29 de diciembre de 2016

NAVIDAD: Ponga un "pobre" en su mesa, se lo agradecerá.

De nuevo llegan estas fiestas tan esperadas por algunos y tan denodadas por otros. Siempre he pensado que las circunstancias personales marcan totalmente el que te gusten o no. En mi caso no son las más propicias y este año aún menos. Pero ahí están y no podemos hibernar  y hacer que desaparezcan.
Nuevamente tengo la infinita suerte de que haya gente muy especial que decide “poner un pobre en su mesa”. Buenos amigos que en estas ocasiones lo demuestran. Gente que te abre su casa y sus brazos.


Así que allí que nos juntamos una cuadrilla para, principalmente, pasar un estupendo rato y a su vez disfrutar de la excelente cena que Marisa nos ha preparado. Tenemos suerte, esta chica cocina bien, cocina muy bien.
De entrada le hago una pequeña “picia” a Iñaki. Hace dos años tuvimos una conversación sobre lo de que los blancos hay que beberlos en el año. De allí me llevé a casa una botella y hoy la he “disfrazado”  con otra botella para demostrarle que, curiosamente, incluso vinos que no son de guarda pueden resistir algunos años y dejarse beber gustosamente.



Damos cuenta de los estupendos entremeses que nos ha preparado la cocinera. Me quedo con esos mejillones con tomate con ese punto picante que han hecho que me ponga las botas. Para entonces hemos abierto una botella de un estupendo txakoli. Además es una botella que no ha salido al mercado, les pareció tan rico que prepararon unas cuantas magnum para consumo propio y de amigos. Es bueno tener amigos, es muy bueno. Un txakoli Uno 2013 que nos ha hecho disfrutar mucho. Creo que bien hubiese podido aguantar algo más, esa tremenda acidez así me lo ha dejado claro. Quizás dentro de uno o dos años hubiese estado más rico aún. Pero más vale prevenir que igual "cascamos" y se lo bebe otro.

Nos sorprende Marisa con un plato creado por ella, Unos hongos sobre crema suave y puré de patata y acompañados de un “trampantojo” en forma de croqueta pero que realmente es una yema de huevo. Excelente plato. De alta cocina. 



Disfrutamos después de una lubina al horno que está muy rica. Dice ella que un poco pasada pero hoy es un día difícil. De todos modos cojonuda.


Se nos va terminando el txakoli y yo además quiero llevarme los restos para ver que evolución tiene mañana. Así que ahora nos pasamos a las burbujas. No tenía yo nada especial así que con un correcto Codorniu nos damos por satisfechos. Los que eligen la cesta de navidad no son precisamente amantes de los buenos vinos y no digamos ya de los “champanes” como dicen ellos.


Y ya pasamos a lo más típico, esos turrones, esos frutos secos y hoy además, Amaia nos regala unas estupendas milhojas. Famosas en el “mundo entero” y parte del extranjero. Las milhojas de Quintana. Poco que decir de ellas, están riquísimas. Así que damos buena cuenta de ellas.


Para hacernos más fácil el paso de lo salado a lo dulce, madre e hija nos deleitan con un sorbete de limón al cava de los que me bebería yo media docena. Sin hielo, simplemente frío. Con el punto exacto de dulzor. Refrescante a más no poder.
Hoy he tenido un compañero que ha sido muy amable conmigo. Quizás aquí podamos usar aquello de “por el interés te quiero Andrés”. Algún que otro trozo de lomo que le “escaqueo” ha ayudado un tanto. Qué bien vive “el jodío”, pero se deja querer.


Para más “inri” el Olentzero se ha acordado de mi y además sabe lo que me gusta, sin duda. Una estupenda botella de “las mías”. Si aguanto espero conservarla para la próxima, aunque las tentaciones serán grandes y no sé yo…….




Pues después del disfrute de buenas charlas, de buen humor, de la demostración de inteligencia que nos ha dado la “peque” de la casa (si sigue así esta va a ser la “osti”), abandonamos la casa que nos ha recogido. Eskerrik asko por todo, familia. Eskerrik asko Marijo, Amaia…. Ha sido, como siempre un verdadero placer. Que 2017 nos de alguna que otra alegría y que, al menos, siga haciendo que la vida merezca un poco la pena. URTE BERRI ON.

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