20 de agosto de 2015

RESTAURANTE LOLA (Berantevilla): Menú Festival?? Pues habrá un "BIS".

Nos acercamos a este pequeño pueblo alavés a visitar este restaurante. Voy por recomendación de una persona muy fiable en asuntos gastronómicos, alguien que es más “duro” que yo y que si él dice que se come bien es que realmente se come mejor. Gracias Josean.


No me esperaba yo semejante sorpresa. El hecho de ser persona principalmente de cenas me hace perderme muchas veces algunos sitios que merecen la pena, que la merecen mucho.
Ahora que voy cambiando un tanto de costumbres y que de vez en cuando saldré a comer, puedo desplazarme a sitios donde la noche no es la mejor acompañante y hoy ha sido uno de esos días.


Como siempre, me pierdo un par de veces y tengo que utilizar mi “gps” particular que no es otro que preguntar a los lugareños. Siempre llegas y encima haces amigos.
No espera uno entrar por esa puerta y encontrarse semejante comedor. Muy bonito, muy acogedor, muy bien vestido. Amplio, con buenas mesas, con una sensación muy agradable.


El servicio genial, simpático y muy atento en todo momento. El cocinero, Alberto Molinero, que en 2014 resultó ganador del campeonato de cocineros de Castilla y León. Después de lo vivido hoy, no me extraña en absoluto.
Comenzamos muy bien, con dos tipos de pan que a cada cual están mejor. Yo, no puedo evitarlo, me decanto por el de maíz. Riquísimo.

Comienza el espectáculo, comienza su menú Festival:

Aperitivo en forma de vasito con una crema de queso y confitura.


Ensalada de burrata, sardina ahumada y kinoa


Vieira asada, patata trufada y huevas de arenque


Cigala salteada con yema de huevo de corral y migas


Pulpo a la brasa y emulsión de ajo negro


Merluza, crema de coliflor, patata confitada y mantequilla café de París


Solomillo asado al sarmiento con colmenillas a la crema


Cromoterapia naranja (compota de zanahoria, granizado de naranja sanguina y maracuya, helado de yema de huevo y albaricoque y azúcar naranja).


Coulant de almendras y helado de pistacho. (Me ha recordado a uno de los mejores postres que he degustado jamás. Un fluido de avellana del restaurante Etxanobe de Bilbao).


Todos los platos han estado a un nivel altísimo

Todo está riquísimo. Mi amiga Marijo, una de las mejores comedoras que conozco, ha disfrutado como una chiquilla. Me dice: Jon Ander, yo he nacido para esto. Yo también pero…. no da la cartera para todo. Y menos mal, mi cintura mediría el doble.

El vino que he elegido ha sido un Audrey et Christian Binner 2005 Pinot GrisUn vino de Alsacia. Cultivo ecológico. Es naturalmente dulce. Precioso color oro. Nariz a frutas tipo melocotón.
Soy un completo ignorante en el mundo de los vinos. Nos ha gustado mucho pero está más pensado para los postres o para otro tipo de platos. Esas ganas de probar todo lo nuevo que me ponen delante…..

Con los estupendos cafés nos han obsequiado con unos detalles en forma de pequeña magdalena, una especie de trufa y una gominola.


Por todo ello hemos pagado 102 euros. Me parece una relación calidad-precio genial.  Diria que incluso es barato.   Su págia web: www.restaurantelola.net

17 de agosto de 2015

RESTAURANTE ANNA (Santander): ¿Que si hemos comido bien? Pues no, hemos comido MEJOR.

Ya nos conocíamos de su anterior local sito en Quijas, La Torruca.

Llevan poco tiempo en su nueva ubicación  y ya tenía ganas de visitarles. Asi que mejor pronto que tarde.
Hacemos primero una visita  a Andrés en La Cigaleña pues quiero que Arantza conozca ese templo del buen beber

Además, Andrés, conocido de Gustavo y Menchu, los propietarios del Anna, nos indica amablemente el camino puesto que es vecino y además cliente habitual.
A la hora convenida llegamos al nuevo restaurante. En la parte baja una barra donde poder tomar algo o degustar también alguna de sus posibilidades en forma de raciones. En la parte superior el comedor  principal.

