24 de abril de 2016

LA VINOTECA (SANTANDER): Un clásico que "arriesga".


Hemos elegido un mal día para acercarnos a Santander. Yo pensando que todos mis medio paisanos estaban ya en Cantabria….. Pues me he confundido de cabo a rabo. Menuda caravana. Entre los miles y miles de coches y un accidente a la altura de Castro, hemos convertido un viaje mediano en uno más bien largo.

Pero bueno, con paciencia y poco a poco hemos llegado a nuestro destino con tiempo suficiente para, ayudados por una amable pareja, localizar el local.
El restaurante es clásico. Elegante. Servicio masculino en su mayoría. El jefe de sala, del que había oído hablar, Koldo, muy atento en todo momento y los camareros muy correctos e incluso simpáticos cuando se lo pones fácil.


Me hace mucha gracia la cara que pone Arantza cuando lee la carta. Ella esperaba algo más “normal”, una cocina más de la de siempre. Que conste que yo también me esperaba algo así. Pero los platos son más atrevidos.

Pedimos un poquito de ayuda a Koldo y entre todos nos decantamos por compartir algunas medias raciones para probar un poquito de aquí y de allí.

Para beber le digo que quiero un blanco pero uno de los “míos”. Le comento mis gustos. Pero él quería que probásemos uno en concreto..Un blanco bastante “nuevo” en el mercado. Un Gómez Cruzado 2014. Viura al 85% y el resto tempranillo. Han querido que no destaque la madera y para ello la mitad descansa en depósitos de hormigón. Estoy seguro que si el cien por cien hubiese descansado en esas barricas de roble francés a mi me hubiese gustado más. 
Buena acidez y fresco. Pero como traía una idea muy distinta pues no he terminado de disfrutarlo en su justa medida.

Selección estupenda de panes de los que puedes repetir a tu gusto. De cereales, de pasas, de nueces, pan de maíz…..
Como aperitivo una crema de hongos que está cojonuda acompañada por un trozo de sardina marinada. Como a mi compi no le va mucho pues me zampo yo las dos. Si uno es que es…. Listo.


Comenzamos con un carpaccio de hongos presentado en platos individuales. Salpicado con un poco de queso con buen sabor. Están muy bien preparados. Textura excelente. Sabor a tierra. Sin tonterías pero contundentes.


Continuamos con más setas. Esta vez acompañadas de unas verduras al punto.  Clasicismo con toques diferentes. No consigo descubrir de que variedad se trata pero tienen también mucho sabor. La verdura no lo anula, lo acompaña ligeramente haciendo que el plato resulte más fresco.


Arantza se decide por media ración de rodaballo que viene nuevamente acompañado por unas setas. Buen punto del pescado. Ni mucho ni poco. Lo suficiente. Quizás estemos acostumbrados a una piel más tostada que a mi me permite degustarla. De todos modos buena calidad del pescado. Si mi compi disfruta suele ser mejor señal que si lo hago yo. Yo soy mejor tragón.


Yo es escuchar lo de atún y me pierdo. Así que un tataki de dicho pescado. Media ración. Lleva toques cítricos e incluso me parece apreciar algo de wasabi pero bien disimulado. Suelo ser más amigo de degustar este pescado sin compañías. Pero separando lo verde y comiéndolo de principio, consigo quedarme con “lo mío” para última hora. Rico, muy rico.


De postre, como ya me imaginaba yo al leerlo, Aran se decide por una “tarta de manzana”. Lo entrecomillo pues no lo es en realidad. A fin de cuentas el sabor es de ello. Con una estupenda crema pastelera y un caramelo tostadito por encima. Realmente ha sido lo mejor de la comida sin menospreciar los platos anteriores.



