro raciones. A mi me ha gustado mucho. Pequeños “debates” sobre el punto del arroz que a mi me parece idóneo pero que, como siempre, para gustos los colores. Desde luego que mirando los platos del resto de comensales, “malo” no le ha parecido a ninguno. Eso es evidente.


Le llega el turno a la carne. Un cochinillo con peras al vino tinto. Este ya si que ha sido más aplaudido a nivel general. Buen punto, buen producto, la lección de la compañía nos ha parecido muy acertada. Es curioso lo rico que pueden estar juntas en un plato cosas tan diferentes. Un plato que recomiendo sin lugar a dudas. No penséis en el cochinillo típico, esto nada tiene que ver.


El postre ha estado a la altura de la comida. Buena elección de Marta que se ha decidido por algo muy fresco. Crema de mango y maracuya. Aunque no ha sido mi preferido puesto que para mi es un sabor un tanto “subido de tono”. No por no saber a lo que tiene que saber no, es más bien por mis propios gustos. En general ha gustado mucho y sabor tenía a raudales, sin discusión.


Algunos tenemos un poco de “saque” aún y estaríamos dispuestos a seguir pero tampoco es plan de abusar. Eso sí, pedimos unas raciones de quesos, acompañados de un poco de membrillo y unas nueces. 


En el apartado vinícola, hemos aportado algunos vinos. La generosidad de mis compis hace que a excepción de uno, el resto sean blancos. Terminamos primero con el txakoli UNO  para pasar después a un albariño Contraparede 2008. Llega ahora un txakoli gipuzkoano pero “sin burbujas”, un buen txakoli que ha gustado mucho también: Hiruzta 2013 de Getaria. Continuamos con un Riesling añada 2012 que según nuestro entendido en vinos es de producción natural, sin historias raras. Un aroma y sabor a…. ¿sidra? Nos ha sorprendido a los “ignorantes”. Pero Josean nos explica perfectamente el porqué.


Josean se enfrenta ahora a una “putada” que le prepara un servidor que no es “nada bueno” y tiene que catar a ciegas el que para mi ha sido el vino de la tarde, un Mandolas 2011 Oremus Tokajii Dry. La vida cambia mucho con los ojos cerrados. Pero se defiende con uñas y dientes.


 Para la carne, como no, ha aparecido por allí un tinto, un Viña Pomal reserva 95 que a pesar de su vejez se ha dejado beber. Mientras tanto algunos hemos aprovechado para beber un cava que nunca falla, Juvé y Camps Reserva de la Familia. Y para finalizar, con los postres y quesos nos hemos pimplado una de Casta Diva, un viejo conocido que sabemos que lidia perfectamente con ese potente postre y un desconocido para nosotros, un moscatel del Empordá, concretamente un Sinols 2010. Este último ha gustado mucho también.
 Así que en reglas generales hemos disfrutado del buen beber.


Unos cafés bien ricos que algunos hemos incluso repetido y unos GTs bien preparados han dado lugar  a la charla final donde van estrechándose lazos, donde van preparándose nuevas oportunidades de quedar para disfrutar de las cosas que nos gustan:  los buenos vinos, de la buena comida y de algo que supera con creces a las dos cosas anteriores: la buena compañía y la amistad, tan cara en estos tiempos que corren.


Eskerrik asko al equipo de Abiaga, gracias por atendernos así, por vuestra generosidad y buen hacer, por ese despliegue de “coperío” al que os obligamos. Y que sepáis que aunque esperamos tener la ocasión de volver a visitaros antes,  dentro de un año allí estaremos con esa 4ª calçotada que confiamos en que sea más mayoritaria aún. Por cierto, creo que se nota, las fotos son gentileza de Juanjo. Esos móviles de..... "mil megapíseles de esos...". Eskerrik asko majo.
El precio del menú en sí ha sido de 50 euros, hay muchos "restos" que la gente "normal" no suele pedir, lo nuestro es "puro vicio".
Su página web: www.abiagajatetxea.com


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