Buena iluminación, buenas mesas. De amplio tamaño. Tanto cuberteria como vajilla, como coperío, de alto nivel.
Destacar la amabilidad de todo el personal, pendientes en todo momento de nosotros pero sin ningún tipo de molestia. Buena gente.


Nos hemos entendido a la primera y simplemente nos van a dar de comer. Ellos deciden, no tenemos alergias conocidas así que a por ello que vamos.

Gazpacho sólido y boquerón


Atún marinado, aguacate y soja.


Langostino alistado, royal de erizo y jugo de sus cabezas.


Bonito escabechado al momento.


Ensalada de lechal, berenjena y jugo de vainas.


Zamburiñas, guiso de puerro y bacon, pasta y patata espumosa.


Maganos encebollados.



Arroz versión cocido lebaniego.



Pechuga de pato y frutas.



Tocinillo y chocolates.



Higos, oporto y tomillo.



Cocina que desde el principio al fin ha conseguido hacernos disfrutar. Todos y cada uno de los platos de excelente producto y genialmente tratado. Sin altibajos.

Además con la bebida también ha acertado Menchu. Nos hemos bebido un vino que me ha sorprendido gratamente. Un vino que al parecer ya no va a ser tan fácil de localizar. Un Albarinho natural, el Dorado 2011. Desde luego que no esperéis esa fruta típica de esos vinos, sobre todo de los más comerciales. Distinto pero muy rico.  Hemos disfrutado mucho con él. Perfectamente repartido a lo largo de la comida para poder llegar al final.

En los postres hemos disfrutado de un Alicantino moscatel. Un Enrique Mendoza que ha puesto la guinda perfecta a una comida perfecta. Volveremos. no tengáis duda alguna.

Un cafecito rico y una charla tranquila, acompañados de Gustavo y Menchu y de Sergio, que tiene el detallazo de acercarse desde su Torrelavega querida.  113 euros han tenido la culpa. Un precio mucho más que justo para el homenaje que nos hemos "cascao".

Su página web: www.annasantander.es

9 de agosto de 2015

RESTAURANTE EL RINCON DEL NOBLE (HARO): Buena comida con un trato genial.

Mis amigos madrileños están pasando unos días por el norte. Así que decidimos juntarnos en un punto más o menos intermedio para poder disfrutar de nuevo. Hoy nos acompañan nuestros respectivos retoños que hacía ya mucho tiempo que no se veian. Me alegro del buen rollo existente.


 La amistad es un tesoro que cada día está más caro y yo tengo el privilegio de disfrutar de la suya. Un verdadero placer.
Asi que arrancamos hacia uno de los templos del vino en un día no demasiado apropiado para ello. Operación salida y retenciones que hacen que el viaje de ida sea un poco más largo de lo normal.



La climatología se ha aliado con nostros. El mejor día de toda la semana. Sol a raudales. Tomamos un par de vinillos por la zona antes de acercarnos al restaurante, incluso saludo yo a algún familiar no tan lejano pero que tenía un tanto olvidado.
El restaurante es muy bonito. Buenas mesas, de buen tamaño. Sensación refrescante. Buenos manteles, buena vajilla.
La mesa dode nos ubican es amplia y nos permite vernos las caras. Como siempre, los jóvenes con los jóvenes y los “viejales” con los “viejales”. Cosas de la vida.
Habíamos reservado su menú “bodega”. Y comenzamos con unas bandejas de jamón y cecina. Buena calidad del producto. El toque de aceite de la cecina es un acierto. No escatiman en cantidad. Han volado. Mucha boca hambrienta.

Continuamos con unas pequeñas gambas a la plancha. Con ese toque de sal gruesa que las hace irresistibles. Bien hechas, de las que se pelan fácil. Eso siempre es buena señal. Tenemos la suerte de que alguno de los jóvenes no es demasiado amigo de ellas por lo que algunos podemos comernos las suyas.