Como hoy no tenemos prisa y no tengo que conducir hasta mucho más tarde, me animo a pedirles un dulce para el postre. Error mío. Esto de que las cosas te suenen pero no sepas diferenciar……. Al decirme que tienen Maestro Sierra yo me voy de cabeza a uno pero lo que me sacan es más bien un "fino". Esto es un brandy, no un vino dulce. Una pena, no puedo con ellos. Yo esperaba lo de la foto.
Una infusión y un buen café muy bien servido dan el punto final a la comida. He visto que la mayoría de la gente del comedor, que por cierto estaba lleno, pide un steak tartar. Los prepara Koldo. Una pena que mi compi no pueda con ello.


El total abonado han sido 83 euros. Para la calidad de la comida y el estilo de local me parece una buena relación calidad-precio. Quizás un tanto serio para mi pero creo que está a la altura de su clientela habitual.

18 de abril de 2016

BODEGA LA CIGALEÑA (SANTANDER): Comamos, Bebamos, Gocemos y para finalizar..... Oremus.

Hace ya un tiempo, gente que escribía en Verema, se echó a la aventura. Decidieron formar una peña con un único objetivo, disfrutar de la gastronomía por todos los rincones del estado.


En un primer momento la emoción me hizo pensar que podía formar parte de esa peña pero la realidad me apareció de golpe y me di cuenta de que aquello era un “imposible” para mi.

Mi “zona de confort” hace que sus “aventuras” me queden un poco largas. Es curioso el grupo. Gente de muchas procedencias diferentes, edades variopintas y con sensibilidades no siempre parejas pero con una afición en común que les hace disfrutar como chiquillos de la buena mesa.

Tengo la infinita suerte de que  consideran mi presencia como algo…..  Tendría aquí que plantearme que poner en esos puntos suspensivos. Quizás yo esté todo ilusionado y me invitan por aquello de: “Siente un pobre en su mesa” J





La cuestión es que en esta ocasión la quedada era en Cantabria y que me dieron la oportunidad de compartir mesa con ellos. Además el lugar era uno de mi agrado. Bodega La Cigaleña, “donde Andrés” para que me entendáis.



Un par de vinos antes y aprovecho para ir saludando de uno en uno a todos ellos. Casi todos conocidos de una u otra ocasión. 
A la hora convenida nos acercamos al restaurante y lo primero es elegir bien el sitio donde uno se sienta. No podía haberlo hecho mejor. Bueno, quizá la parte “delantera” podía haberse mejorado un tanto :-)


Tengo que reseñar hoy que mi compi de fatigas, Oscar, se ha portado conmigo de una manera increíble. Ha sido casi como una madre para mi. Con lo que le gusta meterse conmigo…. Quizás el hecho de que hoy tengo a mis “tocapelotas” preferidos con ganas de darme caña ha hecho que él se ponga un poco de mi lado. J



Hoy el comentario gastronómico pasa un poco a segundo plano. Los vinos y la vivencia están por encima de ello así que no entraré mucho a comentar el asunto.

Comenzaré por decir que el pan está impresionante. De esos que se dejan comer ellos solos cual si de un plato en sí se tratara. Puro vicio. Y decir también que los camareros son profesionales y amables a más no poder.

Dar de comer a un grupo tan numeroso no es fácil y menos si son tan exigentes con el tema vinícola. Además el hecho de que el menú sea a precio cerrado hace más difícil aún esa cuestión. De todos modos por la puerta grande hemos salido, increíble, sin más.

Dejaremos que cada cual se quede con su acepción de cada palabra: bocartes, anchoas, antxoas….. Si están ricas tampoco tiene mucho misterio.


De modos diferentes las hemos probado hoy, yo me quedo con las albardadas, las frescas, las que no hay espina que moleste.





A mi lado tengo a tres mujeres guapas y una de ellas, con mucha “salsa”, es cordobesa o “similar”, así que disfruta mucho con las manzanillas que son mi “espina clavada”. No puedo con ellas. El olor me encanta pero en boca “me matan”. Desde luego que como maridaje de lo que estamos comiendo es perfecto.


