Hay
que celebrar un acontecimiento. El
“peke” ha cumplido ni más ni menos que……. 24 tacos. Ufffffffffffff. El problema
no son sus años, el problema es que yo tengo, curiosamente, 24 años más que
cuando él nació y eso es ya mucho hablar.
La
idea era visitar alguno de los “grandes” pero no ha podido ser y lo dejamos para otra
ocasión que no será demasiado lejana.
Así que para no perder
ocasión, decidimos comer en un sitio de confianza, uno de esos que muchas veces
dejamos un tanto “abandonados” por ese ansia de acudir a lo “más de lo más”. Aquí
desayuno yo a diario. Somos ya prácticamente amigos. Eso pienso yo al menos.
Igual ella no J
Andoniren Taberna. Me
acuerdo mucho de Andoni, fue de los primeros que intentó que bebiésemos vino,
pero vino rico, no lo de siempre. Sus ansias de “viciarnos” le llevaron a abrir
una vinoteca. Allí hice yo un trato con él, de aquellos tratos de entonces, de los que con la palabra era suficiente. El se quedó con mi Suzuki y yo con su Yamaha. Eso sí, salí tan "contento" que me tuvieron que venir a buscar, no estaba yo en condiciones de conducir. :-)
Así que no dirigimos al lugar, a cargo de la barra habitualmente se encuentra Karol, que curiosamente siempre me lleva a recordar un pastel muy nuestro, muy de Bilbao.
No sé yo muy bien a que santo me voy siempre al susodicho pastel. Cosas de la mente humana. :-)
En la cocina está su amatxu, una amatxu joven pero de las de antes, de las que saben cocinar y lo hacen bien.
Se nota que estudió en "buenos colegios" y se nota más aún que estudió con muy buena gente.
El acuerdo ya estaba
hecho, no tenemos nada que pedir, saben a lo que venimos. Todo está ya
programado por anticipado.
Allí nos llega el
txakoli. El UNO, desde luego que hay que reconocer que lo han conseguido. Han
creado un buen vino. Un vino muy apetecible. Fresco, goloso, a mi lo que más me
viene a la mente es la pera. Acompaña estupendamente cualquier plato que le
pongan delante.
Curiosamente ha salido
de la unión de un ganadero, un hostelero y un párroco, una “cuadrilla” bien
curiosa pero que “marida estupendamente”. Cuando algo así se hace tan cerca de
casa, es pura satisfacción. Por su precio puede competir de manera mucho más que
honesta con algunos que le superan en nombre y en coste.
Nos lo sacan fresco,
saben que no me gusta demasiado frío y han tenido el detalle de sacarlo un buen
rato antes de la cámara. Buenas copas.
Buenas mesas de madera, de buen tamaño, algún día me hará caso y el lugar "mejorará" pero es mujer y habrá que darle tiempo, que parezca que ha sido idea suya.
Como esa cocinera tiene
mucho trabajo, hay una cuadrilla de jóvenes comiendo, nos acercan unas
croquetas como aperitivo y son croquetas de las caseras, con sabor, con buena
masa y buen relleno y crujientes.
Un pan de los que
“enamoran”. Yo soy panero, que no panadero. Y para mi es un alimento
indispensable. Aquí es casero. De panadero de confianza. Buen cesto, sin costes
adicionales y sin problemas si se termina, hay más.
Nos llega la ensalada.
Una ensalada mixta para dos…… o para…… Aliñada a mi gusto, es decir, con vinagre en
cantidad. Esto tiene más acidez que el txakoli. Me encanta así. Me encanta
untar pan.
El bonito es bonito de
“verdad”. No de latas desmigadas, no. Taco de bonito. De los que como se te
ocurra meter mucho en boca puedes pasar un mal rato.
Y nos llega ahora, en su
piedra caliente, la protagonista de la jornada, una txuleta. Una txuleta de
excelente tamaño. Con su correspondiente capa de grasa. Me parece uno de los
platos por excelencia. Cuando el producto es bueno, cuando sabemos trabajarlo……
Menudo rato que hemos pasado padre e hijo dando cuenta de ella. No ha quedado
más que un hueso que he intentado limpiar
“educadamente”, es decir…… a mordiscos.
Acompañan a la txuleta
unas patatas fritas pero como las hago yo en casa. Pelar y freir. No
congeladas. No soporto las patatas congeladas.
Unos pimientos verdes de
tamaño bocado de los que yo soy capaz de comerme unos….. cien o más. De Bilbo
no pero de cerca.
Mi hijo tiene un
“problema” no es de postres. Pero sí es de quesos así que para terminar con el
par de copas de txakoli que restan, pedimos media ración de queso. Está rico.
Eso sí, una “roja” y del Athletic…… un Idiazabal, Karol, por favor. En este
caso un queso manchego que no desmerece pero…..
Un cortao de los que me
gustan, es decir, con una “nube” de leche y a otra cosa mariposa. Hemos
disfrutado como en casa. De un buen producto, bien tratado. Hemos comido estupendamente
y además son cuentas de las que no “asustan”. El total abonado han sido 47
euros. Así da gusto. Eskerrik asko, guapas.
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