Llegan ahora unas ensaladas de pulpo que han tenido un éxito tremendo. Mucha lechuga pero el producto estrella aparece en buena cantidad. Realmente están muy ricas. Mira que no soy demasiado “ensaladero” pero me he puesto las botas.


El plato principal es a elegir y hay más que suficientes propuestas. Elección muy variada: chuletillas, carrilleras, txipirón plancha, magret de pato, merluza con hongos….. En mi caso ha sido un rabo que estaba sabroso. Unos trozos mejores que otros pero en general rico.. Salsa de untar pan. He probado alguna otra cosa y además no hay más que ver los platos para saber si la cosa va bien y va.



De nuevo los postres son a elegir y también hay variedad de opiniones. Triunfan los sorbetes que tengo el placer de catar. Ricos. Yo pido una tarta de queso “sin extras” que está simplemente correcta. Me gustan más jugosas.



Los vinos del menú son un blanco y un tinto crianzas de la bodega con el mismo nombre de la calle donde está ubicado el restaurante: Martínez Lacuesta. El blanco está rico, la verdad y dice Luis que el tinto también lo está.
Le comento a la que parece la propietaria que si tiene algún blanco algo más “serio” y allí que me aparece ni más ni menos que con un Viña Gravonia 2005. 



Menuda alegría que me da. Pues no le tenía yo ganas….. Esto es un vinazo. Y seguramente que dentro de algún año estará mejor aún. Mucha potencia en nariz y desde luego que en boca incluso mejora. Crianza marcada. Lo amargo supera a lo dulce con creces. Curiosamente me ha comentado que lo tenían en carta pero que lo ha suprimido puesto que no había demanda. Es un vino hecho en Haro, es un vino excelente y su precio también lo es….. ¿tu lo entiendes?. Yo tampoco.
Detallazo de no cobrarnos este vino. Gracias.



Unos cafecitos y terminamos una estupenda velada. Hoy lo humano ha superado a todo lo demás. Desde luego que si vuelvo por Haro esta será mi elección. El precio del menú bodega es de 35 euros. Merece la pena, sin duda alguna. De nuevo hoy las fotos, creo que se nota, son de mi amigo Luis y su flamante móvil. Gracias majo.
Su página web: www.elrincondelnoble.net

2 de agosto de 2015

RESTAURANTE Gu2 (BILBAO): Aterrizando con buen pie en la capital.

Hace ya algo más de un año tuve la oportunidad de conocerles en su restaurante de Amorebieta, el Gu Geu. Comentado en este blog.
Así que con eso de las amistades del Facebook, he ido siguiendo a Monika en sus andaduras. Pocas personas sigo yo así puesto que es de las que cuelga cosas inteligentes, no las tonterías habituales. Y de esa manera me he ido enterando de esta nueva aventura en nuestra capital. Con los retrasos lógicos de un nuevo local, por fin han podido abrir la cocina y nada mejor que ser de los primeros en tener acceso a ella.

Situado en una zona privilegiada, cerca de la concurrida Pozas y camino de la Catedral, una zona más pensada para los que tenemos ya una edad y buscamos un poquito alejarnos del “follón” que monta nuestra alborotadora juventud.

Local pensado en los tiempos que corren, en los cambios que hay en el asunto gastronómico. Al menos algo nuevo que se abre con la intención de dar importancia a la buena cocina y no solo a llenar tres turnos.

 Con una buena barra de pintxos, unas mesas altas  para poder degustar tanto las miniaturas como unas estupendas raciones y al fondo, un pequeño comedor.

Me encanta su decoración, esa madera “gorda” de las mesas, esas preciosas puertas correderas, la iluminación, ventanas…… Más moderna la parte exterior y más “rústico” el comedor.