Yo empiezo a disfrutar y curiosamente haciendo… “botellón” y nunca mejor dicho. Una botella de 3 litros de Abel Mendoza 2014,  Maravillosa acidez de un vino que invita a beber y a beber despacio Como siempre Andrés dando las explicaciones pertinentes. Diciendo que cada cosecha tiene sus características y lo que puede cambiar un vino de un año a otro dependiendo de las condiciones climatológicas. Incluso el Sr. Presidente de Los Restauranteros ha sido pillado infraganti haciendo botellón. Eso sí, ¿Dónde está el corcho? El que tiene la botella es "falso", el verdadero está, además de escondido en la foto, en mi casita, a buen recaudo. :-) 



Seguimos comiendo, como no, pescado y carne. Ambos de buen nivel pero repito que hoy no estoy a ello. Comer para quitar el hambre y conversar, eso es lo que hoy está premiando.


La sorpresa me llega con el tinto. En cuanto lo veo lo reconozco. Del restaurante Laua en Langarika, de una quedada con mis compis restauranteros. Un Crozes Hermitage en esta ocasión 2013, en aquella 2012. Copio literalmente lo que escribí en su día puesto que hoy he cometido el mismo “pecado mortal”.

 “Un servidor y a sabiendas del riesgo que corro de ser “agredido”, pido una botellita de refresco con burbujas para prepararme una de mis bebidas favoritas. Pues señores y señoras y además con el beneplácito incluso de los menos “comprensivos”, descubro uno de los mejores kalimotxos que he probado jamás. Está impresionantemente rico.  Será “pecado” como dicen algunos pero otros “pecados” más graves se cometen y no se rasgan tantas vestiduras."

Ya dice Andrés que este tinto es un tinto que gusta hasta a los que no nos gustan los tintos. Mucha fruta. 


D. Andrés me sigue mimando y mientras ellos disfrutan de otros vinos, yo tengo el placer de tener a mi disposición una botella tamaño reducido de un blanco que está la mar de rico.  Un Auxey-Duresses, un chardonnay de Benjamin Leroux cosecha 2011. Este hombre es verdaderamente una caja de sorpresas.

Pasamos a degustar una tabla de quesos variados. El que nos conquista a todos en un queso francés, un Comte. Está tan rico que en nuestra esquina pedimos media ración extra. No sé si lo conocía o no pero no tenía yo recuerdo y no creo que estas cosas se olviden fácilmente. Cojonudo.





Y llega el postre en sí. Un tiramisú con helado de chocolate. Muy agradable fin de cena. Como no podía ser de otro modo, allí que aparece Andrés con un vino de los que quitar hipos. Un vino de 1975, Un Tokaji Oremus 5 puttonyus. Esto ya es un lujo difícil de conseguir. Me pongo las botas. Esto está riquísimo. Un equilibrio impresionante entre el dulzor y la acidez. Entiendo los gustos diferentes pero me parece imposible que a alguien no le guste algo así. Mil gracias D. Andrés.

Unos ricos cafecitos y después de una velada bien larga de esas que se hacen demasiado cortas,  nos despedimos de La Cigaleña. Para muchos era su primera vez, para mi ya creo que la tercera o cuarta pero tratándome así nunca vas a perderme de vista.

Nos vamos despidiendo de algunos que después de sus largos desplazamientos y en previsión de lo que les viene mañana tienen que retirarse a descansar. Unos pocos nos quedamos un rato más. Unos ricos GT, en mi caso más bien sólo T que tengo hora y media de coche hasta casa.
Gracias Peña, un placer compartir de nuevo mesa con vosotros.  Me encanta ser de “vuestro gusto”. J  Gracias Andrés, un verdadero placer.


Nunca entenderé como este hombre es capaz de darnos de comer y de beber así por el dinero que lo hace. Hoy hemos pagado 50 euros por barba. Los vinos ya cuestan más que esto. Creo que le entiendo bastante bien, es mucho más placentero dar que recibir. Algún día quizás lo entendáis y el mundo dará un giro importante.

