3 de abril de 2016

RESTAURANTE LA ERA (EXCOETA-ESCOTA): Por una sonrisa... un beso.

Me voy a permitir el lujo de copiar literalmente la primera parte del comentario hecho por mi amigo Josean en Verema de este local. Yo no voy a ser capaz de describirlo mejor y así me ahorro pensar. Espero no recibir alguna denuncia por usurpación de derechos. J




“Encantador restaurante ubicado en la planta baja de una casa de labranza rehabilitada de la localidad de Escota, pequeña aldea perdida en la bella comarca alavesa de los Valles Occidentales. El local es muy frecuentado por cazadores, montañeros, seteros y excursionistas, así como por cualquiera que aprecie la cocina casera, contundente y sin contemplaciones. Los fines de semana es imprescindible reservar. Nada más acceder al restaurante nos encontramos con una acogedora sala en la que se ubica la barra de la taberna, que dispone de mesas, por si queremos comer en plan informal (cuentan con pinchos y raciones), y una chimenea baja de leña. La decoración es de tipo rústico pero sin caer en el tipismo trasnochado, con tonos crema y tierra en sus paredes y elementos decorativos que hacen que el local sea muy atractivo. Para comidas a la carta disponen de un pequeño comedor en su sala adyacente.” Gracias Josean por los servicios prestados.


Dicho esto comentar que el comedor es agradable y que incluso siendo tres personas en vez de dos como había sido la reserva, la mesa nos permite comer con comodidad más que suficiente.


Nos sacan las cartas. La de vinos muy original. Es corta pero suficiente para mi. Al ver que tienen el txakoli Uno y a un precio ajustadísimo, le comento a la camarera si tendría alguna que no fuese de este año. Ella me dice que no. Servido frío, le dejo que atempere y cuando va cogiendo temperatura yo pienso que esto está demasiado rico. Que no hay tanta presencia de fruta fresca y le pido a nuestra joven compañera de hoy que me diga el año. Sin gafas uno ya no es nadie. Pues resulta que es un 2013. Ya decía yo que no era muy normal. Pues me alegro de que “no dispongan” de añadas anteriores. J


Nos gusta compartir y así poder probar más platos así que siendo hoy tres y no conociendo los gustos de la sobri de Marijo, prefiero que sean ellas las que decidan la comanda.
De aperitivo nos ofrecen unos vasitos de crema de calabacín que ayuda a calentar un poco los cuerpos. Hoy calor, lo que se dice calor no hace.


Comenzamos con unas alcachofas con hongos y foie. Extraordinaria la calidad del producto. Suaves, sabrosas. Con una salsa cojonuda. Muy buen plato, diría yo que el mejor de la comida.


Seguimos con unas tostas de pimientos rojos de cristal. Muy ricos los susodichos. Es un producto de los que más me marcan entre los de calidad y los “del montón”.


Ya que nuestra alicantina amiga es una enamorada de las gambas, no podemos dejar de probarlas. Bien pasadas por la plancha, diría yo que incluso un poco demasiado. De tamaño medio y con ese sabor que invita a chupar cabezas olvidándonos totalmente de los consejos del médico de cabecera.


Lengua de ternera que esperaba yo más clásica. Una pena pues aún estando rica, tenía yo ganas de recordar las que hacía  mi amatxu. Suave y bien preparada sí que estaba, la verdad.


Brocheta de entrecot de potro. Potros criados en los alrededores. Está tierna pero le falta sabor. Quizás acostumbrado a esas “vacas viejas” es mucho pedir que esto tenga esa contundencia. Original presentación del plato. Como aún tenemos un poco de sitio, Marijo andaba con ganas de probar otra brocheta, en esta ocasión de rape con langostinos. Pues al lío. De nuevo presentada en “vertical”, acompañada de una rica patata que no tengo duda alguna que es alavesa. 


Nuestra  compi engaña. Está muy “finita” pero veo que capacidad tiene y desde luego resulta ser un poco “chocolatera”, así que para compartir nos pedimos dos postres. Un volcán y un brownie de chocolate, ambos a un correcto nivel.


Tres cafés y un txupito de PX.
Decir que es un local muy agradable, que la comida está rica y que incluso algunos platos son notables. Siempre he dicho que el servicio marca mucho una experiencia gastronómica. Hoy la camarera quizás no tenía su mejor día. Una pena esa sonrisa perdida.
La cuenta total ha sido de 145 euros. Que hacen 48 por persona. RCP correcta. El txakoli a 9 euros que es un precio ajustadísimo.

Página web: www.tabernalaera.com

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