Están comenzando la andadura así que la carta presentada aún en folio y sin carta de vinos escrita, están en ello. Me gusta la propuesta y más aún el hecho de que puedas pedir medias raciones. Eso da opción a degustar más platos y conocerles mejor.



Como hoy me acompaña mi amiga Marijo, una excelente comedora, prefiero, como no, que sea ella la que decida un tanto lo que vamos a cenar.
Comenzamos con un aperitivo de la casa . Foie con compota de calabaza y gele de txakoli. Buena composición cuyos ingredientes casan perfectamente unos con otros. A mi lo que me sucede es que me gusta tanto el foie en sí que prefiero no mezclarlo con nada. Muy rico. Una bandeja de panes diferentes nos ayudan a degustarlo.



Pasamos ahora al salmón marinado. Un plato que siendo bueno el producto no puede fallar y en este caso lo es. Con un toque cítrico que lo hace más agradable aún. Para ser medias raciones, hay que reconocer que son generosas.





La agradable camarera que tiene tablas en esto de la gastronomía, nos ofrece una sopa fría de tomate. Nos la sacan individualmente y esto es una especie de salmorejo que está de vicio. Hemos decidido que en otra ocasión nos tomaremos la ración entera. Refrescante. Toque de ajo pero sin pasarse. Mi amiga Amaia diría que lleva poco pero no la hagáis ni caso. Su salmorejo es un “espanta-vampiros”.

Me quedo sorprendido cuando Marijo me dice que nunca ha comido piparras. No puedo creerlo. Pues allá que vamos a por una ración de las susodichas delicias fritas. Ella no es de picante y tiene la infinita suerte de que tan solo ha picado una y me ha tocado a mi. Alberto luego nos dice que ha apartado las más grandes para evitar el picante. Yo prefiero que piquen. Están impresionantes. Esto es mejor que los pimientos. Con esa sal gorda que tanto me encanta encontrarme en el plato. Muy ricas.



Degustamos ahora un taco e pulpo con cremoso de patata y aceite de pimentón. Estupendo producto. Con la textura perfecta. Hay que masticarlo. Así sabes realmente a lo que sabe. La patata está casi mejor que el pulpo. Me apasiona. Y el toque de pimentón, imprescindible para semejante plato, armoniza a la perfección.



Y llega ya el rey de la noche. Un estupendo rodaballo .Tamaño más que decente después de lo degustado. Presentado entero y muy bien desespinado por la camarera. Me suele dar miedo a mi en sitios nuevos esta maniobra, tengo algún recuerdo de ver como lo destrozan literalmente. En esta ocasión no ha sido así y el emplatado ha supuesto una buena degustación sin tener que estar pendiente de posibles encontronazos con las desagradables espinas. 



Excelente producto y bien horneado. Me encanta a mi este pez. Las alegrías que me ha dado.
Le pedimos a Alberto que sea él quien decida el postre. Que estamos bien y que no queremos nada que nos haga arrepentirnos de haber cenado en exceso. Así que nos deleita con un yogur con fresas y helado. Riquísimo. Las fresas con un sabor auténtico. Sin azúcares añadidos.  Fresquísimo. Acierto pleno.





Hoy para beber me he animado con algo que creo no haber probado anteriormente. Un Campillo Fermentado en barrica 2014. Me ha sorprendido gratamente aunque necesita más tiempo. La madera está demasiado presente aún. Es joven. Pero un vino que tiene una cojonuda relación calidad-precio y que espero tener ocasión de beber ya más “asentado”. Buenas copas y el servicio correcto. Marijo lo prefiere algo más frío así que jugamos un poco con la cubitera y sus tiempos. Ni para ti, ni para mi.

Salimos a la calle a tomarnos un par de buenos cafés y charlamos un rato con Alberto que está animado. Esperemos que tengan la suerte que se merecen.

Hemos pagado 107 euros por todo ello que me parece una muy buena relación calidad.precio. Solo ese pescadito se lleva la palma.
Volveremos a visitarles, otro más a la lista. Esto ya es demasiado complicado para quedar bien con todos.