7 de abril de 2016

MESON DE OKONDO: A sus "pies", Sr. "Ministro".

Me comentó Amaia que quería invitarme a comer y también a parte de su familia. Hablamos un poco de las opciones que teníamos por la zona y me acordé de que hace demasiado tiempo que no visito el Mesón de Okondo. A veces descuidamos demasiado lo que más cerca tenemos.



Me han hablado bien de su cocina, cocina casera al cien por cien. Muchos años de experiencia entre fogones hacen que sepa yo que vamos a comer como lo he hecho en las cocinas de muchas amatxus. De ésas que cada día quedan menos. Una pena que muchos platos vayan a terminar casi en el recuerdo. Pero…..
Mientras llegan mis compañeros de mesa aprovecho para disfrutar un poco de su terraza y saludar a Blokin. Somos del mismo barrio y nacimos casi a la par. Y aprovecho también para comentarle que me deje abrir un vino que he llevado con la condición de dejarle al menos una copita para que lo pruebe.

Hoy he decido abrir una botella de un alvarinho que se que nos va a gustar. Además Josean ha comentado que hay que beberlo ya y yo de él me fío y mucho en asuntos del beber. Dorado 2003. No sabía yo si me iba a acompañar alguien de la mesa pero tengo la suerte de que Bitxi tiene también buen gusto y así no tengo que beber solo.

Como cada uno somos de una casa, la elección es variopinta. Disponen de una buena lista de platos para elegir. Me habían hablado de su sopa de pescado así que hay que probarla. Pues buena recomendación. Está muy rica y además muy bien acompañada de materia. En la foto no se aprecia en su justa medida pero hay pescado en cantidad más que generosa. Los que la hemos elegido hemos repetido.


También se han pedido ensalada y ensaladilla.


Y paella. Al parecer todos estaban a un correcto nivel.


De segundos también muchas opciones pero yo escucho las “palabras mágicas” y se me disipan todas las dudas. Txerripatak, patas de cerdo o, como bien dicen algunos, manos de ministro que tampoco hay tanta diferencia entre ambos.


Ya simplemente la pinta vale un montón pero en cuanto empiezo a probarlas me doy cuenta de que aquí saben y muy bien prepararlas. Están impresionantes. Están de sobresaliente. Suaves, jugosas…. La salsa para darle al pan sin conocimiento. Tanto es así que en cuanto Sara me pregunta si quiero repetir, la duda “ofende”.  Repetición. Ricas es poco decir. Un hurra por Nerea.


Otros segundos ha sido por ejemplo, churrasco y solomillo de cerdo.


Postres variados como no podía ser de otro modo. Yo, para no endulzar demasiado el paladar y poder así disfrutar de mi última copa de Alvarinho, me pido un queso fresco. Mientras que por la mesa pasan un arroz con leche, un helado de yogur y un par de goxuas que al parecer estaban riquísimos.




Pues realmente una cocina casera a un nivel notable. Servicio amable y profesional.  Recomiendo encarecidamente que si pasáis por aquí os animéis a probar esa sopa y ni que decir que esas patas. He visto que tienen alubias y si las prepara como imagino, creo que tengo que pasarme un mediodía a quitarme el antojo. Eso sí, ese día pediré manzanilla en vez de café. Menú de fin de semana a 20 euros. Excelente relación calidad-precio.

3 de abril de 2016

RESTAURANTE LA ERA (EXCOETA-ESCOTA): Por una sonrisa... un beso.

Me voy a permitir el lujo de copiar literalmente la primera parte del comentario hecho por mi amigo Josean en Verema de este local. Yo no voy a ser capaz de describirlo mejor y así me ahorro pensar. Espero no recibir alguna denuncia por usurpación de derechos. J




“Encantador restaurante ubicado en la planta baja de una casa de labranza rehabilitada de la localidad de Escota, pequeña aldea perdida en la bella comarca alavesa de los Valles Occidentales. El local es muy frecuentado por cazadores, montañeros, seteros y excursionistas, así como por cualquiera que aprecie la cocina casera, contundente y sin contemplaciones. Los fines de semana es imprescindible reservar. Nada más acceder al restaurante nos encontramos con una acogedora sala en la que se ubica la barra de la taberna, que dispone de mesas, por si queremos comer en plan informal (cuentan con pinchos y raciones), y una chimenea baja de leña. La decoración es de tipo rústico pero sin caer en el tipismo trasnochado, con tonos crema y tierra en sus paredes y elementos decorativos que hacen que el local sea muy atractivo. Para comidas a la carta disponen de un pequeño comedor en su sala adyacente.” Gracias Josean por los servicios prestados.


Dicho esto comentar que el comedor es agradable y que incluso siendo tres personas en vez de dos como había sido la reserva, la mesa nos permite comer con comodidad más que suficiente.


Nos sacan las cartas. La de vinos muy original. Es corta pero suficiente para mi. Al ver que tienen el txakoli Uno y a un precio ajustadísimo, le comento a la camarera si tendría alguna que no fuese de este año. Ella me dice que no. Servido frío, le dejo que atempere y cuando va cogiendo temperatura yo pienso que esto está demasiado rico. Que no hay tanta presencia de fruta fresca y le pido a nuestra joven compañera de hoy que me diga el año. Sin gafas uno ya no es nadie. Pues resulta que es un 2013. Ya decía yo que no era muy normal. Pues me alegro de que “no dispongan” de añadas anteriores. J


Nos gusta compartir y así poder probar más platos así que siendo hoy tres y no conociendo los gustos de la sobri de Marijo, prefiero que sean ellas las que decidan la comanda.
De aperitivo nos ofrecen unos vasitos de crema de calabacín que ayuda a calentar un poco los cuerpos. Hoy calor, lo que se dice calor no hace.


Comenzamos con unas alcachofas con hongos y foie. Extraordinaria la calidad del producto. Suaves, sabrosas. Con una salsa cojonuda. Muy buen plato, diría yo que el mejor de la comida.


Seguimos con unas tostas de pimientos rojos de cristal. Muy ricos los susodichos. Es un producto de los que más me marcan entre los de calidad y los “del montón”.


Ya que nuestra alicantina amiga es una enamorada de las gambas, no podemos dejar de probarlas. Bien pasadas por la plancha, diría yo que incluso un poco demasiado. De tamaño medio y con ese sabor que invita a chupar cabezas olvidándonos totalmente de los consejos del médico de cabecera.


Lengua de ternera que esperaba yo más clásica. Una pena pues aún estando rica, tenía yo ganas de recordar las que hacía  mi amatxu. Suave y bien preparada sí que estaba, la verdad.


Brocheta de entrecot de potro. Potros criados en los alrededores. Está tierna pero le falta sabor. Quizás acostumbrado a esas “vacas viejas” es mucho pedir que esto tenga esa contundencia. Original presentación del plato. Como aún tenemos un poco de sitio, Marijo andaba con ganas de probar otra brocheta, en esta ocasión de rape con langostinos. Pues al lío. De nuevo presentada en “vertical”, acompañada de una rica patata que no tengo duda alguna que es alavesa. 


Nuestra  compi engaña. Está muy “finita” pero veo que capacidad tiene y desde luego resulta ser un poco “chocolatera”, así que para compartir nos pedimos dos postres. Un volcán y un brownie de chocolate, ambos a un correcto nivel.


Tres cafés y un txupito de PX.
Decir que es un local muy agradable, que la comida está rica y que incluso algunos platos son notables. Siempre he dicho que el servicio marca mucho una experiencia gastronómica. Hoy la camarera quizás no tenía su mejor día. Una pena esa sonrisa perdida.
La cuenta total ha sido de 145 euros. Que hacen 48 por persona. RCP correcta. El txakoli a 9 euros que es un precio ajustadísimo.

Página web: www.tabernalaera.com