19 de agosto de 2017

RESTAURANTE SAMBAL (NOJA) : Ambición... pero de la buena.

Prácticamente todos los años desde que los descubrí me paso a hacer una visita a este restaurante que, sin dudarlo ni por un momento, es uno de mis preferidos.
Todos los años percibo algún que otro cambio en su local pero siempre pensados en atender mejor a la clientela, nunca pensados en agrandar el negocio, en aumentar los ingresos. Son ambiciosos pero de esa ambición de satisfacernos, de hacernos sentir mejor……
Como siempre que acudo a un local de este nivel me gusta probar su menú degustación, lógicamente ellos incluyen en él lo mejor que tienen, sus platos preferidos, sus propuestas más impactantes. De nuevo hoy me permiten la opción de que mi compi deguste algún plato y yo pueda optar por todo el menú.



Mesas amplias, con la auxiliar de apoyo para que el vino no “moleste” en mesa. Buena mantelería, cubertería, coperío…. En sala, las gemelas que ya son habituales en el restaurante, una profesionales.
Pues comenzamos con ese menú “Sensaciones”. Alguna de las fotos es de otra de mis visitas y la del cava es de otro local, en Sambal se me olvidaron algunas cosillas con las emociones. Pero creo que hemos salido todos ganando.

Cucharita, preciosa por cierto, de foie y caviar.


Steak Sambal


Dim Sum de gambón, gambón al ajillo. Tienen el detalle de sacarle a mi compi una pequeña ración para que lo pruebe. (Foto superior el Dim Sum)


Sopa de aleta de jibión


Cremoso de patata con trufa…… orejones, pasas y piñones


Aquí Aran disfruta y de lo lindo de sus raviolis de merluza. Curiosamente llevan también verduras y a pesar de que no sean su plato  favorito me comenta que están impresionantemente suaves y sabrosas. Un par de cigalas ayudan aún más a que el plato sea espectacular.



Taquitos de papada, picante y notas cítricas. Aquí tengo que decir que en cuanto lo he probado he dejado a un lado el tenedor, he cogido a dos manos el pan y me he puesto las botas en el plan menos fino que os podáis imaginar.  Uno de esos momentazos en los que, incluso yo, pienso que la vida merece la pena. Espectacular.


Mero tostado, almendras y cacahuetes. Acompañado por cuatro algas diferentes con sabores distintos y curiosos, que si a plátano, que si a agua de mar, que si a percebe…



Solomillo de vaca tierna y concentrado de sus huesos. En  nariz “asusta” un poco. Muchísimo poder el del tuétano pero en boca es increíblemente suave. Tierno a más no poder, para masticar sin dientes.



Fresas, menta y huevo tostado. Curioso lo del huevo pero os prometo que casan de maravilla todos los sabores.


Quesos cántabros en texturas y pan dulce. De este postre creo que lo he dicho todo pero por si pasa alguien por aquí por primera vez, ni se os ocurra pasar sin probarlo. Es perfecto, nada más que añadir, incluso si creéis que el queso no os gusta. Maravilloso.


Para acompañar la cena nos hemos decidido por un Cava, un Juve Camps Milessimé. Un cava riquísimo, finísima burbuja. Tiene mucha fruta en nariz, no es para nada amargo. Es muy intenso, casi cremoso. Una acidez muy domada. Un cava de los que invitan al trago. Por cierto, perfectamente regulada la botella por las chicas que la han hecho durar exactamente hasta el final del menú. Bravo por ellas. 

Desconocía yo que tienen un espumoso hecho en Noja, el Cantabricus, tienen el detalle de obsequiarme con una botella que a la hora de hacer este comentario ya me he bebido. Un espumoso de albariño, muy rico, por cierto.


Un cafecito y una infusión dan por terminada la velada interior. Salimos ahora a esa “apetitosa” terraza donde una buena noche invita a la charla pausada a “la sombra de la encina”. Como siempre, allí sentados y degustando una tónica (tengo que conducir pero ya me trincaba yo ahora un buen GT), nos “cascamos” una charla hasta las 2 de la mañana. Me caen muy bien estos chicos, tienen muy claras las ideas. Nunca jamás se harán millonarios pero creo que eso les preocupa poco, pero que muy poco.


La cena han sido 107 euros y el precio de su menú degustación es de 48. Genial relación calidad-precio para el cliente, pienso que injusta para ellos pero… en los tiempos que corren ni siquiera los amantes de la gastronomía entienden que el que trabaja debe tener derecho a ganar dinero.

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