1 de diciembre de 2019

RESTAURANTE ZIGOR (OKONDO): Un oasis en el desierto.


No sabía muy bien si repetirme pero después de pensarlo un tanto he decidido que merecía la pena y que, además, qué narices, creo que se lo merecen. Aprovecho la entrada más "exitosa" del blog para renovarla un poco y así podéis ver alguno de sus nuevos platos. 


Viernes noche y nuevamente el local está a tope, afortunadamente había reservado con tiempo.



Pregunto primero a mis compis sobre lo que quieren y tengo la suerte de que son de mi misma opinión, que sean los cocineros los que decidan.



 En el asunto del beber mi txikito y yo llevamos una botella de un estupendo espumoso. De la nueva denominación, corpinnat. Un Recaredo Serral del Vell brut nature 2011. Uvas Xarel-lo y Macabeo. Un vino que descansa durante casi 7 años en las cavas antes de su degüelle que se realiza a mano y sin congelación. Espuma abundante y de lenta desaparación y burbujas muy finas. Calidad a simple vista. Está muy rico, hubiésemos necesitado un par de copitas más.



Hemos comenzado con una "gilda". Evidentemente no lo es como tal pero con los ojos cerrados y en boca es a lo que sabe. Cojonudamente lograda. 
No quiero perder las fotos más "apetecibles" de la cena anterior así que aquí queda aquella ensalada roja.


Hoy hemos continuado con puerro a la brasa con una salsa que bien puede parecer romesco pero con un toque de zanahoria que la hace diferente.



Dejo constancia de otro plato de la anterior visita, un plato que nos encantó. brócoli brasa  


Degustamos ahora, emplatado individualmente un huevo a baja temperatura sobre un suave y apetitoso puré de patata. Estupendo.



El plato que hoy nos ha enamorado ha sido sin duda alguna un pan bao relleno de una carne que estaba para chuparse los dedos si me apuras hasta de los pies. Sabroso a más no poder impresionante.



Otro plato que ya habíamos probado y que si la vez anterior me sorprendió hoy ha rematado mi excelente opinión, unos txipis brasa con cuscús. Ya hoy sabía que ese color "engaña" y mucho, sabor a raudales. 



Terminamos la parte salada con la presa ibérica y patatas asadas. Muy buena carne, en su punto exacto.


Pasamos al mundo dulce. Dejo foto de la anterior tarta de queso que era la japonesa.


La de hoy ha sido más de casa, sin ser mi preferida, la clásica, me ha gustado mucho y he dejado que Oihane disfrute de esos frutos rojos que no son mi pasión. 



Otro más, un postre que por el nombre le ha entrado por los ojos a mi retoño. Cho-co-la-te. Helado de chocolate, chocolate blanco, bizcocho de chocolate..... Qué más quiere él. Eso sí su chica se lo ha puesto "difícil" y ha tenido que compartir y tener un poco de paciencia hasta que ha conseguido su objetivo.



Catamos también un queso que tenía Iñigo por allí Un queso italiano que si no me confundo era un Pecorino. Con un toque de trufa. Muy rico, realmente rico. 



Un cafecito en solitario, estos jóvenes no usan. Abonamos algo menos de cien euros por todo ello. Realmente un precio muy competitivo que hace de este local un reclamo muy apetecible. Cenar así por este dinero es un verdadero lujo. Que sigan, que puedan trabajar así, con sabores reconocibles pero jugando en la cocina, algo que hace que ellos se diviertan y los demás disfrutemos. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario