Realmente
hay días en los que todo sale redondo. No son muchos desgraciadamente pero
quizás así seamos capaces de apreciarlos más.
La
cosa no pinta muy bien con la climatología pero a medida que pasa el día va
arreglándose poco a poco y al menos disfrutamos de un “no llover” que no es
poco.
Cómodo
viaje en un “avión rodante” con “chófer” incluído que me permite disfrutar del
paisaje como no puedes hacer cuando tienes que estar atento a la carretera.
Llegamos
los primeros a este restaurante que como su nombre indica, está situado junto a
las piscinas de Villacarriedo.
Buen
aparcamiento, nos tomamos un blanco de la zona mientras hacemos tiempo y al
poco aparece nuestro “anfitrión” en el día de hoy que además conoce muy bien el
restaurante y a su dueño, Fonso.
Al de
un rato llegan los que han pasado la mañana visitando especies varias en Cabárceno, una pareja de Alicantinos que
tenía ya el placer de conocer y que como no puede ser de otro modo, no llegan
con las manos vacías. Unas estupendas cervezas que ya iremos catando en casita
tranquilamente. Gracias pareja.
Tenemos
la posibilidad de comer en una terraza acristalada pero preferimos hacerlo en
un pequeño comedor donde vamos a estar más tranquilos. Nos acomodan en una
buena mesa con espacio más que suficiente.
Se
acerca Fonso y entre Sergio y él arreglan el asunto vinícola. El propietario
del restaurante es amante de los vinos y suele tener “escondidas” algunas
botellas más que reseñables y además a precios muy comedidos. En la foto podéis ver lo que nos hemos metido entre pecho y espalda que no ha sido mucho si lo comparamos con las quedadas que hacen "algunos otros" que yo me sé.
Comenzamos
con unas burbujas, concretamente un champagne Les Vignes de Montgeux. Está rico
el “condenao”, por mi podíamos haber continuado con él toda la comida pero
evidentemente me hubiera perdido algo interesante.
Nos
leen sus platos, yo no sabía ni por donde empezar pero hay algunos que son
estrellas y que como nos llevamos bien, vamos a pedir para compartir al centro.
Nos
sacan de aperitivo unas tostas con foie, es tarde y tenemos hambre y vuelan del
plato. Ricas. Buen comienzo.
Seguimos
con escabeche de bonito y rabas de chipirón. El escabeche diferente a todo lo
degustado en otras ocasiones, está muy sabroso y bien conseguido, prueba de
ello ha sido más de un trozo de pan revoloteando por el plato para no dejar ni
rastro. Yo me quedo con las rabas, están riquísimas. Me encantan.
Llegan
ahora las albóndigas de buey con sus patatas fritas. Desaparecen como por
encanto. Esto es comida de siempre, con calidad y sabor. Creatividad no, ¿quién
la busca?. Hemos venido a comer bien y lo estamos haciendo.
Para
estas alturas el champagne había desaparecido y allí que aparece una señora
botella de un vino blanco que me ha enamorado. Un godello, concretamente
Pedrouzos. Los que entienden han dicho que el precio ha sido casi un regalo. No
sé pero a mi me ha encantado. Rico, muy rico. Además yo he podido continuar con
él hasta el final puesto que algunos tienen que beber tintos con la carne.
Menos mal que incluso Fonso está conmigo en que este vino torea lo que se le
ponga delante.
El
siguiente paso son los callos de wagyu y unas cojonudas patatas fritas. Los
callos están para comerte tú sólo el plato entero y las patatas están aún
mejores casi.
Plato
contundente y de nuevo aparecen por allí esos trozos de pan para limpiar el
plato. Mira que somos “poco educados”. J
Una
bandejita de judiones de la granja con unas setas de compañía. De nuevo plato
tradicional, plato de comida contundente, plato de comerse hasta las esquinas
que no tiene. Y por supuesto, queda inmaculado como todos los anteriores.
Aquí
se viene a comer txuleta y eso hemos pedido, una txuleta de buen tamaño, de muy
buen sabor y que vamos dando unos toques de calor con las bandejas calientes
que van poniéndonos en la mesa y cambiando en cuanto pierden temperatura.
Casi
dos kilos ha pesado la susodicha, yo hubiese pedido una más pero hoy mis compis
estaban un poco “desganados”, o quizás yo un tanto hambriento.
Ahora
los que “no saben de vinos” han pedido un tinto, La Solana en concreto. Gracias
majetes por ello, yo me quedo con ese Pedrouzos.
Como
he dicho, yo estoy hoy inspirado y le comento que si tiene algo para terminar
con el vino y nos saca un queso, concretamente una torta de Cañarejal, un queso
artesano de Valladolid, el pueblo de Pollos. No lo había probado y me ha
gustado mucho. Se “deja” untar, sin duda.
Hay gente “muy fina” y no quiere compartir postres así que allá que nos
vamos cada uno a lo suyo. Todos ellos postres caseros y correctos.
Tarta
de galleta, flan de queso, tarta de queso, helado de yogur, natillas de turrón.
Yo
había pedido la tarta de queso y me ofrece un poco de miel para echarle por
encima. Le digo que no, gracias pero me ofrece leche condensada…… esto no se
hace, por dios….. Así que en un generoso cuenco, termino por hacerme unas
“sopas” golosas. Cuanto tiempo llevaba yo sin darme este capricho. Final feliz.
Para
los postres nos hemos metido un par de botellas de vinos dulces, en primer
lugar un Caligo que tiene una nariz impresionante, en boca no es que esté malo
pero la nariz es de diez. Luego nos metemos un Sauternes que al contrario que
el anterior es mejor en boca. De todos modos, dos buenos vinos para endulzar la
vida.
Y como quedaba algo de vino dulce y había algo de gula, nos han sacado unos hojaldritos de los que te comerías "todos". Ricos.
Y como quedaba algo de vino dulce y había algo de gula, nos han sacado unos hojaldritos de los que te comerías "todos". Ricos.
Unos
buenos cafecitos y a la terraza a tomarnos cada uno lo que guste. Yo me decanto
por un GT de Rives Especial, bien preparado y sin ser de esas que me gustan tan
afrutadas, está estupendo. Invitación de la casa, por cierto. Este tío es la os-tia.
Charla
larga, continuación de todo lo hablado en la mesa. Hemos conseguido que el tema
no sea vino, vino y más vino y hemos hablado de comer, de beber, de la vida, de
muchas cosas que nos han hecho conocernos un poquito mejor. Curioso que
personas tan variopintas y de tan diversas procedencias, tengamos tan buen
rollete.
Quiero
destacar sin duda, que Fonso es un tío a tener en cuenta. Buen profesional,
sabe ganarse a la gente y además lo hace sin “plastificaciones”, es un tipo
natural y que disfruta con lo que hace. Una pena que me pille tan lejos porque
le visitaría unas cuantas veces. Eso sí, no te olvides Sergio que en cuanto se
solucione ese asunto laboral, hemos prometido volver y celebrarlo.
Una
estupenda jornada con una gente estupenda. Como he dicho todo ha salido redondo y por si quedaba alguna esquinita, unos mensajes llegados del "más allá" han pulido las formas.
La
cuenta ha ascendido o yo casi diría que ha "descendido" a 258 euros. Un regalo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario